Productiva y comercialmente hablando, comienza un año en el que las pulseadas a la hora de definir operaciones de compra-venta a un precio acorde serán moneda corriente. Una cosecha prometedora también trae aparejadas otras condiciones que por lo pronto impulsan grandes planes de compra de materia prima en marcha por parte de algunos grupos.
Un caso es el de Peñaflor, que ya definió un megaoperativo centrado primordialmente en uva varietal. Luego de haber adquirido 100 millones de kilos en 2017, hoy su meta es más ambiciosa.
"Esto recién empieza y aún no podemos precisar precios, pero ya estamos cerrando el presupuesto con los enólogos para una compra que estará entre un 10 y 20% por arriba de lo que fue el año pasado", anticipa José Luis Güerci, responsable de la compra de grandes volúmenes para Peñaflor.
La pauta apunta a que del total, 80% sean varietales de alta gama y el resto uva criolla. "Partimos de la base de que la mejora en el tipo de cambio pinta una mejor perspectiva para el comercio exterior", añade Güerci respecto a las motivaciones .
Otras firmas se suman aunque los volúmenes previstos son otros. Por caso, RPB inicialmente adquirirá 10 millones de kilos con malbec a la cabeza, además de elaborar a terceros para bajar costos.
Según Daniel Catalá, gerente general de la firma "aún no hay información de precios, pero vamos a encarar un programa más bien moderado con la uva varietal. Malbec deja la vara alta y de hecho en 2017 no llegamos".
El ejecutivo asegura que RPB esperará al mercado de traslado para comprar vino genérico. Pero también queda la puerta entreabierta para hacer lo propio con caldos de alta gama a fin de cumplir contratos, incluso vía importación si los precios se disparan.
“Durante el año tendremos que salir a comprar varietales sí o sí. En 2017 se importó cabernet de Chile; hoy no es conveniente, pero nunca se sabe”, advierte Catalá, para quien 2018 es “un año para ser moderados si se quiere revertir la caída del consumo, por lo que no se pueden tocar los valores de distribución ni en la góndola” .
De precios y perspectivas
A priori, los valores del mercado toman un rango heredado de entre $ 20 y $ 24, tomando como base el malbec, con el antecedente de algunos productores que llegaron a vender su uva a u$s 1,20, según algunas bodegas. La perspectiva de actualizarlos por inflación es inaceptable para algunas bodegas, aunque tras los festejos vendimiales se viene una semana en la cual se espera "blanquear" algunas cifras.
En el oasis Este los sondeos parten de un piso de $ 800 el quintal para tintas comunes, entre $ 400 y $ 500 las criollas (por el influjo de mosteros y demanda creciente de vino blanco) y hasta $ 1.600 para malbec.
A criterio de Mauro Sosa, gerente del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, "el descontento o frustración se debe a los bajos precios de las uvas y es razonable atento a que no contempla ni siquiera el índice de inflación. Además, se suma una variable no usual que explica gran parte del comportamiento del precio de las variedades tintas: es el fenómeno de la importación de vinos genéricos de color que sabemos acumula casi 90 millones de litros, cuyas consecuencias son extraordinarias".
El dirigente asegura que el mercado de uva "se transparenta de a poco", asociándolo al mercado de traslado. Y afirma que "el vino tinto se cotiza a un precio no ya por debajo de la media de 2017 sino de diciembre de 2016, 30% menos, a lo que hay calcular y sumar un índice de inflación del 24,7%.
Más allá de la coyuntura, con una vendimia 2018 que dejará no menos de 22 millones de quintales (14 en Mendoza), una pauta alrededor de 20% superior a la de 2017, los grandes grupos otean un mejor panorama que los reposiciona ante sus competidores de otros países, no sin olvidarse de una mejora de los reintegros, reclamo que arrastran desde la Vendimia 2016.
Así lo asumen también los responsables de definir políticas vitivinícolas, como Alfredo Aciar, referente en la materia del Ministerio de Economía.
Para el funcionario, “este año hay más uva, pero también mejor expectativa de ventas al exterior por los problemas que atraviesan los productores europeos. Incluso para las exportaciones de mosto, que en España viene en baja”.
Quitarle puntos a la cerveza
Pero el mercado interno es el que más incidencia tiene en las decisiones comerciales todavía. Y el escenario para la industria promete posibilidades extras si se cumple la esperada retracción de la cerveza ante la suba de 6 puntos en el impuesto.
Un análisis elaborado por el Ministerio de Economía apunta a que se podrían colocar como mínimo 30 millones de litros, si el vino es capaz de ocupar al menos parcialmente la "vacante" que pueda dejarle para muchos su principal rival en las góndolas.
La explicación: llevar la tasa de 8 a 14% impactaría hasta 7 puntos en el precio final, lo que puede traducirse en varias decenas de millones de litros menos.