Con las manos vacías

Un sindicalismo atomizado se encuentra en una elección ante un justicialismo también fracturado en tres partes. En ese esquema, los lugares en las listas de candidatos son contados con los dedos de una mano.

Con las manos vacías

Por Luis Fermosel - la.fermosel@gmail.com

El 33 por ciento "movimientista" ha quedado en el olvido y el sindicalismo está cada vez más lejos de alcanzar cargos electivos. En esta oportunidad son contados con los dedos de una mano los lugares ocupados por hombres de extracción gremial en las listas de candidatos. Una situación que se observa en Mendoza y que se repite a nivel nacional, donde el retroceso es aún más evidente.  Con ese panorama, con el sindicalismo en retroceso, sin capacidad de convocatoria y con cuestionamientos en sus propias estructuras, al movimiento obrero le resultará muy difícil convocar a medidas de fuerza en un futuro cercano, salvo que la situación social en el país se continúe profundizando.

"A las mujeres se les ha respetado el cupo del 50 por ciento en las listas de candidatos, pero a nosotros no nos han tenido en cuenta", se quejaba días pasados un integrante de la central obrera provincial, para quien el sindicalismo debe realizar una profunda autocrítica si la intención es "recuperar los espacios perdidos". Razones no le faltan al dirigente, si nos atenemos al hecho de que los hombres de extracción sindical han ido perdiendo espacios en el justicialismo y hasta se dan algunos hechos que llevan a pensar que se da el "reino del revés", en razón de que un radical "histórico" y que asegura que aún sigue siéndolo, como Sergio Palazzo, titular de los Bancarios, ahora es un hombre muy allegado al kirchnerismo, mientras por otro lado el recientemente fallecido Gerónimo "Momo" Venegas, aún a pesar de ser el titular de las "62 Organizaciones Peronistas", creó un partido, el "Fe" y se alineó con el macrismo.

En el caso de Palazzo, se sabe que durante la gestión de Cristina Kirchner tuvo una fuerte vinculación política con gente de La Cámpora, a través de Osvaldo "Wado" De Pedro, mientras el "Momo" se alejó del kirchnerismo durante la discusión con el campo, mientras muchos se preguntan qué fue lo que ocurrió con Hugo Moyano, de quien Venegas era gran amigo y después, durante el velatorio, una hija de Venegas trató de "traidor" al camionero.

Para comprender mejor lo que sucede en la actualidad, cabría quizás hacer un racconto de lo sucedido con el movimiento obrero durante las últimas décadas. El sindicalismo se auto atribuyó gran parte de la recuperación de la democracia y, en ese esquema, ocupó espacios importantes en las decisiones del peronismo en las elecciones de 1983. Sólo habría que recordar que el titular de la CGT, Saúl Ubaldini era quien "abría" los actos de campaña de la fórmula Luder-Bittel, mientras Lorenzo Miguel manejaba los hilos desde las 62 Organizaciones.

En Mendoza, el sindicalismo estaba dividido en dos grandes grupos: uno, liderado por el ferroviario Florentino Cortez, decidió apoyar a Ernesto Corvalán Nanclares (la fórmula fue Corvalán Nanclares-Florentino Cortez) y a nivel nacional se encolumnaba con Luder. El restante, encabezado por la Unión Obrera Metalúrgica, decidió apoyar en Buenos Aires a Angel Federico Robledo y en Mendoza a Horacio Farmache. Sin embargo, el grupo más importante desde el plano político, el Verde-Azul no contaba con hombres del sindicalismo, lo que les generaba críticas por la falta de movimientismo.

Tiempo antes del cierre de listas, el denominado Grupo del Este, que lideraban Antonio Cassia y Aldo Támula decidió escindirse del apoyo a Corvalán Nanclares y conformar, junto con José Octavio Bordón el sector Convocatoria Peronista. Con este grupo se sumó a los Verdes y Azules y fue así que la fórmula fue "Verde" (con José Motta-Antonio Spano) y los diputados nacionales por el PJ fueron César Massini (Verde), José Luis Manzano (Azul), Antonio Cassia (movimiento obrero) y José Octavio Bordón (Convocatoria). En la Legislatura mendocina entre "los del Este" y los "Blancos" (Corvalán Nanclares) que logró la minoría en la interna, numerosas bancas de las dos cámaras fueron ocupadas por hombres de extracción sindical.

Gran parte de la derrota fue atribuida al sindicalismo (Alfonsín había denunciado un pacto militar-sindical), pero la "recuperación" del gremialismo no tardó en llegar, al agruparse férreamente ante la presentación del proyecto de ley de Reordenamiento Sindical que impulsó el ministro de Trabajo Antonio Mucci. El enfrentamiento entre el Gobierno y el sindicalismo fue duro, Alfonsín tildó de "llorón" a Ubaldini y este le hizo 13 paros generales durante la gestión. La debacle sindical se profundizó durante la gestión de Carlos Menem, por el silencio y la connivencia gremial ante las privatizaciones impulsadas por el riojano y desde allí todo fue en retroceso, con contadas excepciones, como sucediera cuando el mercantil Guillermo Pereyra y el petrolero Dante González fueron diputados nacionales por Mendoza en el mismo período legislativo.

El gobierno kirchnerista asestó un golpe durísimo al reconocer distintas "centrales obreras" y fue así que en un momento hubo cinco grupos: uno liderado por Moyano (opositor a Cristina), otro por Antonio Caló (a favor), un tercero por Luis Barrionuevo (opositor), un cuarto, la CTA "oficialista" por Hugo Yaski y un quinto, la CTA "opositora" por Pablo Michelli.

Llegamos así al momento actual en que un sindicalismo atomizado se encuentra frente a una elección en la que el peronismo también está atomizado. En ese marco, entonces, la central obrera que lidera Luis Márquez decidió dejar en libertad de acción a las organizaciones "porque no se llegó a una lista de unidad ya que cada uno pelea por lo suyo", lo que derivó en que algunos dirigentes se sumaran a la lista kirchnerista (Aparicio, de televisión y Sosa, de ferroviarios) van como diputados provinciales, mientras Sergio Omar Giménez (bancario, que sigue las directivas de Sergio Palazzo) va en tercer lugar en la lista de diputados nacionales también del kirchnerismo. En otra de las listas, la que lleva como candidato a Jorge Tanús a diputado nacional, aparece el nombre del taxista Osvaldo Llanos, a diputado provincial.

Un párrafo aparte merece el grupo de sindicalistas que se reunía en el salón Báltico, que integraban Canillitas, Utedyc, actores, estaciones de servicios y judiciales federales, entre otros, quienes decidieron abrirse y presentar lista propia, por fuera del Justicialismo y participar con el nombre de Somos Mendoza. Lleva como candidata a diputada nacional a María José Ubaldini, a Dora Cubas y en tercer lugar al dirigente político y de agrupaciones sociales, Roberto Roitman en tercer término. El dirigente de Vialidad Provincial, Claudio Díaz, va como candidato a diputado provincial.

En Buenos Aires, quienes han obtenido lugares en las listas son Vanesa Siley (judiciales) en tercer lugar como diputada nacional y Hugo Yasky, en sexto lugar en la lista de Cristina Fernández; Oscar Romero, a diputado nacional en la lista de Randazzo; la docente Romina del Pla como diputada nacional en la izquierda y Pablo Michelli como diputado nacional (le quedan dos años de mandato como senador provincial en Buenos Aires) en otra las listas de la izquierda. Nada más…

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