José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
En una semana colmada de información vinculada con el sano renacer de la Justicia, en su persecución de la corrupción y las desprolijidades en la función pública, el gobierno de Cornejo debió blanquear como nunca, en estos cuatro meses de gestión, la dificultad que tiene para mantener el rumbo en medio de la tempestad que genera la crisis de las cuentas públicas.
El martes se oficializó desde el Ejecutivo que los compromisos de pago representan mucho más del 100 por ciento de los recursos con que espera contar cada mes. En números, le faltan más de 5.300 millones de pesos.
Por eso un día después el Gobernador habló ante los periodistas y remarcó aquello de que “Mendoza está quebrada”. Comparando, Cornejo sostuvo que si la Provincia fuera una empresa privada “estaría en convocatoria de acreedores, situación en la que virtualmente estamos porque vamos pagando con bonos las deudas viejas y estamos canjeando bonos con los proveedores. Gastamos más de lo que recaudamos”.
Y, en medio de la dura paritaria con los estatales, fiel a su áspero estilo, comentó que “con esfuerzo” su gobierno está dispuesto a “pagar con deuda un aumento razonable” de sueldos para el corriente año.
Es que superado el diferendo con el SUTE, que terminó en la imposición del incremento salarial por decreto, la pulseada con los sectores de la Salud es tanto o más trabajosa por la pretensión de 40 por ciento de incremento que plantearon a los negociadores del Ejecutivo, algo totalmente alejado del 22 a 25 por ciento que Cornejo seguramente dispondrá en una negociación trabajosa.
Si el final es otro decreto como el aplicado con los docentes, posiblemente dependa del resultado de la negociación por separado que el área de Trabajo aplica en este caso. Por un lado los profesionales y por el otro, ATE. Ambos gremios no aceptan el módico 21 por ciento de la primera oferta, pero la predisposición de las dirigencias parece ser diferente y eso pretende aprovechar el Gobierno para avanzar.
Además, en la semana, el jefe del Poder Ejecutivo encaró la otra parte brava de su actual momento: proponer obras, muy pocas, y ofrecer a los proveedores/acreedores hacerse de un bono para poder cobrar lo que se les debe con intereses. "Nos hicieron entender que la Provincia está quebrada", resumió uno de los constructores presentes en el cónclave del viernes, según la crónica de Los Andes. Empresarios, convencidos del quebranto; gremialistas, no tanto, pero percibiendo que no habrá mucho más de lo que anunció el Gobernador.
Cumplimiento
El mérito de la actual gestión provincial, hasta el momento, es haber podido cumplir con los pagos pese a que lo que recauda no alcanza. Eso induce, especialmente en el caso de los proveedores, a respetar las reglas de juego que impone el Ejecutivo en un momento difícil desde el punto de vista económico en el país, en el que todos tienden a cuidar lo que tienen por temor a perder todo. Por eso los bonos pueden llegar a ser bienvenidos.
A pesar de que lo que encontró al asumir superó ampliamente las expectativas en cuanto a desorden y falta de recursos. Quienes conocen o frecuentan al Gobernador aseguran que tiene claros sus objetivos sobre cómo atravesar la espesa tormenta y una personalidad que lo ayuda para encarar el actual y necesario ajuste provincial.
El diagnóstico de la crisis provincial Cornejo lo tuvo mucho antes de la campaña que lo llevó al triunfo electoral; y luego, la eterna transición, le permitió palpar el mal que debería afrontar desde que asumióel cargo.
Por otra parte, sigue contando con amplio respaldo de la Nación y el presidente Macri lo mantiene como un referente importante a la hora de mostrar cómo encarar las dificultades heredadas de las administraciones kirchneristas. Por eso es lógico que el Poder Ejecutivo nacional esté siempre dispuesto a asistir a esta provincia ante una emergencia.
El frente interno
En cuanto al frente político que acompaña al gobierno provincial, no habría mayores problemas que se sumen a los chispazos que surgieron cuando se trató el decreto de aumento al SUTE. En esa oportunidad, vale recordarlo, tanto el massista Pereyra como el demócrata Niven pusieron objeciones que privaron al radicalismo de votos clave para sellar cómodamente el trabado aumento salarial y la implementación del ítem Aula.
Las de ellos no fueron posturas antojadizas; los dos diputados actuaron conforme recomendaciones de sus jefes políticos. En el caso de Pereyra, nada menos que Sergio Massa.
El Pro, que en Mendoza ahora conduce Omar De Marchi, necesita mantenerse cercano al gobierno provincial porque precisamente el intendente de Luján políticamente requiere respaldo para seguir hurgando en los desmanejos que dejó la gestión de López Puelles.
Está claro que si bien el jefe comunal lujanino es una fácil puerta de acceso a los despachos del Presidente, éste mantiene una línea directa con Cornejo que erige al mandatario provincial en estos momentos en otra vía para poder incursionar en los despachos de la Casa Rosada.
En cuanto a otro socio político del frente Cambia Mendoza, la Coalición Cívica-ARI de “Lilita” Carrió, que aquí representa claramente Gustavo Gutiérrez, sugiere al Ejecutivo atender con mayor celo la relación con la Nación y también recomienda pensar en la figura de algún negociador específico.
“Siempre hay que estar atentos a la tentación que para todo gobierno nacional significa estar bien y priorizar a la Capital Federal y a la provincia de Buenos Aires”, comenta Gutiérrez en alusión al tradicional centralismo que, tarde o temprano, parece terminar imponiéndose desde la Nación.
Esto, pese a que el actual gobierno nacional viene mostrando una especial predisposición a escuchar a las provincias y salir en su ayuda a través del ministerio que conduce Frigerio. Propone mayor esfuerzo para lograr mecanismos de financiamiento para obras necesarias y por ahora imposibles de encarar.
¿Cómodo o incómodo?
Preferentemente el Gobernador demuestra estar convencido de que el rol que cumple en estos momentos es el que la Provincia requiere, pero su olfato político le dice que debe apurarse porque ya llegará el tiempo en que la gente empiece a pedir resultados.