En abril, el Comité Olímpico Argentino (COA), resolvió por unanimidad que Luis Scola sería el abanderado de la delegación nacional en la ceremonia de Apertura de los Juegos de Río, evento que se llevará a cabo hoy en el célebre estadio Maracaná.
El pivote del seleccionado de básquetbol masculino cumplirá hoy, cuatro años después, el postergado deseo de portar la enseña celeste y blanca. Porque el golero histórico del elenco argentino resignó en agosto de 2012 la posibilidad de llevar la bandera en la ceremonia de Clausura, en los Juegos de Londres, cuando cedió ese privilegio al correntino Sebastián Crismanich, quien había sido el único que se subió al escalón más alto del podio, tras ganar la final del Taekwondo en los 80 kilogramos.
“(Luis) Scola representa los valores que todo deportista quisiera tener: responsabilidad, entrega, humildad, solidaridad grupal, compromiso para involucrarse”, dijo oportunamente el dirigente bahiense Federico Susbielles, hoy presidente de la Confederación Argentina (CABB) para graficar el sentimiento de gratitud hacia el número 4 de la Generación Dorada.
Porque el futuro integrante de los Brooklyn Nets en la NBA fue actor protagónico en el ciclo de rearmado de la nueva CABB, cuando las denuncias por “administración fraudulenta” derivaron en la salida anticipada del pampeano Germán Vaccaro, anterior titular del organismo.
En su rol de capitán de uno de los mejores equipos argentinos de la historia, el jugador surgido de las inferiores de Ferro Carril Oeste preguntó, indagó y tomó posición definida respecto de la crisis en la CABB
Es más, una versión que circuló pero que nunca se oficializó habla de una reunión concreta entre Scola y el entonces Secretario de Deporte de la Nación, Carlos Espínola (Camau), para sugerir la intervención del organismo (del que se hizo cargo Susbielles hasta las elecciones que se desarrollaron en diciembre).
Con medallas en el pecho
En lo estrictamente deportivo, los pergaminos de Luis Scola hablan por si solos: presencia ‘Sarmientina’ en todos los certámenes internacionales desde el Premundial Neuquén 2001, máximo anotador histórico con la Selección y artillero principal de los Campeonatos FIBA Américas (1306 puntos), desplazando a una gloria del básquetbol continental como el brasileño Oscar Schmidt (1287).
Emanuel Ginóbili, su compañero en el seleccionado no quiso hablar de un eventual ‘espíritu olímpico’ (“Todos hablan de eso pero no sé qué significa?”, dijo el bahiense) que incluye a Scola, pero sí mostró satisfacción y orgullo por la distinción.
“Creo que Luifa (Scola) todavía no se dio cuenta lo que está pasando y recién va a caer cuando estemos ahí, a punto de entrar al estadio Maracaná”, indicó el astro de los San Antonio Spurs.
“Ser la cabeza de un país en un evento como éste es espectacular. Lo viví en los Juegos Olímpicos de Pekín (2008) y fue un momento muy emocionante. Se te infla el pecho. Estoy muy orgulloso de que Luis porte la bandera”, agregó ‘Manu’.
El propio Scola aún no hizo aseveraciones respecto de la emoción que le puede producir salir a la cancha y ponerse al frente de sus compatriotas en el desfile inaugural.
“Sólo pienso en los ratos libres. Va a ser una jornada especial, un momento distinto. Pero no quiero pensar mucho porque están los partidos y eso se lleva la mayor parte de mi cabeza”, dijo el pivote.
Scola, de 36 años, que llega a sus cuartos Juegos tras ser oro en Atenas 2004 y bronce en Pekín 2008, reconoció: “No estamos en el mismo momento que estuvimos hace diez años”.
Con optimismo hacía el futuro
Orlando Moccagatta, el Subsecretario de Deporte de Alto Rendimiento, ayer pronosticó que en Río los resultados que obtendrá la misión argentina serán “buenos” pero que en Tokio 2020 “serán mejores”.
“En Río obtendremos buenos resultados pero en Japón serán mejores, no hay dudas”, expresó el ex-entrenador del ex-nadador cordobés José Meolans. Moccagatta estableció diferencias entre las lecturas de los resultados que “puede hacer un aficionado común y la que debemos hacer nosotros”.
“Argentina llegó a los Juegos con la delegación más numerosa después de 70 años”, explicó para dar cuenta de la satisfacción que le produce la presencia de 213 deportistas argentinos en esta cita olímpica, igualando a Londres 1948.
“Además tenemos un equipo equilibrado entre varones y mujeres, entre jóvenes que tienen su primera experiencia y otros que ya cuentan con algunos Juegos en el lomo”, evaluó.
Este ‘ciclo olímpico’ que finalizará el domingo 21 de agosto en el Maracaná, le permitirá a los responsables de la planificación deportiva en la Argentina advertir “dónde se está parado”.
