Una relajada Academia (ya la derrota de Guaymallén en General Alvear le aseguraba la permanencia en la categoría) se enfrentaba a un contracturado Huracán de San Rafael, que necesitaba los tres puntos como el agua para intentar meterse entre los cuatro mejores de la zona 11. Y esto se notó en el campo de juego. Suelto, el equipo de Cloquell fue dueño casi absoluto de las acciones ofensivas ante una visita nerviosa, imprecisa.
Pese a esto, en la primera que tuvo el Globo sureño la cambió por gol: pelotazo cruzado de Rivero a las espaldas de un Castro que había abandonado el lateral izquierdo para que Canales saca un derechazo impecable que se clavó muy lejos de Fontemachi. Era golazo. El local lo iba a empatar gracias a una impericia arbitral: centro de Villarroel, la pelota da claramente en la mano de Lucero y queda muerta para que Tissera la empuje casi debajo del arco.
En el complemento se iban a suceder las expulsiones de Tissera y Lucero. Ésta última por un doble error del árbitro: centro de Robledo, Lucero la empuja con su pecho al gol y el juez entiende que dio en la mano. Le muestra la segunda amarilla al delantero y lo expulsa. En la última la tuvo solo Alaniz, al que le taparon el remate con lo justo. El local mereció mejor suerte.