Con duras críticas, Macri hizo el balance de su primer año

La apertura de sesiones ordinarias del Congreso fue el marco que el Presidente utilizó ayer para repasar sus logros, renovar promesas y fustigar con inusual dureza a la década kirchnerista.

Con duras críticas, Macri hizo el balance de su primer año

Pese a la caída del Gobierno en las encuestas, al escándalo del Correo y a un paro nacional en puerta, Mauricio Macri sorteó ayer la obligación constitucional de abrir las sesiones ordinarias del Congreso: su estrategia fue un discurso encendido, con críticas al kirchnerismo y promesas, entre las que sobresalió la recuperación económica en 2017.

"La Argentina se está poniendo de pie", aseveró Macri ante el pleno de diputados y senadores de la Nación, gobernadores, los jueces de la Corte, diplomáticos y su gabinete, entre otras autoridades nacionales, en el hemiciclo de la Cámara baja.

Aunque la consigna en esta ocasión era dar un giro discursivo y no apelar a la "herencia recibida", Macri sí fue duro al apuntar sus dardos contra la gestión de su antecesora, Cristina Fernández. "Era necesario un discurso así, para sacarnos la mufa con que veníamos", dijo a este diario el diputado del Pro, Álvaro González.

Macri aprovechó su discurso para destacar, como uno de los principales logros de su gestión de 15 meses, la reparación histórica a los jubilados, pago de deudas previsionales del que no se habían hecho cargo los gobiernos kirchneristas, y en relación con el escándalo del Correo subrayó que pidió a la Oficina Anticorrupción (OA) que cree un mecanismo para separar su actuación "ante cualquier suspicacia frente a un potencial conflicto de intereses".

"Quiero que todo sea transparente y abierto. Que nadie dude de las decisiones que toma este Presidente, y mi deber ético es defender el interés público y el patrimonio del Estado. En los próximos días publicaremos dos decretos sobre juicios y contrataciones para la gestión de conflictos de intereses", dijo y pidió al Congreso "que debata y sancione la ley de Responsabilidad Empresaria".

Macri buscó distinguirse del kirchnerismo al señalar que el país necesita “más acuerdos y más realidades, menos exaltación y menos símbolos, menos relato y más verdad”, frase con la que bajaron los primeros aplausos de Cambiemos.

En un mensaje a la CGT, el Presidente destacó que “el año pasado se fortalecieron las obras sociales sindicales, al reconocerse una deuda histórica que reclamaban”.

Esos pagos, justamente, fueron la herramienta del Gobierno para impedir un paro nacional, medida de fuerza que ahora vuelve a estar latente tras la marcha a Plaza de Mayo convocada por la central obrera para el martes.

El mandatario también eludió cuestionar la suspensión del inicio de clases, aunque sí mencionó al líder del sindicato docente más importante del país, el bonaerense Roberto Baradel, al pedir al Congreso que sancione una ley que agrave las penas a quienes agreden a los maestros.

“No creo que Baradel necesite que lo cuiden”, dijo Macri con tono despectivo hacia el rol sindical, en contraposición con el rol áulico del docente, tras destacar el ataque a las maestras “Mónica y Raquel, en Rosario de la Frontera, Salta que, cuando quisieron no pasar a una chica de año, fueron agredidas por su madre delante de las demás alumnas”.

El punto de mayor cuestionamiento al kirchnerismo fue cuando destacó que en 2016 se dieron “pasos concretos para garantizar la seguridad energética y mitigar el impacto en el cambio climático, después de una década de despilfarro y corrupción”, tras lo cual fue ovacionado por el oficialismo.

En el recinto no estaba el diputado y ex ministro de Planificación del kirchnerismo, Julio de Vido. Tampoco estuvo el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, de viaje en Israel.

El discurso presidencial también fue aprobado por parte de la oposición: la massista Graciela Camaño aplaudió cuando Macri dijo que "una de las decepciones de 2016 fue el escaso avance de la reforma política", tras lamentar que no haya sido sancionada la reforma electoral.

“Es una vergüenza que en el siglo XXI sigamos votando con un sistema arcaico que se presta a la trampa”, afirmó y pidió un esfuerzo para “alejar la trampa de la política” en 2019.

"La corrupción es un mal que envicia lo político", afirmó Macri y resaltó que "hoy la obra pública dejó de ser un sinónimo de corrupción". En las bancas kirchneristas gritaban el nombre de su primo, el empresario Ángelo Calcaterra, a quien se acusa de recibir coimas de parte de la constructora brasileña Odebrecht.

El presidente Macri también destacó la baja de la inflación, el plan de transporte y rutas, la actualización del impuesto a las Ganancias y el blanqueo de capitales. Prometió una reforma tributaria “seria y profunda” para 2018. El discurso duró exactamente una hora.

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