Con dificultades, en Mendoza son 30.000 los adultos que aprenden a distancia

Por el aislamiento, impactaron los problemas de conectividad y no saber leer, lo que ha hecho particularmente difícil la continuidad

Con dificultades, en Mendoza son 30.000 los adultos que aprenden a distancia

Entre los numerosos desafíos que el confinamiento por la pandemia ofreció a la educación, está el caso de la que reciben los adultos. En especial porque, sobre todo para los de los niveles iniciales, que en muchos casos deben alfabetizarse en un contexto como el actual.

En Mendoza hay alrededor de 31.000 personas en educación de adultos, es decir mayores de 18 años. En Cens (educación secundaria) hay 22.409 alumnos y en Cebja (primaria) son 13.738, según datos de 2019. De ellos, 30% son adultos de más de 40 años, mientras que 3% son adultos mayores de más de 60.

Jacquelina Spinelli es docente de Artes Visuales de un Cebja rural (primaria para adultos): el 3- 073 de La Colonia, en Agrelo, Luján de Cuyo. Ella sabe del esfuerzo que muchos alumnos hacen para avanzar en sus estudios y cuánto se les complicó a partir del aislamiento.

Desde la implementación de la educación a distancia, debió apelarse al recurso digital como primer medio de contacto. Sin embargo, no todos tienen dispositivo, a veces son obsoletos e incluso quienes los tienen hacen un uso muy rudimentario. En el lugar hay además muchos que viven en zona rural, donde la conectividad a internet no llega.

"El trabajo con adultos en esto momentos no es fácil, porque la mayoría está en proceso de alfabetización y porque el uso de su único medio de comunicación, el teléfono, es básico", dijo la docente.

Por eso aprecia tanto el esfuerzo de superación que expresan y en particular la importancia del esfuerzo de sus familias para acompañarlos. Es que en muchos casos dependen de que les lean las consignas y los ayuden.

Entre sus alumnos destaca especialmente a Nicol, quien no sólo muestra entusiasmo sino que además disfruta de los logros.

En una de las tareas que recibió, la consigna era realizar un barrilete. No sólo lo hizo, sino que además envió fotos que conmovieron a su profesora. En las imágenes se la ve dejando que su obra vuele con el viento, llevando por un callejón el barrilete, junto a su perro y su hijo de 16 años, fiel acompañante de su madre.

Para la docente allí hay esperanza. "Siento que el trabajo de la modalidad jóvenes y adultos abraza el alma e invita a los educadores a un compromiso único con quienes luchan por llegar a donde por diferentes motivos no pudieron en su momento", resaltó

"La principal dificultad ha sido la soledad de los estudiantes adultos mayores, porque en la escuela encuentran contención, esperan el momento de ir, entran a las 18.30 y a las 18.10 ya están esperando que los recibamos", destacó. Resaltó que se apoyan mucho en los docentes y que les consultan cuando no comprenden algo que se les presenta. Por eso, esta distancia ha sido difícil.

Conectar

Para llegar a ellos han debido implementarse nuevas estrategias. Para la docente, el gobierno escolar debería contemplar el acceso a dispositivos como en alumnos de nivel primario y secundario.

Mariana Caroglio, directora de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos, contó que cuando no tienen medios digitales les hacen llegar cuadernillos y cartillas, diseñadas con los contenidos prioritarios.

"Pueden necesitar la ayuda de algún familiar y hay algunos que están solos, ellos han llamado por teléfono al docente que le explica lo que tiene que hacer y en esto se aprecia mucho compromiso del docente. Pero también en el caso del adulto mayor que son parte de la población de riesgo y hay que advertirles que tomen recaudos para resguardarlos ante un posible contagio", explicó.

"En algunos centros rurales como en Lavalle, La Paz o el Sur es más difícil la conectividad y es en esos casos que se usa más la cartilla", dijo la funcionaria. Además se ha apelado a emisiones en radios comunitarias para llegar.

Parte de este alumnado tiene una trayectoria irregular. Están afectados por diversos factores, entre ellos, si están a cargo de una familia, la educación pasa a un segundo plano. En ese sentido Caroglio dijo que por el aislamiento ha discontinuado la actividad alrededor de la mitad en zonas rurales y que en esos casos se busca conectar para que mantengan la motivación.

Llorar de emoción

Nicol (58) habló con Los Andes y al recibir la llamada dijo que justo estaba haciendo las tareas junto al chico.

“Me cuesta matemática, me ayudan mi hija o mi hijo”, relató. “Cuando he sido niña no he ido a la escuela y nunca pude ayudarlos a estudiar porque no sabía nada, ahora de grande estoy aprendiendo. Es tan feo estar en la ignorancia”, subrayó.

Dijo que todavía no lee de corrido, así que hay cosas que se las leen para poder hacer las tareas. Contó que usa cuadernos para tres materias, que son los que le sobraron a su hijo el año pasado, pero a los que aún le quedaban hojas. "Estan muy caros hoy en día, así que le compré cuadernos a él y yo me quedé con estos más viejos", apuntó.

Sobre su decisión de estudiar, Nicol recordó que una vez fue al supermercado y tuvo que preguntarle precios a una señora, porque no sabía leerlos. Entonces la mujer la invitó a su casa para enseñarle algunas cosas. Más tarde, le sugirió que comenzara a cursar la escuela para adultos, y si bien al principio se negó porque le "daba vergüenza", finalmente lo hizo.

"Lloré mucho cuando aprendí las primeras letras. Lo que más quería era aprender a leer el cartel del micro, porque me costaba mucho saber para dónde iba y tenía que preguntar. Quería saber firmar y conocer mi número de documento", relató.

Como es muy responsable ("no falto nunca a la escuela"), en esta modalidad a distancia dictada por la pandemia, Nicol no quiere perder clases. Pero tiene un teléfono que sólo sirve para llamadas: se lo prestó el dueño del vivero para el que trabaja, quien también le facilita una vivienda para ella y sus dos hijos.

La maestra recuerda con emotividad la felicidad que Nicol sintió la primera vez que leyó el cartel del colectivo o pudo leer un mensaje que le envió su hija. “Ella dice que fue algo muy lindo compartir con su hijo aquel barrilete -expresó Jacquelina- y para mítambién fue una satisfacción muy grande llegar a ella así, con esa emotividad que le puso al trabajo... Verla correr por ese callejón abraza el alma y es un vuelo de esperanza”.

Plataforma

Para los 31.000 alumnos que integran la plantilla de estudiantes adultos de Mendoza, la Dirección General de Escuelas generará un espacio para educación de Adultos en la plataforma oficial: Escuela Digital Mendoza.

Se lanzará a modo de prueba la próxima semana con la incorporación de 6 Cebjas (Centro de educación básica para jóvenes y adultos) y 6 Cens (centros educativos de nivel secundario.

Allí, los docentes comenzarán a subir contenidos y trabajar con los alumnos.

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