No fue un título pero se festejó como tal. El Atlético Club San Martín, en una definición no apta para cardíacos, venció por penales (4-3) a Gutiérrez Sport Club y se convirtió en ganador del Octogonal que definía quien se quedaba con el segundo boleto al Torneo Regional Federal Amateur del próximo año.
Aunque cada entrenador llegó a la definición con un manual propio bajo el brazo, había certezas compartidas: se jugaba con el cuchillo entre los dientes, sin aflojar y sin renunciar a pelear cada centímetro de terreno. Y esa determinación fue la que regaló un encuentro de altísimo contenido emotivo. Aún sin poder abrir el marcador durante 90 minutos, ambos equipos contaron con chances claras y fueron desactivadas por la falta de puntería para la definición o los arqueros.
Y en medio hubo cruces para todos los gustos. Ninguno aflojó la pierna en su afán por ganar. Sin embargo, no hubo deslealtad. Se jugó con el alma y el corazón caliente.
La intensidad con que ambos jugaron tuvo su costo en algunos tramos de la etapa inicial, donde el calor apagó las intenciones. Y aunque cambiaron roles durante varios momentos del encuentro, el Celeste lució más decidido a buscar el arco rival, mientras que el Albirrojo mostró orden y jerarquía resolver desde peligrosos contragolpes. Sin embargo, y aunque surgieron situaciones que pudieron torcer el destino del encuentro, faltó la tranquilidad para sentenciar la historia antes de los penales.
Allí, en la soledad que enfrenta a un ejecutante con el arquero, llegaron los momentos que fueron dando forma final al ganador de la tarde.
Falló Gutiérrez, falló San Martín y los nervios empezaron a jugar su partido. Olmos reventó el palo y el León empezó a sacar diferencia. Sin embargo, Illanes disparó un "tirito" y todo quedó igualado. Hubo que pasar a las definiciones uno por uno y Cabeza perdió el duelo de nervios con Cebreiro. El tiro final quedó para Pinea, quien no falló e inició una corrida que tuvo mucho de desahogo. Ahora se viene el tiempo de revancha.
Escenario
Una final que no se pareció a una final
Aunque dentro del Hugo Pedro Alastra hubo hinchas de un lado y del otro (unas 200 personas), el marco de público no fue acorde a lo que se jugaba. Los altos costos de un operativo que exigía 90 efectivos policiales apagó rápidamente la ilusión de convocar a ambas parcialidades. Ni la Liga Mendocina, ni los clubes decidieron asumir los costos del operativo (aproximadamente de 280 mil pesos) y por eso se decidió una final impensada, con un puñado de hinchas de un lado y del otro.
"Esto es un problema de la sociedad que tenemos; necesitamos 90 efectivos para controlar a unas 500 personas y encima corres el riesgo de que te rompan la cancha. Por eso se decidió jugar esta definición a puertas cerradas y pagar un operativo menor, con solo 8 efectivos, que cubrimos entre la Liga y los dos clubes", contó Gabriel Mostaccio, presidente del Albirrojo. Y agregó: "espero que esto sirva de lección a los hinchas. Es una pena porque me hubiera gustado jugar con público, pero por ahora es un problema abrir las puertas de la cancha a las dos hinchadas".
Felicidad de un lado, desconsuelo del otro
Mientras que en el campo de juego todos bailaban y se abrazaban, en el vestuario local todo era tristeza. No había manera de convencer al plantel del orgullo de haber jugado en alto nivel la definición. El desconsuelo era absoluto. Gonzalo Carmona, quien tuvo las chances más claras para el Celeste, confió: "Fuimos superiores en el partido; tuvimos las chances más claras y nos llevamos un gusto amargo porque los penales son una lotería".
Mientras, Rodrigo Allessandrello, el entrenador del Perro, buscó palabras para graficar la derrota: "Hicimos todo el esfuerzo en los noventa minutos y los penales otra vez nos dejan con las manos vacías. Hicimos un planteo inteligente; fuimos superiores. Ahora vamos a esperar a ver si conseguimos una invitación al Federal Amateur. Esto es por las malas decisiones de la dirigencia mendocina; hicimos un torneo muy bueno, terminamos segundos y el subcampeonato lo termina celebrando San Martín; de no creer". En el otro vestuario, Lucio Ramos, el padre de la criatura albirroja, confió: "Los penales se sufren; el partido fue duro para los dos y creo que ellos empezaron mejor, con algunas situaciones. Después nosotros tuvimos un par y creo que la clave estuvo en estar bien parados en defensa. El triunfo es merecido y se lo dije a los jugadores hace un tiempo: este equipo es el mejor equipo de la Liga Mendocina".