Los precandidatos a jefe de gobierno porteño realizaron ayer sus últimas actividades antes de que hoy, a las 8, comience la veda electoral de cara a las elecciones primarias del próximo domingo. Sin grandes actos y focalizándose en el mano a mano con los vecinos, quienes pretenden suceder a Mauricio Macri al frente de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cerraron ayer sus campañas.
Las PASO porteñas tienen como principal foco de interés la disputa interna en el seno del oficialismo, es decir, el Pro. Las últimas encuestas marcan una paridad o “empate técnico” entre el actual jefe de Gabinete de Macri, Horacio Rodríguez Larreta, quien cuenta con el apoyo del candidato presidencial y del “aparato” partidario, y la senadora nacional Gabriela Michetti.
Ayer, la legisladora -quien recorrió barrios en un auto antiguo descapotable- volvió a dispararle dardos a su rival y sostuvo el tenor crítico que caracterizó su campaña.
“Hay un tema que tiene que ver con los liderazgos que la Argentina necesita en la pelea contra el narcotráfico y contra las cosas más oscuras que tiene hoy el poder y el manejo del poder. Ese es un liderazgo que desde la Jefatura de la ciudad de Buenos Aires hay que ejercerlo sí o sí, y yo no lo he escuchado a Horacio tomar esa bandera”, advirtió Michetti en un contacto con una radio.
En cambio, Rodríguez Larreta prefirió no entrar en el terreno de la confrontación. “Gabriela es una gran dirigente y jamás le diría a nadie que no vote por ella”, dijo al ser consultado por la prensa.
“Lo más importante, incluso para la candidatura a presidente de Mauricio y más que quién gane la interna, es que la interna del Pro sea la más votada en las PASO, mostrar que la gente sigue valorando el trabajo que hacemos en la ciudad después de ocho años", agregó.
El funcionario preferido de Macri recorrió ayer algunos barrios y prometió mejoras en la frecuencia del servicio de subte y extender la Policía Metropolitana a todas las comunas.
En el Pro se decidió iniciar un operativo de “desdramatización” de la pelea interna entre Rodríguez Larreta y Michetti. Para ello, se decidió que el domingo haya uno solo búnker, en el complejo Costa Salguero, para festejar la segura victoria del oficialismo porteño.
“Macri estará levantándole las manos a los dos”, dijo uno de los principales operadores del jefe de Gobierno, quien admitió que hay preocupación en el entorno del candidato presidencial porque un posible triunfo de Michetti sobre el bendecido Rodríguez Larreta tenga un impacto negativo sobre el liderazgo nacional de Macri.
La oferta opositora
En tanto, Martín Lousteau, quien enfrenta a la legisladora de la Ciudad Graciela Ocaña y a Martín Borthagaray dentro del ECO, espacio conformado por la UCR, el socialismo y la Coalición Cívica (ex Unen), mantuvo una reunión con familiares de víctimas de la inseguridad y por la noche realizó un acto de cierre en la disco Museum, de San Telmo. Su principal contrincante, Ocaña, prefirió un cierre más "humilde" y mantuvo reuniones en un centro de jubilados con los vecinos de Villa Crespo.
Este espacio de “centro-izquierda” aspira a quedar el domingo ubicado como la segunda fuerza más votada, detrás del Pro, ya que Lousteau figura en las encuestas tercero, detrás de los dos precandidatos macristas.
Pero también el Frente para la Victoria, con sus siete postulantes, pretende recuperar el lugar de principal fuerza de la oposición porteña. Ayer, Mariano Recalde, a quien todas las encuestas ubican a pocos puntos de Lousteau y dan como seguro ganador de la primaria K, también prefirió un cierre de campaña sin estridencias. Mantuvo reuniones con vecinos en una recorrida por los barrios y recibió el apoyo de figuras del deporte en un almuerzo en la tradicional pizzería El Cuartito.
El Frente de Izquierda, que lleva a la dirigente del PTS Myriam Bregman como candidata al Ejecutivo porteño, realizó una caminata por el microcentro porteño. Y el economista Claudio Lozano, que se postula por el espacio Unidad Popular, decidió viajar en transporte público por la ciudad y charlar con los vecinos.