Sin discusión, aunque con una dificultad marcada en tres cuartas partes del duelo, Argentina aprovechó su oportunidad frente al rival menos complicado del Grupo D y mantuvo sus esperanzas de clasificación.
El 32-20 ante Arabia Saudita fue trabajoso, sólo con diferencias nítidas en el último tramo del juego. Los Gladiadores lograron su primer triunfo en el Mundial de Balonmano, tras un empate frente a Dinamarca (24-24) y una derrota contra Polonia (24-23). Ahora se medirán con Alemania, otra de las grandes potencias del handball, que ayer empató con Dinamarca (30-30) y lidera la zona.
A la Selección le costó imponer diferencia en el desarrollo del partido, quizá porque en defensa no se mostró tan firme en varios pasajes.
Por momentos, especialmente en el primer tiempo, al equipo le faltó desmarcarse más para que los espacios aparecieran en ataque. Era cuestión de tiempo y sólo de ajustar el trabajo entre líneas. Cuando lo consiguió, las individualidades desequilibraron hasta estirar el marcador y dejarlo con connotaciones de goleada.
Una vez más, el foco rival se puso en cómo cerrarle los caminos a Diego Simonet, inclusive con choques directos al cuerpo para intentar desgastarlo en el roce. El “Chino” tiene claro que está en el centro de la escena sea quien fuere el contrincante, pero a esta altura no va a modificar su juego.
Encarador, talentoso y tenaz, volvió a marcar diferencia en los momentos en los cuales el equipo más lo necesitaba. Inclusive, recibió un codazo en el parcial inicial que lo dejó sangrante. Terminó descansando al promediar el complemento, con la idea de que esté cercano a la plenitud ante los germanos.
Ya, en el día previo, se había analizado entre el cuerpo técnico y los jugadores cuál era el método más eficaz para encarar el duelo ante los árabes y se convino en que lo mejor era sacar ventaja de entrada para luego ir manejando el trámite del encuentro con el resultado a favor. Esto, además, iba a permitir ensayar rotaciones, debido al poco tiempo de recuperación para encarar la parte final de la primera ronda.
Cuando el juego estaba resuelto, “Dady” Gallardo aprovechó para dejar en cancha una formación con el “Negro” García, P. Simonet, Vidal, los hermanos Portela, Cangiani, Crevatín y Juan Pablo Fernández, quienes habitualmente no arrancan como titulares.
Argentina consolidó su salida con ataques largos, parece sentirse cómoda en esa manera de organizar el pleito. Esto, también, se complementa con el modo de sacar provecho del uno contra uno o también en quien cumpla alternativamente la función de asistencia. Otra de las características de Los Gladiadores es la de ser paciente con el cuidado del balón hasta encontrar el momento del lanzar.