Detrás del escenario de crisis y pánico que se esta viviendo en Wall Street y en todo el mundo por el coronavirus y su impacto a nivel económico, hay un factor en la que Argentina se termina beneficiando. Los bonos de alto rendimiento (bonos junk) en Estados Unidos se desplomaron la semana pasada y se elevaron drásticamente las probabilidades de ver default corporativos próximamente. Esto amplia el menú de opciones para los fondos buitres y les quita protagonismo a los bonos argentinos.
Los bonos basura, o de alto rendimiento en Estados Unidos tuvieron una de sus peores semanas en su historia. El ETF de bonos de alto rendimiento (JNK) Bloomberg Barclays de SPDR cayó más del 6% la semana pasada, mientras que el ETF de bonos corporativos con grado de inversión iShares iBoxx $ Grado de inversión cayó más del 8%. Por su parte, Bank of America dijo a los clientes el viernes que la volatilidad se había disparado y que las salidas de los fondos de bonos corporativos estaban en niveles récord.
La ansiedad está vinculada a las empresas que dependen de los precios estables de la energía y el turismo para generar efectivo. Cuando los negocios se vuelven más difíciles para estas empresas, podría impedirles pagar sus deudas y provocar incumplimientos y escenarios de default. Las agencias de calificación también podrían comenzar a rebajar la calificación de muchas de estas compañías, obligando a algunos tenedores de bonos a vender. Tal es así que el costo para asegurarse contra el default corporativo en bonos de alto rendimiento en EEUU subió fuertemente en las dos últimas semanas y alcanzó su nivel más alto desde 2012.
"Los riesgos de default y rebaja de calificaciones han aumentado a sus niveles más altos desde el comienzo del ciclo comercial actual", dijo esta semana Lotfi Karoui, estratega jefe de crédito de Goldman Sachs.
Los inversores retiraron fondos por un récord de $ 7.3 mil millones de fondos de bonos de grado de inversión con sede en Estados Unidos en la semana que terminó el miércoles, según datos de Refinitiv Lipper. La salida neta récord anterior había sido en diciembre de 2015 con retiros de efectivo de $ 5.1 mil millones. El impacto tambien lo sintieron los mercados emergentes y la semana pasada, la deuda en dólares de mercados emergentes tuvo su peor semana en la historia al caer un 13%.
El escenario de crisis global no solo golpea a los más débiles sino que también representa un test importante para las compañías más fuertes. El hecho de que la economía se detenga 14 días como ocurre en Europa genera complicaciones para todo tipo de deudor, ya sea de alto rendimiento como los de mejor calificación crediticia. Esto mismo se ve reflejado en los costos de protección contra default de bonos de mejor calificación crediticia en el mundo (investment grade), el cual alcanzó niveles de 2012. En dos semanas paso de niveles de menos de 50 puntos a casi 150.
Entre los sectores que más preocupa se encuentra el sector energético, ya que luego de la dramática caída del petróleo la semana pasada, las compañías de dicha industria se ven fuertemente afectadas. La preocupación por la calidad crediticia ha sido particularmente aguda para las compañías energéticas desde el comienzo de una guerra de precios del petróleo el pasado fin de semana entre Arabia Saudita y Rusia. S&P Global Ratings advirtió el miércoles que no dudará en recortar las calificaciones crediticias de las empresas afectadas por la agitación.
¿Cómo se beneficia Argentina?
Naturalmente este contexto no es positivo para Argentina debido a que un escenario de mayor volatilidad no juega a favor para que la negociación de la deuda se pueda llevar a cabo normal y satisfactoriamente. Quien debe encargarse de negociar probablemente tenga que enfrentar una gran cantidad de desafíos en otras áreas de su negocio.
Es decir, si el portfolio manager de un fondo global que es acreedor de Argentina ve que sus portfolios de acciones y de bonos se encuentra bajo fuerte presión por la caída de los precios de sus activos, la capacidad de atención para encarar la negociación es radicalmente menor. No se sabe si eso puede ser un punto a favor o en contra aunque, en un contexto de grandes pérdidas, limitarlas las mismas podría ser la prioridad para todo inversor y aceptar un tipo de oferta agresiva puede no estar entre las opciones.
Mas allá de esto, hay un factor que si beneficia a Argentina y que es que justamente, por el hecho de que los bonos de todo el mundo se encuentren bajo fuerte estrés, hace que los riesgos de default sean generalizados. En ese supuesto, y si se llegase a dar casos de defaults corporativos, el menú de opciones de compra para los fondos buitre se amplía drásticamente y Argentina pierde protagonismo. Hasta hace tres semanas, el mundo no se planteaba la posibilidad de riesgos de default masivos, pero hoy y bajo las actuales circunstancias, son un evento que puede ocurrir.
Esto no implica que Argentina deje de estar en el centro de atención para los fondos buitres. Simplemente implica que, al haber más deuda bajo la misma circunstancia (aunque por otras causas), hace que el portfolio manager de los fondos buitre presten atención a otra deuda que puede estar igualmente comprometida como la Argentina.
Si bien resulta riesgo para la estrategia del Gobierno que las paridades de los bonos caigan a niveles de 30%, el hecho de que el mundo enfrente un escenario de estrés hace que las compras de los buitres no sea tan generalizada e inmediata, dándole tiempo al Gobierno a seguir avanzando con el tema de la deuda.
En definitiva, no se sabe si el escenario puede ser positivo para Argentina. A priori se podría decir que no, aunque el hecho de dejar de ser el centro de atención en el mundo de default puede ser un factor que beneficie a Argentina.