Cuando restan alrededor de diez días para terminar la cosecha, los productores de ciruela para industria añoran los extraordinarios precios del año pasado, disparados tras las fuertes pérdidas que provocaron las heladas en la campaña anterior, pero se acomodan a la realidad de esta temporada que, si bien llegó con valores reducidos a la mitad, o a un tercio de lo que se llegó a negociar en 2014, trajo también considerables volúmenes de producción.
En efecto, sin grandes daños por accidentes climáticos ni por la mancha roja (fenómeno fisiológico que provoca caída de frutos), la producción 2015 ha sido muy buena en el Sur y en el Este también, al punto que ha quedado saturada la capacidad de secado.
Los referentes de cada zona coinciden en que el pronóstico de producción de 171 millones de kilos que difundió el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) de Mendoza a comienzos de diciembre terminará siendo convalidado por la realidad, aunque no toda esa fruta saldrá de los montes, al menos de los de la zona Este, porque no hay capacidad de deshidratado suficiente.
El Este perderá fruta
El peregrinaje de los productores de la zona Este de un secadero a otro se repite como escena de todos los días. Es que con los secaderos saturados, se ven obligados a dejar su fruta en los montes o a entregarla sin precio ni condiciones de pago en manos de los industriales.
Precisamente, desde Rivadavia, donde tienen producción de ciruelas entre otras especies, Rolando Kaiser aseguró que “hay mucha ciruela”.
En este contexto, estimó que “se va a perder una importante cantidad porque, al menos en esta zona, no hay muchos secaderos y hay más fruta que la posibilidad de secarla. Por otra parte, hacia el Sur no son muchos los que pueden mandar fruta por las restricciones fitosanitarias. De manera que he visto muchas quintas que están sin tocar y puede quedar una semana más de cosecha”.
Kaiser estimó que de los 30 millones de kilos de producción que se podría haber logrado en el Este de la provincia, escasamente se van a terminar secando unos 20 millones de kilos.
Reveló que un grupo de productores del Este “quisimos alquilar un secadero pero no prosperó porque nos pedían un canon muy alto”. El productor reconoció, no obstante, que se tendrían que haber ocupado del tema con más tiempo y no sobre la cosecha, que fue cuando empezaron a hablar de esta situación, y que tal vez podrían haber arreglado algo. “De todos modos, ese secadero hoy no está trabajando”, aclaró.
Por su parte, Carlos Albera, que produce y seca ciruelas en su establecimiento de Santa Rosa, admitió que en el Este puede quedar a lo sumo una semana para terminar la cosecha, aunque señala que podría prolongarse alguna jornada más si no sigue lloviendo.
Está de acuerdo con su colega de Rivadavia en que el volumen de producción de este año ha superado la capacidad de secado.
“Los secaderos grandes han estado saturados de fruta porque en los últimos años, en la provincia, no se han hecho túneles deshidratadores en la proporción que han aumentado los cultivos y el productor se ha encontrado con dificultades para que la industria le entregue cajas para cosecha. Así transcurren los días, la fruta se cae y, si sigue lloviendo, se va a perder”.
De hecho, Albera está convencido de que se va a perder fruta y coincide con la estimación de Kaiser en cuanto al porcentaje de la producción de este año que podría perderse en esa zona
El Sur cosechará todo
Cristian del Pozzi, presidente de la Sociedad Rural de San Rafael, confirmó que la cosecha está terminando en el departamento sureño, que junto con General Alvear concentra 14.000 de las 18.000 hectáreas implantadas con ciruela para industria en la provincia de Mendoza.
Del Pozzi reveló que los secaderos han estado saturados porque hubo buena producción y en los últimos años han caído tres o cuatro empresas grandes que, juntas, procesaban 30 o 40 millones de kilos.
A pesar de eso, el producto se ha ido industrializando y el atascamiento de la industria se ha ido manejando colocando la fruta en frío. De esta manera, no se va a perder ciruela en el Sur por falta de capacidad de secado”, estimó Del Pozzi.
Claudio Manrique, de la Específica de Agricultura de la cámara sanrafaelina de Comercio, Industria y Agropecuaria, señaló por su parte que “con la buena cosecha de este año, que comenzó 7 días antes que la del año anterior por las variaciones del clima, se están obteniendo calibres en su mayoría medianos y pequeños.
Precios bajos, otra vez
Kaiser vendió una parte en el Este y otra pudo enviarla al Sur, porque se registró en el Iscamen y siguió el procedimiento establecido para esos casos, con el que se protege el status fitosanitario del Valle de Uco y el Sur.
Al momento de hablar del precio, el comprador de su zona le ofreció un piso de $ 2,00 el kilo, y con el secadero del Sur directamente cerró en $ 2,50 el kilo.
