En una sesión con más pelea política que técnica, ayer quedó sancionada la modificación de la ley 6.722, que reglamenta la función de la Policía. Se trata de una reforma sustancial que endurecerá algunos aspectos de la ley que surgió hace 17 años de la denominada “revuelta policial”.
En este sentido, habrán cambios en las condiciones de ingreso, se incorporan nuevas causales en el régimen disciplinario, se establecerán incentivos para el personal policial y nuevos requisitos para los ascensos.
En el detalle, estos cuatro ejes introducen algunas novedades que tuvieron mayor o menor polémica, pero un cierto grado de aceptación (o resignación) por parte de la oposición. Entre los principales cambios, los ingresantes estarán a prueba un año, con la posibilidad de perder su estado policial en el caso que no convenza su desempeño.
La puja política
La sanción de todas estas modificaciones sorprendió aún a los propios legisladores, que horas previas a la sesión no sabían qué es lo que pasaría. Es que el proyecto no estaba en el orden del día, por lo que muchos especulaban que recién se trataría la semana que viene con suerte, teniendo en cuenta que habían cuestionamientos del lado opositor, por tratarse de un tema que no pasó por la Bicameral de Seguridad, que se constituirá recién hoy.
En este sentido, algunos se esperanzaban en que la comisión integrada por senadores y diputados pudieran poner el proyecto en consideración hoy. Pero los teléfonos empezaron a sonar cerca del mediodía y los planes cambiaron.
En el Ejecutivo había apuro en sacar la ley y, si se esperaba más, el reproche de ponerla a consideración de la Bicameral cobraría más fuerza con la comisión conformada, hecho que atrasaría los planes.
En este juego entraron los cinco intendentes justicialistas que, por pedido del Gobierno de Alfredo Cornejo, instruyeron a sus legisladores para que acompañen con su voto el tratamiento, ya que por ser sobre tablas, requería que los dos tercios de los diputados votaran a favor de que se diera el debate.
Una vez considerado el tema, el PJ y el FIT votaron en contra, pero el Frente Cambia Mendoza volvió a imponer su mayoría propia y sacó la ley en cuestión de minutos y sin mayores objeciones en el recinto, sobre todo, en cuanto al contenido del proyecto.