En Irlanda, se dio un particular episodio con un refugiado malauí que terminó con una denuncia, arresto y sanción de 200 horas de trabajo comunitario.
Es que el hombre compró cannabis en la calle y, no contento con su calidad, realizó una denuncia policial en una comisaría de Dublin. Automáticamente fue detenido porque en ese país la venta y consumo de marihuana es ilegal.
"No es de buena calidad", dijo Arthur Liwembe (34) mostrando una bolsita ante las autoridades policiales, quienes, sorprendidos por lo que estaba ocurriendo, terminaron aprehendiendo al sujeto por posesión de estupefacientes, según consigna el diario Irish Independent.
El africano fue condenado a cumplir 200 horas de trabajo comunitario. Para la Justicia irlandesa su ilógico comportamiento responde a una "psicosis inducida por el consumo de cannabis".
En tanto, la abogada del condenado solicitó su asilo de Liwembe, pero fue denegado. Liwembe debe abandonar el país antes del 22 de junio.