Su nombre no hizo mucho ruido en el mercado de pases tombino.
Tal vez por no tener mucho rodaje en Primera División, las miras se posaron en otros jugadores que arribaron a la Bodega en esta temporada.
Para Javier Correa poco importa esto, ya que el delantero cordobés trabaja en silencio y sueña con ser importante en el nuevo modelo futbolístico armado por Daniel Oldrá. “Quiero ser protagonista y ser útil para el equipo. Será difícil, pero tengo mucha confianza y ojalá se den las cosas como pienso”, deja en claro el joven atacante.
Javier viene de tener un corto y mal paso por Rosario Central, donde no tuvo muchas chances de jugar y se encontró con un Eduardo Coudet que fue lapidario: apenas llegó lo descartó y por eso la dirigencia Canalla decidió rescindir su contrato.
“Está claro que esperaba un poco mas en el club, quería jugar pero no se dio. Ya todo quedó atrás, soy un profesional y tengo la cabeza en Godoy Cruz. Nunca pensé que se diera el cambio tan rápido. Estoy muy bien acá y no veo la hora de saltar a la cancha”, agregó.
El delantero tuvo un paso por Ferro en la B Nacional, donde sobresalió y mostró la mejor versión. Con buenos rendimientos llamó la atención de varios conjuntos del fútbol grande.
"No hay dudas que mi mejor etapa se dio con la camiseta de Ferro, ya que encontré continuidad y convertí varios goles”.
Correa acumula 12 gritos en toda su carrera: 9 con el elenco de Caballito, dos vistiendo la casaca de Rosario Central y uno con Paz Juniors, entidad en la que hizo sus primeros paso.
Para el Gato Oldrá, el juvenil futbolista representa una variante más en la zona ofensiva. Sus características son de un típico delantero de área.
No la tendrá fácil a la hora de ganarse un lugar, pensando en la presencia de Rubén Ramírez y Jaime Ayoví, si finalmente se acuerda el pase a continúa en el Expreso. “Es muy lindo que existan posibilidades de pelear un puesto en el equipo titular.
Soy consciente que hay grandes atacantes en mi lugar. Esto lleva a que uno debe esforzarse al máximo”, remarca sobre lo que viene al momento de pensar en jugar.
El plantel del Tomba se caracteriza por tener varios jugadores de la cantera y el promedio de edad no es alto. Algo que no quita las ganas de estar arriba. “Es un grupo muy unido, y en pocos días me di cuenta que tiene hambre de ganar y de conseguir cosas”.