"Nunca tuve miedo". Con esas tres palabras, Kaamya Karthikeyan, la adolescente de 12 años que hizo cumbre en el cerro Aconcagua, se despidió de Mendoza para emprender su viaje de regreso a India. Y no porque vaya a utilizar la frase para contar una anécdota más a sus amigos, sino porque está cada vez más cerca de alcanzar un récord: la persona más joven en hacer cumbre en siete montañas de la Tierra, como si se tratara del "Grand Slam" de los exploradores.
Acompañada por su papá -otro experimentado andinista-, Kaamya estaba lista hace varias semanas en la provincia para la quinta expedición. Ya había llegado a la cima del monte Kilimanjaro en Tanzania, del Elbrus en Rusia, del Kosciuszko en Australia y del Mentok Kangri II en la India. Física y psicológicamente estaba preparada y examinada para escalar el cerro más alto de Occidente, pero una resolución gubernamental que data del año 2000 le impedía hacerlo por su corta edad.
Se trata de un permiso de carácter excepcional que se entrega cuando una persona menor a 14 años está apta para el ascenso y es autorizada por sus padres, quienes desligan así a las autoridades provinciales ante cualquier tipo de inconveniente durante la odisea. Sin embargo, los recientes antecedentes jugaban en contra de la motivación y el entrenamiento de Kaamya.
Exactamente un año atrás, Henry Horvath, un chico estadounidense de 13 años, sufrió una parálisis facial y un principio de edema cerebral a pocos metros de tocar la cima del cerro Aconcagua, por lo que fue bajado de urgencia. Estaba junto a su padre, el experimentado guía Timothy Horvath (48), quien pese a haber cumplido la hazaña tres veces y otras tantas más en la cadena del Himalaya, por primera vez sintió la muerte (casi) en primera persona.
Contra todo pronóstico, a mediados de enero Kaamya finalmente obtuvo el permiso y emprendió su viaje al Aconcagua, como parte del proyecto Sahas (que en sánscrito significa aventura). Para Arturo Érice, abogado que también representó a Tyler Armstrong, el del récord de la persona más joven (9 años) en subir el cerro de 6.962 msnm, se trató de un fallo "impecable" del juez Carlos Alberto Juri.
"Mi montaña más alta hasta ahora es el Aconcagua. Fue muy duro y difícil, una nueva experiencia. Estoy muy feliz que después de todo este esfuerzo haya tenido esta oportunidad de desafiarme a mí misma", destacó Kaamya, en una conferencia que brindó a la prensa previo a tomar un avión rumbo a casa.
La pregunta obligada, por supuesto, fue sobre la descompensación que sufrió, algo que puso en riesgo su objetivo. Es que pese a su inagotable energía y fe, Kaamya tuvo que ser atendida en plaza de Mulas -el campamento base que se ubica a 4.300 metros- y someterse a un chequeo. "Nunca tuve miedo, casi no lo sufrí porque era algo que yo quería cumplir. Bajé y luego seguí con la misma voluntad de seguir", dijo.
Con apenas 12 años, Kaamya es concisa al expresarse, como si fuera una experta con décadas de trayectoria y ya cansada de relatar la misma historia una y otra vez. "Mi padre solía escalar desde que yo pequeña. Hasta se iba al monte durante largos períodos. Entonces yo quería averiguar qué había en la montaña, qué lo estimulaba a volver y continuar. Empecé a hacer trekking con mi mamá y gradualmente empezamos a subir otros cerros de mayor dificultad. Toda curiosidad mía", señaló.
Además de haber posicionado la bandera de su India natal, Kaamya dejó un mensaje para las mujeres de su país. La joven contó que no es común que las mujeres indias realicen actividades que no sean referidas al cuidado de la casa, por lo que su compromiso es visibilizar una lucha que permita ampliar derechos y tire abajo paradigmas.
Cuando esté de vuelta en su país, Kaamya retomará el cursado en el colegio, además de sus clases de piano, canto, guitarra y danza clásica. El próximo 10 de agosto cumplirá 13 años. La apuran seis meses para lograr el récord y dos desafíos: alcanzar la cima del monte Denali (6.190 msnm, el más alto de Norteamérica) y el tan temido Everest (8.848 msnm). A juzgar por su resistencia, apenas será un trámite más.