Tenía que luchar y luchó. Había que ganar y ganó. Huracán de San Rafael dejó el alma y el corazón en cada pelota y se sacrificó ante un equipo difícil, bravo y de buen juego como lo fue Alianza (SJ), para clasificarse a la Tercera Fase del certamen. Fue un 1-0 exiguo, sufrido, aunque alcanzó para meterse como tercero de la Zona 5.
Ambos conjuntos sabían que sólo servía ganar para continuar con chances de ascenso. Huracán SR salió decidido a presionar arriba, en la salida de su rival, sin dejar pensar a los que debían hacerlo. Mientras, los sanjuaninos, buscando no pasar sobresaltos en su valla, decidieron especular un poco más sobre la forma en que debían buscar la valla de González. Y en ese amarretismo estuvo su castigo.
En la segunda acción clara sobre la valla visitante, Cascón empujó al gol un tiro libre de Díaz. Mientras todo el “mundo lechuzo” reclamaba una supuesta posición adelantada, el Globito comenzaba a palpitar el inicio de una buena tarde.
A partir del gol, Alianza adelantó sus líneas, jugó buen fútbol y controló a un elenco local que retrocedió demasiado en pos de defender la ventaja. Así, las opciones para el conjunto de la vecina provincia no tardaron en llegar. Alaniz, en tres ocasiones, se perdió el empate y terminó lamentando su falta de puntería.
El sofocón duró algunos minutos y el conjunto de González volvió a mandar en el juego. El juego ganó en intensidad, tuvo mucho ida y vuelta y las emociones continuaron durante toda la primera parte.
En el entretiempo, mientras los hinchas locales celebraban la victoria parcial que clasificaba a su equipo a la siguiente ronda y dejaba afuera a Alianza y a Huracán LH, los cánticos recordando a estos rivales tuvieron un espacio especial y las dedicatorias no tardaron en llegar.
En el complemento, empujado por la obligación de saberse afuera, Alianza salió a quemar las naves y arrinconó a un Globito sin ideas para intentar resistir con la tenencia del balón. Esta vez costó más sostener esa ventaja.
En el primer tiempo supo donde y como comenzar a jugar para “volver a ser”, pero esta vez apostó a la firmeza defensiva de la última línea. Sin embargo, cuando decidió jugar con la desesperación de su rival, encontró la forma de sostener lo que tanto trabajo le costó construir.
Mientras los minutos se iban lentamente para el local, la visita jugaba con un reloj de arena donde el tiempo se le iba inexorablemente, condenándolo a la eliminación. Encima, las piernas comenzaban a pesar y no había tanta claridad para inquietar al “1” xeneize. Antes, en el inicio de este capítulo, se tuvo que hacer enorme para contener, en dos tiempos, los disparos de Roverbal y Parra.
Huracán pudo ampliar con Cía de cabeza, pero el balón se fue por encima y el partido ganó en roces. Aparecieron algunas malas intenciones y Díaz, primero, y Pereyra, después, dejaron a la visita en desventaja numérica para intentar la hazaña de revertir el marcador. Fue imposible. El local defendió con uñas y dientes la ventaja conseguida y ahora espera por su nuevo rival: Unión Santiago, de Santiago del Estero.