Con telas confiscadas hicieron sábanas de hospitales

Una parte de lo que produce un grupo de mujeres de la localidad de Ingeniero Giagnoni es donado a entidades y el resto es para vender.

Con telas confiscadas hicieron sábanas de hospitales
Con telas confiscadas hicieron sábanas de hospitales

Con distintos estampados y colores una gran cantidad de rollos de tela "esperaban" estancados en diversos puntos aduaneros del país. Junto a otros elementos habían sido confiscados como bienes de contrabando y no parecían tener un destino claro, hasta que llegaron a las manos del grupo de Mujeres Tejedoras Ingeniero Giagnoni (MEIG), de Junín.

Y así fue que se transformaron en 400 juegos de sábanas que se entregaron en la Casa del Bicentenario de Junín a representantes de tres hospitales: Notti, Perrupato y Saporiti. Allí también se repartieron mantas realizadas por abuelos tejedores, útiles escolares, ropa, calzado y herramientas.

La tela en contenedores incautados fue entregada a emprendedoras a través de un acuerdo entre el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y el municipio. El trato consistió en la entrega del material de forma gratuita para que ellas la transformaran en sábanas con dos destinos: un 30% para donar a los nosocomios mencionados y el 70% restante para su venta.


Sábanas. Anabel Miraglia, Claudia Gil y Raquel Tagua, parte del equipo de trabajo de la zona Este. | Ignacio Blanco / Los Andes
Sábanas. Anabel Miraglia, Claudia Gil y Raquel Tagua, parte del equipo de trabajo de la zona Este. | Ignacio Blanco / Los Andes

Este grupo se formó hace casi cuatro años con el objetivo de brindarles una salida laboral a una franja de mujeres con dificultades para insertarse en el mercado por tener hijos a cargo o alguna enfermedad. "Actualmente somos 10 mujeres de entre 17 y 70 años que logramos una entrada de dinero, algunas lo utilizan para poder estudiar y otras para aportar a la economía del hogar", contó Claudia Gil, fundadora de MEIG. Ella está armando un taller en su casa, lo que les permite reunirse a trabajar en la localidad de Ingeniero Giagnoni.  En un principio comenzaron elaborando accesorios para niños como colines y trabitas, luego le incorporaron la confección de ambos y suvenires y por último las sábanas. "De la ganancia usamos el 50% para invertir y el otro 50% nos los repartimos en partes iguales", detalló la mujer.

Anabel Miraglia, una de las integrantes del grupo, combina la actividad con el cuidado de sus cuatro hijos. "Tengo tres que son más grandes y se manejan solos, pero me viene muy bien porque puedo llevar al trabajo a mi hija más pequeña de dos años y medio", relató. Al poder manejar sus horarios ella también tiene tiempo para encargarse de las tareas de la casa. "Mi marido trabaja todo el día, por lo que viene muy bien una entrada extra", aseguró la mujer.


    Ignacio Blanco / Los Andes
Ignacio Blanco / Los Andes

Las integrantes de MEIG recibieron con mucha alegría la propuesta de la municipalidad de Junín de trabajar con las telas confiscadas. "Es una doble ayuda porque hacemos las sábanas para los niños que las necesitan y podemos vender una parte para seguir manteniendo nuestro taller", señaló la fundadora.  En ese sentido se manifestó Anabel. "Fue una experiencia nueva para nosotras y muy positiva ya que nos favorece a todos. Nos permite salir a mostrar nuestro trabajo", remarcó. Del grupo también forma parte Raquel Ragua, mamá de Claudia Gil, así como otras 7 emprendedoras juninenses.

Abuelos tejedores

Hasta la Casa del Bicentenario también llevaron su aporte un grupo de abuelos tejedores que son parte del centro de día de adultos mayores "El Jarillal". Ellos confeccionaron unas 25 mantas de lana que se destinaron a las neonatología de los hospitales mencionados. 

Dionisia Gil (89) más conocida como "Micha" fue una de las encargadas de enseñarle al grupo de 12 adultos mayores todas las técnicas del tejido. "Yo tejo desde los 6 años porque aprendí de mi mamá", narró la mujer que es viuda y tiene dos hijos. Esta técnica es gran parte de su vida, por lo que no dudó en transmitir sus conocimientos.

Uno de los alumnos más destacados fue Roberto Campos (81) quien nunca en su vida imaginó que se desempeñaría con las dos agujas. "Hay tantas cosas que uno piensa que son imposibles y en realidad no lo son", reflexionó el hombre que es casado y tiene 7 hijos. "Durante mi vida activa fui chofer de colectivo y hace tres años entré al centro de día donde compartimos momentos hermosos", comentó. A él le tocó la tarea de unir los cuadraditos tejidos para darle vida a las mantas, en lo que se volvió prácticamente un experto.


    Ignacio Blanco / Los Andes
Ignacio Blanco / Los Andes

Elena Baigorria (74) fue otra de las que aprendió "de grande" el arte del tejido. "No tenía mucha idea pero me fui perfeccionando y entre todos trabajamos muy bien", remarcó. La mujer también es viuda y tiene un hijo por lo que encontró en el centro de día la compañía y las actividades que estaba necesitando.

Entrega de artículos

La municipalidad de Junín realizó ayer un evento para entregar distintos tipos de elementos a escuelas del departamento y hospitales de la provincia. La cita fue en la Casa del Bicentenario de La Colonia donde se distribuyeron artículos que habían sido previamente incautados por la aduana a los que, en algunos casos, se les dio un valor agregado, pero además hubo aportes de empresarios del departamento. "La idea fue unir a empresarios, adultos mayores, mujeres emprendedoras, vecinos, entre otros, para que aporten su granito de arena para ayudar a quienes más lo necesitan", expresó el intendente de Junín, Mario Abed quien agradeció al gobierno nacional por la entrega de elementos confiscados.

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