Un estudio de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (Fada) destaca que en las últimas tres semanas creció fuerte el consumo de productos lácteos, especialmente la leche larga vida, porque los consumidores quisieron "stockearse" ante la cuarentena por la pandemia de coronavirus.
“Esto se debió a algunos temores en torno a problemas de abastecimiento, que afortunadamente no sucedieron en prácticamente ninguna cadena alimentaria”, señala David Miazzo, economista jefe de la fundación.
Pero es probable que este que este pico de consumo se vea afectado a mediano plazo por la caída en la actividad económica, el empleo y el poder adquisitivo por los efectos económicos de la cuarentena.
El estudio de Fada también hace foco en cómo se forma el precio de la leche. "Desde que sale del productor hasta que le llega al consumidor, el precio se multiplica 3,22 veces", explica Natalia Ariño, economista de Fada. A lo largo de la cadena, ese precio se va componiendo por los costos (72%), los impuestos (26,8%) y el resultado (1,2%).
"Un ítem muy importante, que cambió la composición del precio de la leche, fue la reimposición del IVA a la leche, que se había reducido al 0% y subió nuevamente en enero al 21%. Así, los impuestos recuperan la participación", indica Miazzo.
Según indica este último estudio, de acuerdo a Indec, la leche registró un precio promedio de $57,41 en febrero y se va formando de la siguiente manera: el tambo representa el 30,2% ($17,35) del precio, la industria el 27,4% ($15,72), el comercio el 15,6% ($8,96) y el Estado el 26,8% ($15,39).
Para entender la formación del precio de la leche es importante analizar lo que sucede con el consumo interno de este producto en Argentina. Las ventas al consumo interno de lácteos cayeron un 6% en 2019 respecto a 2018. Productos como crema, dulce de leche, leches chocolatadas, manteca, postres y yogures presentaron caídas del 10%. Leche y quesos, productos tradicionales en el consumo de los argentinos, sufrieron ambos una reducción de sus ventas del 6%.
La caída en las ventas al mercado interno tiene como principal causa la disminución del poder adquisitivo de la población. En base a datos del Indec, los salarios perdieron en los últimos 12 meses 3,9% contra la inflación, y un 14,1% en los últimos 24 meses. Al tiempo que la actividad económica cayó un 1,8% en los últimos 12 meses y un 7,4% en los últimos 24 meses.
Según el Observatorio de la Cadena Láctea (Ocla), el consumo per cápita en 2019 alcanzó el nivel más bajo desde 2003, con 182 litros anuales, lo que representa una caída del 3,8% respecto 2018.