Carlos Albera, de Santa Rosa, aseguró que los precios están bastante deprimidos. Precisó que “arrancamos con $ 2,50 por el kilo de la ciruela en fresco, puesta en secadero, y la semana pasada ya estaban ofreciendo $ 1,60, aprovechando la falta de capacidad de secado”.
Del Pozzi, en tanto, afirmó que en San Rafael “el precio ha oscilado en torno a los $ 2,50 por kilo de ciruela fresca, pero hay que tener en cuenta que la mitad de la cosecha o más queda ya desecada en manos de los productores, porque cuando valió, muchos de ellos invirtieron en sus propios hornos” para vender cuando el negocio fuera más conveniente.
De todas maneras, advirtió que los fruticultores se han descapitalizado porque el año pasado no hubo cosecha y como la industria no tuvo materia prima, sintió a su vez el impacto de los costos fijos.
Con respecto a los resultados del Fideicomiso de Ciruela que implementó la Provincia, el dirigente evaluó que los resultados no fueron los esperados “por problemas burocráticos, porque no se han tenido en cuenta que los tiempos administrativos no son los de la producción”.
Desde el Este, Rolando Kaiser señaló: “Creo que hubo muy buena voluntad por parte del Gobierno pero hay que reconocer que en mi zona no hay una organización formal de productores (una asociación o una cooperativa); entonces el Gobierno no tiene cómo canalizar los fondos” de manera institucional.
Manrique, en tanto, reconoció que el productor esperaba mejores precios. “No como los del año pasado, pero sí entre $ 3,00 y $ 4,00 por kilo, considerando que la ciruela en fresco siempre estuvo cerca de los U$S 0,25, y si multiplicamos esa cifra por un dólar paralelo que ronda los $ 13, tenemos esos 3 ó 4 pesos que mencionamos”.
Factores que pesan
Para el directivo de la cámara de San Rafael, hay una serie de factores que presionan a la baja el precio de la fruta y, de paso, ponen en riesgo el equilibrio de las empresas.
Entre ellos, “la sobreoferta de materia prima, el incremento de los costos de desecado, las dificultades para obtener financiamiento a tasas bajas para capital de trabajo (cosecha, acarreo y desecado) y el retraso en devolución de IVA en las exportaciones”.
Además, están las cuestiones cambiarias de adentro y de afuera. Mencionó, en ese sentido, el atraso cambiario en Argentina y la devaluación de las monedas de los principales mercados importadores. Entre ellos Rusia con aproximadamente un 60% y Brasil con un 25% de devaluación de sus monedas.
En resumen, Claudio Manrique reseñó que “las expectativas son malas ya que los valores que se avizoran de materia prima son bajos, entre $ 2,00 y $ 2,50”. Estos precios “escasamente le servirán al productor para cubrir la cosecha, acarreo y algunos costos operativos de la finca”.
Además, “tenemos que considerar que prácticamente no se cosechó ciruela en el ciclo agrícola 2014 y a todo esto tenemos que adicionarle la inflación de costos y la presión fiscal provincial y nacional”. Advirtió que “es probable que sigan desapareciendo emprendimientos y productores”.
El escenario futuro
Albera, que seca su fruta al sol, aseguró que "prefiero tener ciruela seca en un galpón a no tener nada" y si se tiene en cuenta que éste es un año de una cosecha abundante, yo, si pudiera aguantar sin vender, guardaría ciruela seca para el año que viene porque seguro que la producción va a caer.
Eso permitiría compensar los bajos precios de este año con los del año que viene, pero, ¿quién lo soporta con la inflación que tenemos?”, se pregunta.
Aseguró tener referencias de empresas que han intentado colocar producto de esta temporada en el exterior, “pero lo que le ofrecen afuera no le alcanzaría para cubrir los costos”.
Recordó las dificultades que tienen los países que venían teniendo por destino mayoritario la producción mendocina de ciruelas desecadas. “Rusia tiene los problemas de toda Europa y Brasil también tiene sus complicaciones”. Albera agregó que poseen interés por la fruta, pero al comerciante lo que le interesa es que la mercadería tenga alta rotación.
“El problema es que el límite lo pone el bolsillo del consumidor, y esa línea está muy baja en relación con los costos de producción que tenemos nosotros”, expresó.
Para Cristian del Pozzi, independientemente de cómo termine esta temporada, “tiene que haber un proyecto integral del sector agroindustrial en su conjunto (incluida la vitivinicultura), en el que se tracen tres o cuatro líneas básicas, con una visión a veinte años”, y reclamó que “el que gobierne la Nación debe crear un ministerio de Economías Regionales”.
Pero no dejó de señalar -como una medida que podría mejorar la situación del mercado interno- “la participación relativa que tiene la cadena de comercialización y el costo fiscal en la cadena de valor”.
