Un año antes, en 1981, bajo la dirección de Víctor Antonio Legrotaglie, Gimnasia logró el segundo título consecutivo en la década. Así, ratificaba su superioridad sobre el resto de los equipos de la Liga Mendocina.
En ese año, el Blanquinegro ganó el Apertura y el Clausura y se transformó nuevamente en el campeón oficial, logrando una vez más el derecho a participar del torneo Nacional ‘82.
El camino del Lobo en aquel campeonato resultó irregular. Y si bien perdió el Clásico del Parque con Independiente Rivadavia, gran protagonista de ese certamen, jugó dos partidos emblemáticos y fieles a la historia del fútbol de técnica depurada y toque del Lobo, tal como recuerda el historiador Oscar Casares.
Uno de ellos fue el enorme triunfo contra Talleres de Córdoba por 4 a 2 en el Chateau Carreras (hoy Mario Alberto Kempes). “Fue una de las mejores producciones futbolísticas del Lobo en los Nacionales”, afirma Casares.
Y compara dicha actuación con el triunfo 2-1 sobre Belgrano de Córdoba un año antes en la misma provincia. Gimnasia jugó con el estilo del Lobo: toque, efectividad y ese estilo propio de la historia de Gimnasia. Aquí también se encontraron futbolísticamente “Colchón” Herrera y “Pancita" Videla. Pero faltó el otro bastión del tándem glorioso de la época: el Negro Méndez.
"Gimnasia no cambió sus planes pese a la desventaja inicial de dos goles. Contraatacó con velocidad durante todo el partido abriendo el juego por las puntas y por ese camino dio vuelta el resultado. Talleres no pudo mantener el ritmo y al ceder terreno libre en el medio campo, facilitó la labor mendocina, enriquecida por el manejo y el talento de Videla", resumió El Gráfico en su sinopsis de la jornada en síntesis.
El otro histórico y gran triunfo resultó el 1-0 ante Boca con el recordado tanto de Fernando Moreschini contra el arco Sur, algo que recuerdan todos los hinchas del Lobo, que ese día coparon el Malvinas. Existe un dato particular acerca de Moreschini.
Es que dos años antes, por la primera fecha del Nacional '80, el San Martín del Turco Julio (dirigía a Gimnasia en 1982) derrotó al Xeneize en el mismo escenario, por el mismo resultado (1-0) y con el mismo goleador: Fernando Roque Moreschini, el cordobés que llegó a Mendoza procedente de Belgrano de Córdoba.
La revista por excelencia del deporte argentino lo resumió de la siguiente manera: “El prematuro foul de Rojas a Gareca al minuto iba a ser la clave del partido. Boca se emborrachó de ira, llegó el tempo de las expulsiones y después se desarrolló lo que podía preverse: el sacrificio del perdedor para paliar la desigualdad numérica. Gimnasia fue borrándose y a los 30 minutos Boca ya merecía el empate, pero le faltó efectividad para la definición”.
Contra Huracán en Parque Patricios fue otro partidazo bien con estilo del Lobo. El equipo de Jorge Julio fue contundente y goleó 3 a 0 con una gran producción de la sociedad Herrera-Méndez. Una pena que ni en Córdoba ni en Parque Patricios se juntaran el trío Herrera-Videla-Méndez, que sólo se juntaron en la derrota contra Racing (3-4) en 1981.
"El 3-0 es demasiado elocuente para remarcar las diferencias que hubo entre uno y otro equipo. Gimnasia, sereno y ordenado atrás y con una definición certera, liquidó el partido con los goles psicológicos de Herrera y Méndez al comenzar ambos períodos. Huracán no tuvo argumentos futbolísticos".
Otra valiosa y recordada victoria gimnasista en dicho recorrido fue el 2-0 (Fornari y Letanú) sobre Estudiantes de La Plata, dirigido por Carlos Salvador Bilardo, equipo que terminó puntero de la sección C. El Lobo desplegó su fútbol y tuvo actuaciones memorables, pero no le alcanzó para clasificar a la siguiente fase.
