La Fórmula 1 arriba a Sochi para el primer Gran Premio de Rusia, sólo cinco días después del dramático accidente del galo Jules Bianchi que aún se debate entre la vida y la muerte en Japón.
Así que la esperada fiesta no será del todo feliz ya que el francés continuaba ayer en observación en el hospital de Yokkaichi tras una grave lesión craneal.
La conferencia de los pilotos mostró tristeza y en boxes repartieron calcomanías con la frase "todos con Jules", como señal de aliento.
Anoche empezaban los ensayos y mañana (a las 8 de Argentina) se realizará la clasificación.