Con María Julia, murió un ícono del menemismo

Tuvo cuatro condenas por irregularidades en sus distintos cargos nacionales y estuvo casi dos años en la cárcel.

Con María Julia, murió un ícono del menemismo

María Julia Alsogaray, la ingeniera industrial que logró lugares de privilegio en los gobiernos de Carlos Menem y falleció ayer a la madrugada por un cáncer de páncreas, afrontó ocho juicios orales, tuvo cuatro condenas, fue a prisión por enriquecimiento ilícito y pasó sus últimos días en libertad condicional, a la espera de un nuevo proceso por un presunto pago irregular a una empresa cuando fue interventora de Entel.

Hija del histórico dirigente liberal Álvaro Alsogaray y fundador de la Unión del Centro Democrático (Ucede), María Julia siguió los pasos de su padre y tras recibirse como ingeniera en la Universidad de Buenos Aires incursionó en la política.

En 1985 fue electa como diputada nacional por la Ucede y luego se alineó con la presidencia de Carlos Menem, período en el que ocupó varios cargos públicos que con el tiempo la llevaron a convertirse en símbolo de la corrupción menemista.

Alsogaray fue primero interventora de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) para preparar la privatización de la compañía y la misma función ocupó en la etapa final de la siderúrgica estatal Somisa, para luego ser nombrada como Secretaria de Medio Ambiente.

Durante su gestión al mando de la secretaría, la acérrima defensora del proceso privatizador del menemismo, atrajo la atención de la opinión pública al prometer una “limpieza” del Riachuelo en un lapso de “mil días” y asegurar que después “se tiraría a nadar” en el agua libre de contaminación.

La promesa jamás fue cumplida y le trajo varios problemas con la Justicia por el manejo de los fondos destinados a ese fin.

Desde 1996 hasta 2000, el Comité del Riachuelo manejó más de 35 millones de dólares, de los cuales casi 22 fueron a parar el rubro “servicios técnicos y profesionales”, es decir consultoras cercanas a Alsogaray que hicieron estudios de la contaminación.

Alsogaray también será recordada por la tapa de la revista Noticias en la que insinuaba estar vestida sólo con un tapado de piel que luego se supo, se lo había prestado la actriz Graciela Borges, o por declaraciones que la mostraban alejada de la realidad social en las que revelaba que había viajado una sola vez en colectivo.

Durante los ‘90, María Julia fue uno de los íconos que mejor simbolizó al menemismo período en el que su patrimonio creció ampliamente hasta alcanzar los 2,5 millones de dólares.

Cuando se sumó al gobierno del caudillo riojano en 1989 tenía un patrimonio acotado: un departamento con cochera y dos automóviles de 8 y 10 años de antigüedad. Su liquidez también era escasa: apenas 30 mil australes. Cuando dejó el poder, contaba con 2 departamentos y un pequeño petit hotel en Recoleta, un departamento en Flores y otro en Nueva York frente al Central Park, un auto Mercedes Benz, una 4x4, una bóveda en Recoleta, cuentas en Uruguay y en la Argentina y una lapicera francesa de 30 mil dólares. Sus gastos con tarjeta de crédito pasaron de 23.325 en 1991 a 228.539 en 1999.

Una vez finalizada la presidencia de Menem debió enfrentar las denuncias judiciales acumuladas por su desempeño como funcionaria convirtiéndose en la más investigada por la Justicia.

En mayo de 2004 recibió su primera condena por enriquecimiento ilícito y se le fijó una pena de tres años de prisión e inhabilitación absoluta por el plazo de seis años.

En abril de 2013 fue condenada por segunda vez, a cuatro años, por contratos que firmó como secretaria de Recursos Naturales con la Universidad Nacional de Lomas de Zamora.

En el tercer juicio, también de 2013, fue absuelta por prescripción de la acción penal por delitos en el plan de manejo del fuego.

El cuarto tuvo sentencia en abril de 2014: fue condenada a cuatro años de prisión por contratos de fin de obra durante la privatización de Entel, mientras el quinto se realizó en 2015 y fue absuelta en un caso referido a la transferencia de 241 hectáreas que tenía Entel en la localidad de Pacheco.

