La falta de espacio en algunas viviendas nos obliga a decidir por ciertos elementos que tienen una presencia desde el punto de vista estético y también desde el práctico. Si tenés poco espacio, podés recurrir a una puerta corrediza, ya sea en la entrada de un dormitorio, en un armario o como separador de ambientes. Las puertas correderas de madera son una opción muy elegida, porque que combinan prácticamente en cualquier ambiente, dan sensación de hogar y son muy versátiles.
Puertas que desaparecen, si queremos. Una de las grandes ventajas de las puertas corredizas es que quedan empotradas en el tabique. Visualmente, el efecto es impresionante: puertas que aparecen y desaparecen a nuestro antojo. En los tabiques hay que introducir las guían en las que se colocarán las puertas para que puedan deslizarse suavemente. Es importante que un profesional realice este trabajo para que valore el grosor necesario de los tabiques y para que la apertura de las puertas se realice con éxito.
Sistema de hoja a la vista. Este sistema es algo más pesado pero muy decorativo, a la vez. La gran ventaja es que no necesita que la puerta quede empotrada en el interior del tabique, quedando más espacio libre. Eso sí, las guías de sujeción quedan a la vista y por tanto, es una opción que hay que valorar en función del resultado que deseemos obtener.
Elegancia en los espacios. Esta solución es perfecta para separar de forma elegante y sin requerir demasiado espacio, un dormitorio de un salón o sala de estar. En este caso, las dos hojas están empotradas en el tabique y tienen un llamativo marco que se asemeja al rodapié. De esta manera, se acentúa el efecto de continuidad y elegancia.
Puerta corrediza tipo granero. Estas puertas tienen origen en EEUU, cuando se usaban en almacenes y graneros, de ahí su nombre. Hoy en día, son una opción para el interior de muchas viviendas. Por supuesto, son igual de prácticas porque no hace falta tener tabique, con lo cual se aprovecha mucho el espacio. Pero también hay que tener en cuenta que tienen mucha personalidad debido a su robustez. Esto significa que hay que saber muy bien dónde colocarla y con qué otros elementos combinarla.
Integradas en el espacio. Las puertas corredizas suelen integrarse con mucha facilidad en los espacios en los que se colocan. Hay de muchos tipos. Dentro de las de madera, podés optar por las lacadas o las que utilizan el material MDF. Es cierto que son algo más delicadas que las de madera sin lacar, pero si el lacado es bueno, también pueden resistir los golpes que se puedan producir. Para limpiarlas, no te compliques y usa agua y jabón neutro. Así se mantendrán intactas.
Inspiración americana. Este modelo de puertas es muy usado en EEUU, con el fin de aislar o dar más privacidad en el living respecto a la entrada de la casa. El efecto es muy elegante y muy "americano" y suele usarse en viviendas de gran tamaño. Lo bueno es que es un doble aislamiento acústico y si sabemos elegir bien las puertas, no suponen una carga excesiva en el espacio, sino que dan la sensación de ser un elemento que da continuidad a la decoración.
Puertas muy decorativas. Optar por una de estas puertas implica elegir un sistema de herraje y guías más estéticas, ya que todo el mecanismo está a la vista y por tanto, conviene elegir piezas prácticas y a la vez, decorativas. Debes asegurarte también si encaja en el estilo de la puerta con la estancia.
Fuente: habitissimo.es