Un sistema de recipientes sencillo, económico y fácil de utilizar, está siendo implementado en dos escuelas de Lavalle para extraer el arsénico del agua subterránea de la que se abastecen. Se trata de un abatidor de arsénico desarrollado por profesionales del INTI que podría ser la solución para muchas comunidades de ese departamento que dependen del agua potable que la Municipalidad les acerca en camiones cisterna.
Los dispositivos colocados en las escuelas rurales Laguna del Rosario (de ese distrito) y Posta de los Médanos (en San José) son visitados periódicamente por los técnicos, quienes realizan monitoreos y comprueban su funcionamiento. En el futuro se planea distribuir 30 más en los parajes donde sea necesario.
“La realidad es que existen aguas subterráneas con arsénico, principalmente en el norte de nuestra provincia”, explicó Omar Funes, técnico de laboratorio del INTI y uno de los expositores del encuentro que se realizó en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo por el primer aniversario de la Red Integral para la Gestión del Agua (RIGA). “En general se puede hablar de todo el secano lavallino, ya que se ha demostrado que allí el agua contiene arsénico en mayor o menor medida”, continuó.
Allí, gran parte de la población cuenta con agua potable de red y a la mayoría de los sitios más alejados les llega agua en camiones municipales. “Pero hay casos puntuales en los que estos no llegan y a las personas no les queda otra opción que consumir esa agua”, detalló su colega, Patricia Lucero. “Por eso nosotros tratamos de solucionar este problema con los abatidores de arsénico”, en referencia a esos recipientes plásticos que depuran el agua mediante un sistema físico.
“Se utiliza tecnología de coagulación-filtración para tratar el agua con una sustancia que produce la floculación del arsénico, lo atrapa, lo oxida a un arsénico menos tóxico y luego, por filtración, se elimina como residuo”, precisó Funes y comentó que este residuo puede ser fácilmente dispuesto como barro, ya que no produce mayores problemas.
El costo del sistema se calcula en unos $ 6.000 y en estas dos escuelas fue solventado por el Rotary Club Mendoza Los Cerros. En tanto, la Municipalidad de Lavalle aportó la logística para trasladar los aparatos hacia los lugares. “Es un trabajo conjunto entre Rotary e INTI. El objetivo es llevar alternativas de acceso al agua segura en sitios donde no se puede acceder con red ni con camión”, manifestó Rolando Romera, secretario de Ambiente del municipio.
Consecuencias en la salud
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido que más de 50 partes por billón (ppb) de arsénico en el agua puede ser perjudicial para la salud. “Las consecuencias (si el consumo es prolongado) se pueden traducir en enfermedades como el hidroarsenicismo crónico regional endémico, conocido como Hacre. Produce manchas en la piel, erupciones y escoriaciones”, precisó Lucero, que añadió que también puede producir enfermedades en los pulmones, cerebro y sistema nervioso central. “En el caso de personas ya adultas produce cáncer en la piel”, sumó.
También informó la razones por las que este metal está presente en las aguas subterráneas: “Básicamente porque se contaminan, sobre todo en la provincia de Mendoza, por los sedimentos de las erupciones volcánicas. Estas aguas que se infiltran a través del terreno van a parar a depósitos llamados acuíferos que son, en muchos casos, depósitos que permanecen mucho tiempo estancados o pueden fluir como ríos por debajo del terreno”.
Según detalló Funes, en toda la provincia los valores de arsénico fluctúan entre 50 y 220 ppb dependiendo del lugar, la estación del año y la profundidad del pozo. “Igualmente nosotros hemos hecho un relevamiento de las personas que viven en la cercanías de las escuelas donde se han colocado los dispositivos y no hemos encontrado signos de la enfermedad”, subrayó.
También en Malargüe
Además de Lavalle, en Malargüe también se han encontrado concentraciones importantes de arsénico en el agua pero, según explicaron desde el INTI, en ese caso el agua no se destina para consumo humano porque tiene otras características que no la hacen apta. “De todas formas, allí también estamos trabajando para colocar un dispositivo junto a la Municipalidad y la Facultad de Ciencias Agrarias a través del Instituto de Ciencias Básicas”, relató Lucero. La iniciativa se realizará a través de los proyectos Mauricio López que financia la UNCuyo. “
La idea es que vayan surgiendo estas iniciativas y, de alguna manera, buscar los recursos para poder colocarlos e ir sacando conclusiones”, expuso la experta, que remarcó que el INTI aporta conocimiento, asesoramiento, monitoreo y controles de análisis pero no financia el costo de los aparatos.