Pasado en limpio, firmado y notificado. Así está el convenio por el cual Impsa accedió a transferir el 40% de su paquete accionario a sus acreedores por el pesado lastre de más de U$S 1.000 millones que arrastraba desde 2014. En ese contexto, el poder financiero, de la mano de algunos bancos y fondos de inversión que ya se aseguraron algo más del 30%, pasa a convertirse en el principal socio accionista de Enrique Pescarmona.
Por involucrar a firmas y fondos de inversión con actividad bursátil, ya se comunicaron, a la Comisión Nacional de Valores, los “Términos y Condiciones” para la reestructuración de la deuda. La estricta confidencialidad no impide saber que los bancos Nación, Hipotecario y Galicia, así como el BID, buscan formalizarse como accionistas.
Es la luz al final del oscuro túnel del default, que Impsa atraviesa hace quince meses desde que blanqueó a la CNV su crisis financiera. Fue al suspender el pago de Obligaciones Negociables, en las cuales invirtieron, además de las entidades mencionadas, varios fondos de inversión nacionales e internacionales, y cientos de capitalistas más pequeños.
Cuando aún restan los pequeños tenedores de ON por firmar, ya se sabe que varios de los grandes bancos con los que se endeudó, empiezan a firmar el ansiado acuerdo, que empezó con una oferta por el 25% del paquete accionario y finalmente será del 40%.
Al punto que el CEO de Impsa, Juan Carlos Fernández, asegura que “venimos avanzando día a día, y muy bien. Hoy el acuerdo supera el 30% pero se sabe que el hecho de que la totalidad de los interesados suscriban el acuerdo para convertirse en acciones del fideicomiso va a llevar meses”.
El objetivo final será llegar, en algún momento, al 66%. Mientras tanto, algunos potenciales socios demoran el “sí”, aunque sin cerrar las puertas. Son los que, como el Galicia, acreedor por más de $ 50 millones entre créditos y ON, esperan pulir términos y condiciones antes de sellar el pacto.
“La oferta no satisfizo hasta ahora, lo cual tampoco significa que la negociación se haya interrumpido”, señaló Pablo Firvidia, gerente de RRII del Galicia.
Como sea, salvo contadas excepciones, desde el sector financiero rescatan una actitud corporativa a la hora de reclamar la regularización de una deuda. “Es raro que un banco se corte solo....habitualmente se busca un acuerdo aceptable para el conjunto”.
¿Socio o litigante?
"Sin novedades". Así resumieron desde la compañía la situación a partir de la demanda iniciada en su contra por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), uno de los acreedores que participan en el proceso de transferencia de acciones de Impsa. Pero, a la vez, mantiene un litigio en la Justicia de EEUU en su contra, a raíz de un préstamo de U$S 170 millones cuyo plazo venció en junio último.
“Si bien la Sociedad es parte en un litigio con el Banco Interamericano de Desarrollo en el cual dicha entidad alega ser titular de un crédito contra la Sociedad, su controlante Venti S.A. y su vinculada Wind Power Energía S.A., dicho litigio continúa desarrollándose ya que aún no se ha producido el reconocimiento de sentencia extranjera previsto en la ley procesal aplicable”.
Este hecho relevante no constituye una oferta para vender los valores descriptos más arriba en los Estados Unidos de América o en cualquier otra jurisdicción en la cual dicha oferta esté prohibida.
Ninguno de los valores a ser emitido de acuerdo a los Términos de Entendimiento podrá ser vendido en los Estados Unidos de América, excepto en el caso de que dichos valores se encuentren registrados o al amparo de una exención de los requisitos de registro bajo la Securities Act. de 1933 de los Estados Unidos de América y sus modificaciones, o de acuerdo a la normativa de mercado de valores de la jurisdicción donde dicha venta se encuentre prohibida.
La Sociedad no tiene la intención de registrar ninguno de los valores a ser emitidos conforme a los Términos de Entendimiento en los Estados Unidos de América o de hacer una oferta pública de dichos valores en ninguna jurisdicción fuera de la República Argentina.
Concurso en Brasil: cuarto intermedio al 14 de enero
La asamblea para revisar la aprobación o no del plan de reestructuración de un pasivo superior a U$S 770 millones por los acreedores brasileños de WPE, la subsidiaria de Impsa en el vecino país, se realizó el jueves 3 de diciembre en el Juzgado de Pernambuco. Pero no hubo definición: representantes de bancos pidieron postergarla al 14 de enero de 2016.
Previamente, una de las dilaciones había tenido que ver previamente con un probable traslado a la jurisdicción de San Pablo. Tanto WPE como los acreedores apelaron el planteo que hubiera demorado aún más el proceso.
En la votación final, se impuso la moción de esperar hasta enero del año próximo. Todo responde a que, de acuerdo con los voceros de WPE, “los acreedores institucionales puedan revisar y llevar el plan de negocios a sus respectivos directorios”.