El 21 de abril de 2015, la Justicia la condenó a cuatro años de prisión en la causa por irregularidades en la privatización de esa empresa y la encontró culpable por el delito de “defraudación por administración fraudulenta”.

Asimismo, ese año fue condenada a cumplir cuatro años de prisión domiciliaria por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 6 por “irregularidades en la contratación de pasantes”.

También fue absuelta en la causa por el cobro de sobresueldos y enfrentó condenas por irregularidades en una serie de refacciones en la Secretaría de Medio Ambiente a su cargo y por administración fraudulenta en perjuicio del Estado durante su desempeño en el proceso de privatización de la ex Entel.

María Julia debió haber estado el jueves pasado en el banquillo de los acusados en los tribunales federales pero no pudo por su enfermedad. El Tribunal Oral en lo Criminal Federal 6 siguió adelante con el juicio y ese día dictó sentencia: dos años de prisión en suspenso para los hermanos Meller en la causa por el presunto pago irregular de 30 millones de dólares a los encargados de confeccionar la guía telefónica, con ella como interventora de la residual y privatizada Entel.

Alsogaray estuvo detenida por casi dos años entre agosto de 2003 y mayo de 2005, luego cumplió prisión domiciliaria por un año y siete meses desde marzo de 2015 hasta octubre de 2016. Entonces, se le otorgó la libertad condicional.

Una foto sexy en Las Leñas en medio de rumores

-Vamos a hacer algunas fotos. Para nosotros.

-No, ¿qué foto vamos a hacer? Si no traje ropa...

-Bueno... Tenemos el tapado...

Así empieza la historia de una de las fotos más recordadas y simbólicas de los años menemistas. El que hace la propuesta es Osvaldo Dubini, un ya por entonces experimentado fotógrafo de modas y espectáculos que había llegado a la revista Noticias después de trabajar en Siete Días.

La que no había llevado ropa para la producción era María Julia Alsogaray, entonces interventora de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel), que marchaba hacia la privatización. El resultado final fue la famosa tapa de Noticias de julio de 1990, en la que la ingeniera aparecía en tren de diva, aparentemente vestida sólo con un tapado de piel y cuando mucho se especulaba sobre su vínculo real con Menem.

Dubini estaba haciendo temporada de nieve en Las Leñas. Por ahí andaban también Susana Giménez y Graciela Borges. Hubo una producción especial con María Julia y Graciela prestó el tapado.

Pero la foto que quedó en la historia no estaba incluida en el primer material que el reportero gráfico mandó a la editorial. Es que la producción ya había terminado y fue entonces cuando Dubini le propuso a Alsogaray hacer algunas tomas más, “más tranquilos”.

"Tenía el tapado y tenía una camisa", recordaría Dubini, entrevistado por Crónica TV. También se acordaba de que le pidió a María Julia que se desabrochara algún botón de esa camisa, que se corriera el tapado, que dejara ver sus hombros. "Se empezó a desabrochar otros botones más. Y llegó un momento en que al final...", contaba Dubini el final que es esa foto.

Negativos, remís, una encomienda, avión -así eran las cosas todavía por aquellos años-, otro remís hasta la editorial Perfil en Buenos Aires, y ahí se suma al relato Jorge Fontevecchia, el director de Noticias, que por algún motivo recibió más material de la producción de Dubini, una segunda tanda, algo inusual.

"Yo no lo podía creer", contó Fontevecchia al recordar la situación hace tres años, durante la celebración del 25º aniversario de la revista: "Miraba la foto, en esa época se miraba con cuentahilos (un instrumento parecido a una lupa), y no lo podía creer".

Vuelta a Dubini. "En la editorial, directamente, las otras fotos las descartaron". "Yo también me sorprendí -terminará agregando-, pero después, por la trascendencia del impacto que generó la fotografía. Porque a nivel político fue un revuelo". Noticias, con esa foto en la tapa, duplicó las ventas.

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