El tiempo pasa para todo, y la cocina es uno de los lugares de la casa que peor envejecen. Está expuesto a un trajín continuo de diferentes temperaturas, vapores, alimentos y líquidos, productos de limpieza…
Sin embargo, podés darle un lavado de cara, invirtiendo poco tiempo y dinero, para devolverle el esplendor y cambiarle la cara, para que estrenes tu cocina constantemente.
PINTÁ LOS ARMARIOS
¿Te has cansado de su color o está muy gastado? Elegí otra combinación con el resto del ambiente –otros muebles, cuadros, electrodomésticos…- y reinventá tu cocina. Pintalos -si son de madera natural- o barnizalos, y también empleá acabados especiales que podrás encontrar en un negocio de bricolaje, como los laminados plásticos de fórmica.
PONÉ UNA PIZARRA
Sí, podés poner una de corcho y madera que compres o mandes hacer a medida. Convertí al menos una pared de la cocina en pizarra.
Podés convertir cualquier pared de tu hogar en una divertida y práctica pizarra, gracias a la pintura sintética de acabado mate que hace las veces de este mineral y se puede pintar en cualquier superficie lisa.
Elegí una de tus paredes y dale vida: colocá tizas de colores a mano para que puedas dejar notas, recetas, ideas, mensajes, división de tareas de la casa, dibujos… Puede ser la lista de la compra perfecta, haciéndole una foto con el celu antes de salir al súper.
Además de pizarra, podés convertir tu pared en un gigantesco imán con un poco de pintura magnética. Ojo, no lleva imanes, sino pequeñas partículas de hierro que atraerán a los mismos a tu pared.
PINTÁ O CUBRÍ LOS AZULEJOS O LOS CERÁMICOS
Desengañate, no tienen por qué permanecer iguales toda la vida. Podés pintarlos con pintura de esmalte, y probar con pintura mate o satinada para darles un toque más original.
También podés cubrir la parte que desees con cristal lacado, de acabado mate o brillo. Este material se pega directamente sobre el azulejo, tapándolo, y tenés una gran cantidad de colores a tu disposición. Es facilísimo de limpiar con un paño húmedo y su brillo hará que el espacio aumente ópticamente, gracias a la profundidad del efecto espejo. Espejar las paredes es otra opción muy interesante: ganarás luz y espacio.
Otra idea: colocá papel pintado. Eso sí, en la cocina, mejor de vinilo para facilitarte su limpieza y alargar su vida.
RENOVÁ EL PISO
Hemos repasado armarios, paredes, muebles, azulejos… pero el piso es otro componente visual de cada espacio con muchas posibilidades.
Se puede sustituir sin grandes obras y por muy poco dinero. Solo necesitás cambiar el piso de cerámicos por uno laminado, colocando un plástico aislante sobre tu suelo para protegerlo de la humedad. Luego de que hayas colocado una base especial para instalar láminas sobre este plástico, podrás colocarlas y seguir adelante con los zócalos.