Los venezolanos votaron ayer para elegir gobernadores en unos comicios sin mayores incidentes en los que el gobierno y la oposición midieron fuerzas, después de cuatro meses de violentas manifestaciones que dejaron unos 125 muertos entre abril y junio.
Cumplida la hora de cierre de urnas, a las 18 locales (19 argentina), muchos centros permanecían abiertos para recibir a los electores aún en fila, como dispuso el Consejo Nacional Electoral (CNE), que aún no había dado oficialmente por concluida la votación.
Más de 18 millones de venezolanos estaban llamados a sufragar para designar por cuatro años a los gobernadores de los 23 estados del país petrolero. Una fuente del poder electoral afirmó que la participación rondaría el 60%.
La oposición pidió a sus seguidores votar, más que por gobernadores, para castigar la gestión del presidente Nicolás Maduro; en tanto que el mandatario reivindicó la elección como un “triunfo de la democracia revolucionaria”.
En Maracaibo, ciudad petrolera en el oeste del país, Carmen de Guillén, de 52 años, votó para apoyar al gobierno porque -dijo- “se preocupa por los más pobres”.
Los comicios se celebraron con un año de retraso y luego de dos meses de tregua tras las marchas convocadas entre abril y julio por la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) para exigir la salida de Maduro.
La MUD llamó a su gente a vencer la desilusión tras fracasar en las marchas que buscaban forzar la salida de Maduro del poder, y mostrar que aún son mayoría. Este fue el primer duelo electoral desde su aplastante victoria en las parlamentarias de 2015, cuando rompió una hegemonía chavista de 18 años.
Buscando legitimidad nacional e internacional, Maduro convirtió estos comicios en una validación de su todopoderosa Asamblea Constituyente, desconocida por la oposición y países de América y Europa.
"El que vote está votando por la Constituyente", reiteró el mandatario.
El oficialismo defiende 20 gobernaciones en su poder, pero las encuestas han dado a la oposición como favorita para ganar de 11 a 18 estados, según sea la abstención.
Aún si la oposición arrasara, estaría de manos atadas porque Maduro dispuso que los gobernadores electos se subordinen a la Constituyente, totalmente oficialista pues la MUD la consideró ilegal y no participó en su elección.
“El que no se juramente no toma su cargo y punto”, advirtió el presidente.
A las puertas está un nuevo repunte del conflicto institucional. Los gobernadores podrían terminar como el Parlamento, cuyo poder fue anulado por la justicia -acusada de oficialista-.
Gerardo Blyde, jefe de campaña de la MUD, reiteró este domingo que los opositores no se juramentarán ante una Constituyente “fraudulenta”.
Además de la frustración de su gente tras las protestas, la MUD enfrentó complicaciones como la reubicación a última hora de casi 300 centros, lo que denunció como “abusos” del CNE para favorecer al gobierno.
La MUD responsabilizó al CNE porque varios centros donde mayoritariamente votan sus seguidores abrieron tarde; aunque la presidenta del organismo, Tibisay Lucena, minimizó las quejas y dijo que todo transcurrió con “normalidad”.
Desde que se eligió la Constituyente el 30 de julio, las protestas cesaron y Venezuela recuperó una relativa normalidad. Agencia AFP