Por Zulema Usach
Más allá de la edad, la actividad física debe adaptarse a las posibilidades de tiempo, salud y objetivos de cada persona. Realizarla al menos tres veces por semana es una de las claves básicas para cuidarse. Motivarse con opciones de nuestro agrado, apoyarse en el grupo y evitar sobre exigencias son algunos de los secretos para encontrarle el gusto a moverse y sostenerlo en el tiempo.
Mover el cuerpo al ritmo de un dinámico tema de salsa, redoblar esfuerzos sobre la bicicleta fija con el objetivo de tonificar y fortalecer los músculos, estirarse sobre una colchoneta, prestar atención a la respiración y los movimientos con la idea de descontracturar la rigidez que las obligaciones cotidianas parecen haber dejado sobre los hombros...Tan variadas como los intereses, gustos y posibilidades de cada persona, las opciones para realizar actividad física, se abren paso a lo largo de todo el año en los gimnasios y clubes mendocinos.
Las propuestas se combinan con clases organizadas en sintonía con la tendencia que marca la demanda. Desde las divertidas sesiones de Zumba Fitness, las completas y arduas rutinas de ejercicio funcional hasta las organizadas series de pilates o spinning son, para ellas, las opciones “de moda”. Para ellos, en tanto, las preferencias varían entre los tradicionales ciclos de pesas o el exigente crossfit.
Si bien para buena parte de quienes deciden dedicar al menos una hora dos o tres veces por semana a educar su físico, el motivo principal sigue estando ligado a lo estético, la balanza también se inclina -cada vez más- hacia la necesidad de mejorar el estado de salud general y propiciar un espacio propio para el autocuidado.
La posibilidad de conocer a nuevas personas o establecer vínculos de amistad también es una buena excusa para dejar de lado el sedentarismo y regalarse un momento ameno.
Pero, ¿cuál es el papel de la motivación en este sentido? La profesora de Educación Física especializada en Gestión de Organizaciones orientadas al desarrollo de la actividad física y el deporte, Adriana Fernández, destaca que para lograr la meta de que la actividad física sea constante, es primordial plantear una rutina posible, es decir, que satisfaga las propias expectativas y que sea sostenible en el tiempo. "La persona tiene que empezar por elegir algo que le guste", destaca.
Para ella, en las clases, la diversión, el pasarla bien son factores preponderantes: pero aclara que esto tiene que estar acompañado de un plan que debe ser propuesto y puesto en práctica por el/la instructor/a, de manera que cada clase sea personalizada y adecuada al ritmo, necesidades y estado físico de cada alumno. "Lo fundamental es que sea cual sea la actividad que se practique, se trate de algo que a la persona le guste, que no le genere dolores posteriores y que, ante todo, sea algo entretenido. Quien está a cargo de la clase debe cuidar a la persona en todo momento", destaca la profesional y detalla que sólo de ese modo, el plan de encarar el proyecto de comprometerse con una determinada actividad deportiva será algo posible y sostenible a lo largo del tiempo.
Desde su punto vista, el hecho de trabajar el hábito, fijarlo y organizar la vida incluyendo el momento del ejercicio como una prioridad, es un paso fundamental para lograr una continuidad. "A partir de allí y de manera paulatina, se irán notando las mejoras en la salud", destaca la docente.
Rodrigo Flores, profesor de Educación Física y propietario del gimnasio ATP- Movimiento y Salud, ubicado en Godoy Cruz, coincide en que no hay una actividad física específica que esté determinada por la edad de la persona.
Esto porque, en definitiva, en todas las etapas de la vida de una persona es fundamental realizarla. Pero sí hace la distinción en que, por ejemplo, hoy las mujeres prefieren las actividades que estén acompañadas de otros condimentos que marquen la dinámica, como la música, mientras que los varones prefieren las rutinas que les exijan rendimiento y fuerza.
De todas maneras, detalla, "la actividad física que va a realizar cada persona depende de su estado de salud y, en base a eso, su rutina de ejercicios se irá adaptando, graduando o modificando". Para ellas, destaca el profesional, la actividad física es fundamental porque, por ejemplo, previene cuadros de osteoporosis, patología que puede presentarse en la etapa de la menopausia. "El fortalecimiento general del organismo y de los músculos contribuye a prevenir patologías de las articulaciones y los huesos pero, además, mejora el estado general", asegura Flores y recuerda que el debilitamiento óseo es un deterioro que afecta a ambos géneros.
Objetivo: cuidar la salud
Por estos meses otoñales e inclusive hacia el invierno, comienza la temporada media en cuanto a nivel de concurrencia a los gimnasios. De las cerca de 500 personas de todas las edades que asisten a ATP Club, Flores estima que en su mayoría llegan atraídas con la premisa de mejorar su estado de salud general, controlar el peso, tratar afecciones como la hipertensión, disminuir los niveles de estrés y lograr una figura más armoniosa desde el punto de vista estético.
"Siempre es útil y aconsejable adaptar la actividad física en función del estado físico y mental de la persona"
En general, explica Flores, tomando como referencia las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), es importante realizar todos los días 40 minutos de esfuerzo continuo y sostenido. Caminar, cumplir una rutina de ejercicios, nadar o trotar son opciones acordes para lograr dicha meta.
El especialista en Clínica Médica, Carlos López Vernengo, destaca que el estado óptimo para cuidar la salud, es lograr ejercitar el cuerpo al menos tres veces por semana durante 50 minutos a una hora. Sería, por ejemplo, el equivalente a caminar a buen ritmo por el lago del Parque General San Martín, por mencionar una actividad a la que cientos de personas recurren a diario.
"Siempre es útil y aconsejable adaptar la actividad física de acuerdo al estado físico y mental de la persona. No es lo mismo la actividad aeróbica que puede hacer un adulto mayor al que puede realizar un adulto joven con entrenamiento previo", dice López Vernengo y enfatiza en que, por ejemplo, las afecciones en las articulaciones pueden ser patologías asociadas a la edad. De todas maneras, indica, "siempre es importante realizar actividad física de manera permanente y progresiva".
Un papel fundamental es el que cumple el chequeo médico previo que debe incluir una ergometría y un electrocardiograma a los efectos de descartar una patología cardíaca. "Hay enfermedades cardiovasculares que no están diagnosticadas porque no hay síntomas previos en la persona y se pueden poner en evidencia al realizar esfuerzo físico", alerta el profesional. Por eso, considera el médico, "no hay una regla general para todas las personas, sino que el plan de ejercicios debe estar adaptado a su condición general de salud, necesidades y expectativas".
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