Con pirotecnia es peor

Se acercan las Fiestas y diversas organizaciones civiles reinician sus campañas anuales para desalentar el uso de los fuegos de artificio. Razones de salud humana, cuidado del ambiente y respeto por la vida animal justifican la propuesta de cambiar la p

Con pirotecnia es peor

Faltan menos de tres semanas para las fiestas de fin de año, y aunque es un tema de cualquier época, las redes sociales -en uno de sus valiosos servicios públicos- están actualizando las campañas tendientes a desalentar el uso de la perniciosa pirotecnia en los tradicionales festejos que se avecinan.

Taquicardia, náuseas, falta de aire, pérdida de control, aturdimiento y otros inconvenientes suelen sufrir muchas personas cuando se desata el fragor de los estallidos de petardos y otros elementos contundentes.

Pero en niños, ancianos y enfermos se potencian los efectos de los ruidos con altos decibeles, y mucho más es castigada la hipersensibilidad acústica de los niños con autismo, para quienes los estruendos son aterrorizadores. Los ancianos, especialmente los afectados por diversas dolencias, sufren a menudo ataques de pánico y crisis de angustia.

Animales, como perros, gatos y caballos, también algunas aves, perciben los ruidos amplificados por cuatro veces. Las mascotas en el seno de los hogares tienen posibilidades de paliativos, en cambio los indefensos habitantes del Zoológico no tienen la posibilidad de buscar otro refugio.

Si bien en Mendoza bajó en los últimos años el consumo de los elementos peligrosos de la cohetería para festejar, todavía es alto el nivel de adquisición de estos productos en los hogares, y las estadísticas hospitalarias están lejos de marcar descensos significativos en lesiones de la piel, oculares y otras de mayor gravedad, que tienen a los niños como sus víctimas más habituales. A principio de año, la Secretaría de Ambiente propició cambiar la ley para que se prohíba la comercialización y uso de pirotecnia en toda la provincia. La propuesta consistía en reemplazar el artículo 1 de la Ley Nº 8632, a través de la cual se prohibía la utilización de ciertos productos pirotécnicos que se comercializan en la provincia, por un nuevo texto que impidiera en todo el territorio provincial el uso y la venta de fuegos de artificio. Quedarían eximidos los festejos públicos o privados que utilicen pirotecnia de uso profesional con las debidas autorizaciones y estudios de impacto ambiental correspondientes.

De todos modos, en Ambiente aseguran que se han restringido los comercios que pueden comercializar este renglón, quedando solo habilitados los que tengan espacios para la venta de pirotecnia y no como como un anexo a otro comercio. También se ha dispuesto para la próxima Fiesta de la Vendimia una disminución sustantiva de fuegos de artificio, utilizando mayormente la que se conoce como pirotecnia fría (sin estruendo).

De todos modos, nos acercamos a los momentos de celebrar y la única certeza es que la pirotecnia tradicional seguirá haciendo de las suyas, en abierto perjuicio de las personas más frágiles, causando impactos ambientales, contaminación acústica, y siendo causa de potenciales incendios y descartando el respeto a la vida animal silvestre y doméstica.

En resumen, y tal como están las cosas, se avecinan festejos con ruidos y fuegos artificiales. Que sean moderados es lo último que nos resta solicitar a la comunidad y que los funcionarios del área vigoricen los controles en materia de venta del artículos clandestinos, al tiempo que los adultos eviten que los niños sean expuestos a estos elementos y minimicen las molestias y penurias que el estruendo provoca en las personas mayores, con alguna enfermedad y en los animales.

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