Tres familias que se dedican a la gastronomía denunciaron que una banda armada -algunos con uniformes como los de la policía- intentó desalojarlas de una vivienda ubicada en las inmediaciones de la Terminal, en Guaymallén.
El caso es investigado por la fiscal correccional Andrea Lazo, está caratulado como amenazas agravadas y coacciones, y tiene como sospechosos a "dos personas armadas que no son integrantes de ninguna fuerza de seguridad y que hicieron un allanamiento ficticio", explicaron desde el Ministerio Público Fiscal, confirmando la denuncia.
Según la versión de las víctimas, la historia comenzó hace un par de meses cuando D. B. -un hombre que dijo tener una empresa de seguridad- se presentó ante los ocupantes de la propiedad de unos 2.800 metros cercana a la Terminal y cuyo propietario registral es una empresa radicada en Buenos Aires, explicando que él era el representantes de los dueños y que se tenían que ir del lugar.
El lote en cuestión tiene forma de "L", con un ingreso por calle Alberdi, donde funciona una playa de estacionamiento, y otro por Bandera de Los Andes, donde se levanta una antigua casona que es habitada por las tres familias denunciantes.
Hace un mes este sujeto habría llegado hasta la playa de estacionamiento con otros individuos y presentado al hombre que explotaba la playa una orden de allanamiento que fue acatada por el comerciante.
El falso allanamiento
En la madrugada del miércoles un grupo de individuos armados llegaron a la propiedad ubicada en Bandera de los Andes donde viven tres hermanos de apellido Lonigro con sus respectivas familias -todos dedicados a explotar una casa de comidas en la zona de la Terminal. Los denunciantes viven en la cuestionada casa desde hace unos 30 años.
Según consta en la denuncia, habrían irrumpido en la propiedad de uno de ellos, los habrían golpeado y luego los habrían obligado a arrodillarse y les habrían precintado las manos.
"Algunos iban con uniformes y se comunicaban por radio. Les decían que se tenían que ir con lo puesto y que después el fiscal les iba a entregar sus pertenencias. Los sacaron a la calle, incluso a los niños", explicó la fuente consultada por Los Andes.
Mientras los delincuentes estaban “desalojando” a una de las familias, una mujer que forma parte de otra de las familias Lonigro caminó dos cuadras hasta la Comisaria 25, donde funciona la Oficina Fiscal 8, y denunció lo que estaba pasando en su casa.
En la oficina fiscal le indicaron que los allanamientos se hacen de día, no de noche, y que no había ninguna orden judicial de desalojo.
Por esta razón, minutos más tarde una ayudante fiscal llegó al lugar acompañada de efectivos de la Policía y comprobó la irregular situación.
En ese momento, los delincuentes hicieron un boquete en una pared que separa las viviendas de la playa de estacionamiento que da a calle Alberdi y lograron escapar hacia la zona de San José.
El jueves por la tarde los hermanos Lonigro fueron a la oficina fiscal y radicaron la denuncia.
Allí explicaron que no sólo fueron amenazados con armas sino que también fueron víctimas de robo: a uno de ellos le quitaron 64 mil pesos y un reloj bañado en oro.
También se quedaron con el dinero de un matrimonio de jubilados que alquilan una habitación en la vivienda.