La inseguridad ha sido una de las mayores preocupaciones de los argentinos y los mendocinos no están fuera de esa preocupación, según se desprende de los pocos datos que hay, porque las administraciones de Celso Jaque y Francisco Pérez evitaron dedicarse a las estadísticas.
La tarea de recopilar datos de todas las provincias se la tomó el Ministerio de Seguridad de la Nación con la asunción de la nueva gestión.
Desde allí se afirma que en Mendoza, durante esos ocho años, entre 2008 y 2015, todos los delitos han crecido y, con ellos, los números de víctimas.
Por ejemplo: los robos prácticamente se han duplicado: en 2008 se produjeron 33.321 hechos; en 2015, 64.816, es decir un 95% más.
El dato es más alarmante aún si se tiene en cuenta la tasa de víctimas de robos cada 100 mil habitantes. Allí, la provincia, que aparecía tercera en el inicio del período considerado, ahora está primera y cómoda.
En Mendoza, la tasa creció de 1.926,4 por cada 100 mil personas en 2008 a 3.437,5 por cada cien mil habitantes en 2015, 78% de incremento.
Los robos marcan el pulso del mal humor ciudadano por la “sensación” de inseguridad. A nivel nacional, en 2008, de cada cien mil argentinos, 1.002 sufrieron un robo; en 2015, de cada cien mil habitantes del país, 1.096 fueron víctimas de ese delito.
Esto explica por qué en Mendoza no cesa el reclamo de más seguridad. En 2008 estaba muy por debajo de la Ciudad de Buenos y apenas de Neuquén; el año pasado superó a ambas, largamente.
La forma de analizar los datos es la tasa porque las diferencias de habitantes afectan el número bruto de delitos: cuanta más gente vive en un lugar, existen más probabilidades de que haya más hechos delictivos. En este caso, la tasa indica que de cada cien mil habitantes hay una cantidad “x” de personas que fueron víctimas de algún delito.
Así, la provincia de Buenos Aires aparece primera en cuanto a cantidad. Pasó de 77.413 hechos en 2008 a 91.761 en 2015. Pero la tasa pasó de 514,3 cada cien mil a 550,8 cada cien mil. Para ponerlo en lenguaje común: el año pasado de cada cien mil mendocinos 3.437 sufrieron un robo, en cambio en Buenos Aires, de cada cien mil bonaerenses sólo 550 fueron robados.
Como contrapartida de los robos, los homicidios han crecido muy poco en los ocho años, pero si se compara entre 2014 y 2015, incluso han bajado: en 2008 hubo 136 víctimas, en 2014 treparon a 164, para caer a 141 en 2015. Si se toma la tasa de víctimas en la provincia por cada 100 mil habitantes, en 2008 llegó al 7,9%, en 2014 llegó al pico de 8,8% y en 2015 bajó al 7,5%.
Pese a esa “estabilidad”, la tasa de homicidios dolosos es elevada respecto de la media nacional. En 2008, 6 de cada cien mil argentinos fueron víctimas de homicidio y en 2015 subió a 6,6 la media, pero igual se mantuvo por debajo de la provincial.
También Mendoza tiene una tasa mayor que otras jurisdicciones nacionales.
El año pasado la provincia de Buenos Aires tuvo una tasa apenas menor y 7,4 bonaerenses fueron víctimas de un homicidio de cada cien mil (1.240 víctimas). En Ciudad Autónoma de Buenos Aires fue sensiblemente menor: 5,4 porteños fueron asesinados de cada cien mil (165 víctimas).
La jurisdicción claramente más violenta es Santa Fe: En 2008 se produjeron 276 asesinatos y la tasa fue 8,5 cada cien mil; en 2014 treparon a un pico de 444 homicidios y la tasa se fue a 13,2 cada cien mil; en 2015 fueron menos los muertos, 413 víctimas, y la tasa aflojó a 12,2 cada cien mil.
Poca integridad
El Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) cuenta con datos de violaciones, sin discriminar géneros o edades. En Mendoza el panorama en este tipo de delito es alarmante y es en sí mismo un mensaje acerca de cómo vivimos nuestra sexualidad y el papel que cumple la dominación en nuestras relaciones.
En 2014, las víctimas fueron 275 y la tasa fue 14,8 cada cien mil; el año pasado, las víctimas fueron 357 y la tasa trepó a 18,9 cada cien mil.
Para dar testimonio de la realidad provincial hay que mirar los datos globales. En todo el país hubo 3.916 víctimas de delitos contra la integridad sexual con acceso carnal y la tasa cada cien mil llegó a 9,2; el año pasado las víctimas fueron 3.746 y la tasa bajó a 8,7 cada cien mil. La tasa mendocina es superada sólo por Misiones (23,3 cada cien mil) y Salta (27,5 cada cien mil).
Otros delitos hablan de conflictividad social. Las víctimas de lesiones dolosas, es decir provocadas intencionalmente, en 2014 llegaron a 22.772 (tasa 1.222 cada cien mil); en 2015 las víctimas fueron 23.383 (tasa 1.240 cada cien mil habitantes).
En algunos casos las diferencias se atribuyen al subregistro en algunas jurisdicciones, lo que deja más expuestas a las que registran bien los delitos. Éste es el caso de los delitos contra la seguridad pública (incendios, piratería, contaminación intencional, portación ilegal de armas, entre otros), que Mendoza encabezó largamente en 2014 con 2.519 denuncias, cuando el total nacional fue 8.686; en 2015 se denunciaron 2.395 hechos y el total nacional fue 9.009.
Curiosamente sucede lo mismo con los delitos contra la administración pública, que incluye resistencia a la autoridad, conspiración, falsa denuncia, usurpaciones de títulos u honores, abuso de autoridad o el tristemente célebre incumplimiento de los deberes de funcionario público: en 2014 se relevaron 5.707 casos en nuestra provincia cuando a nivel nacional llegaron a 30.616, y en 2015 hubo 4.757 casos mendocinos cuando en todo el país se trepó a 34.298.
Otro dato llamativo es la elevada cantidad de delitos contra la fe pública, que incluye falsificaciones o emisión de cheques sin fondos, delito por el que está preso el ex intendente de Santa Rosa, Sergio Salgado. En Mendoza durante 2014 se denunciaron 594 casos de los 6.984 que se denunciaron en todo el país; el año pasado fueron 513 casos en nuestra provincia y 6.853 en todo el país.
Una promesa que salió cara
En ocho años de gestiones del Frente para la Victoria no hubo estadísticas certeras, por la decisión de las mismas administraciones.
Desde el Ministerio de Seguridad de la Nación se indica que, desde 2010, Mendoza no reporta datos estadísticos, aunque no es la única jurisdicción que lo dejó de hacer; también cortaron los reportes la provincia de Buenos Aires y Córdoba.
Después que la promesa electoral de Celso Jaque de bajar 30% los delitos en seis meses hiciera estragos en su legitimidad pública, se tomó la decisión de desarmar el área que hacía las estadísticas criminales en el Ministerio de Seguridad mendocino.
De hecho, los datos disponibles durante ambas gestiones eran los que ofrecía el Poder Judicial a partir del relevamiento de las causas penales en las fiscalías.
Desde el organismo nacional han intentado ir reconstruyendo los datos, los que fueron completados con la tarea realizada en el Ministerio de Seguridad de la provincia desde la asunción de Alfredo Cornejo.
Los datos relevados por la nueva gestión son los que llegaron al informe del Sistema Nacional de Información Criminal (SNIC) que se difundió el lunes pasado desde el Gobierno nacional.