"Es la política, estúpido", frase contundente y revulsiva -si las hay- podría ser utilizada en el EscándaloAFA parafraseando la que Bill Clinton le lanzó a George Bush padre durante la campaña electoral para la presidencia estadounidense en 1992. Si bien la palabra empleada fue 'economía' en vez de 'política', lo cierto es que el tono y el impacto del mensaje se instalaron ya como frase hecha y aplicada a todo tiempo y lugar como si fuera a dejar en claro qué es lo más importante en una situación equis. Y Marcelo Tinelli, que sin dudas no es para nada 'estúpido', debe haberse dado cuenta ya que su condición de pragmático no le da un paraguas protector que lo inmunice del deterioro de la propia imagen, si no todo lo contrario: lo expone a la toma de decisiones a toda hora y sea donde fuere, sin - permítase la metáfora - cortes publicitarios o una platea adicta que festeja, aplaude y se agita delante o detrás de la pantalla.
Tinelli cambió radicalmente su discurso contenedor y consensuador por uno de modo confrontativo en apenas 24 horas. El jueves, en Ezeiza, supo en carne propia a qué queda expuesto quien imagine alguna vez ser la cabeza de un agrupamiento que conduzca instituciones de peso. Ya no se trata del club de la esquina, la cooperadora escolar o el equipo del torneo interno en el trabajo. Es la AFA, ni más ni menos. La Asociación del Fútbol Argentino, una de las más emblemáticas a nivel mundial. La misma entidad que logró consolidarse recién en 1934 luego de sucesivos quiebres, rupturas y cambios de filas durante las tres primeras décadas del siglo XX. Y al día siguiente del papelón en la votación, fue el propio empresario y animador televisivo quien salió con los tapones de punta y le dedicó poco más de 20 minutos de su programa Showmatch a marcar territorio. De la palmada en la espalda pasó a quebrar las lanzas. Sin término medio.
Acostumbrado a Tinellilandia, un ámbito en el cual todo funciona a provecho propio con un simple chasquido de dedos, el horizonte del vicepresidente de San Lorenzo también está semi tapado por nubarrones que le será necesario sortear.
En octubre 2012, cuando Julio Grondona lo presentó en público en el Hotel Intercontinental de Mendoza - previo al Argentina 3 Uruguay 0 en el Malvinas, por las eliminatorias - Tinelli recibió una suerte de bendición por parte de quien había hecho un arte de la muñeca política para manejar la AFA a su antojo por 33 años. Aún en vida, Don Julio le había dado inicio al grondonismo y así su delfín se sintió protegido y blindado.
Es más, JHG ya había expresado en su círculo íntimo que sus intenciones era la de concretar su último mandato en 2015 para luego dedicarse exclusivamente a la FIFA, en la cual era no sólo uno de los vicepresidentes, sino también - designado por Joseph Blatter - el encargado de la estratégica Comisión de Mercadotecnia, el ente encargado del manejo de las televisaciones.
El primer golpe de nocaut que recibió Tinelli fue cuando se frustró su proyecto de quedar al frente de Fútbol para Todos, en los inicios de 2013. Había confiado en el empresario Alejandro Burzaco como arquitecto de las negociaciones entre el Gobierno y la AFA para que la productora Ideas del Sur se metiese de lleno en el negocio de las transmisiones futbolísticas. Mientras saboreaba el acuerdo, los encontronazos con Máximo Kirchner y La Cámpora le frustraron el proyecto.
Encima, hoy el rol de Burzaco cambió abruptamente: el ex CEO de Torneos se entregó en Italia en el marco del #FIFAgate, fue extraditado a Estados Unidos y ya declaró más de una vez ante los Tribunales de Nueva York en el juicio por corrupción en la FIFA, por sobornos de 150 millones de dólares, organización mafiosa, lavado de dinero y fraude masivo.
Acogido a la figura del "arrepentido", el hermano de Eugenio - nuevo secretario de Seguridad - involucró, entre otros, al presidente afista Luis #Segura y a José Luis Meiszner, quien renunció a fines de noviembre a la secretaría general de la CONMEBOL y el jueves pasado recibió la orden de captura internacional.
Gracias a su afinidad con Rodolfo D'Onofrio y Daniel Angelici, aunque hoy día más ligado políticamente al presidente de River Plate que al de Boca Juniors, fue que Tinelli recompuso su ingreso a las grandes ligas y jugó fuerte en el llamado grondonismo sin Grondona. Supo generarse avales desde diferentes corrientes surgidas en el mismo riñón político para conseguir una enmienda que le permitiera presentarse como candidato a ser el heredero real del sillón máximo, el mismo que JHG ocupó desde 1979 hasta el último de sus días en 2014.
En ningún caso Tinelli sufrió el embate de las internas, como sí le sucede ahora. Y el desgaste, sobre todo. No hay de qué extrañarse: en la vida interna sanlorencista, Matías #Lammens y su entorno le dejaron libre el camino dirigencial ya que lograron avances superlativos en el club de Boedo y más desde la gestión que a partir de la billetera. Inclusive, el muy activo ML fue sondeado tiempo atrás por el PRO pero desechó el ofrecimiento para sumarse a sus filas. El joven dirigente apunta a la creación de un espacio político propio, más orientado hacia el centro izquierda. Y desde esa convicción ideológica comanda el proyecto para que MT llegue a la AFA sin una lista de unidad - como insinuó el segurismo - sino por el peso del voto.
Por más que Mauricio #Macri pareciera distante hoy de Tinelli por el apoyo de éste a Daniel #Scioli previo al balotaje, lo cierto es que la relación entre el presidente electo y Marcelo sigue siendo cercana. Inclusive, el ganador de las elecciones dijo recientemente que "Segura no es el cambio" en el programa de Mirtha Legrand.
Más preocupado debería estar Segura, sobre todo por los avances de la jueza estadounidense Loretta Lynch en relación al caso FIFA. Y además, porque la cada vez mayor exposición pública de Hugo Moyano y de su yerno "Chiqui" Tapia está generando un polo de peso dentro de su propia lista. El titular de Argentinos Juniors ya no cuenta con la influencia que le generaba el vínculo con Don Julio. Y si buscó llegar a una lista por consenso no fue por una actitud de acercamiento, sino porque por primera vez sintió debilidad desde el punto de vista político.
En esta semana, además de la reunión entre el tinellismo y el segurismo, la AFA se moverá al compás de cómo reacomodarse tras el cambio de gobierno nacional. En ésto, la percepción anticipatoria a los hechos que suele demostrar Tinelli apunta a marcar la diferencia. Siempre y cuando sepa diferenciarse de sus antagonistas para no ser absorbido por éstos y tenga en claro - definitivamente - que a la política hay que enfrentarla y no hacerle "pum, para arriba".