El estruendo por la sombría muerte del fiscal Alberto Nisman aún mantiene conmocionada a la clase política. En cambio, la opinión pública comienza a dar las primeras señales de reacción ante un hecho que podría marcar un antes y un después para los candidatos que aspiran suceder a Cristina Kirchner en la Casa Rosada.
Si bien faltan nueve meses para las elecciones y la fotografía de hoy podría no ser la película de octubre, los politólogos, encuestadores y expertos en opinión pública consultados coinciden en que la desaparición del fiscal a cargo de la causa AMIA es un acontecimiento que marcará a fuego la larga recta final hacia la Presidencia.
Los primeros sondeos que se conocieron son contundentes: la mayoría de la sociedad considera creíble la denuncia contra la Presidenta y sus funcionarios por encubrir a Irán. Además, la impresión inicial de los argentinos, según distintas encuestas, es que Nisman no se suicidio e incluso muchos vinculan al Gobierno con el asesinato. Sin embargo, son pocos los que creen que, esta vez, habrá justicia.
“Va a haber un antes y un después de la muerte de Animan. Hay muchas preguntas y pocas respuestas y creo que esto se va a convertir en una prueba de fuego para la relación de la opinión pública y las instituciones”, sostiene Mariel Fornoni, directora de Management & Fit.
El fiel de la balanza
En el actual contexto, y a pesar de los interrogantes que mantiene la investigación, lo único claro para los analistas es que el episodio impacta de lleno en las huestes del Gobierno. De ahí que, por su cercanía al kirchnerismo, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, aparezca como el principal perjudicado entre los presidenciables.
“Con respecto la campaña, un hecho tan contundente como éste puede inclinar la balanza más hacia el cambio que hacia la continuidad”, opina el sociólogo y filósofo Marcos Novaro. Y agrega: “En ese sentido, el principal perjudicado es Scioli. Macri y Massa saldrán mejor parados, si es que pueden capitalizar la demanda de mayor transparencia e institucionalidad”.
Si bien el precandidato del Frente Para la Victoria (FPV) se despegó del discurso oficialista que vinculó el fallecimiento del fiscal con una feroz interna en los servicios de inteligencia, “la muerte de Nisman perjudica a cualquier candidato oficialista y beneficia a los de la oposición”, resume el politólogo Rosendo Fraga, director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.
En la misma línea, el director de la encuestadora Ipsos Mora y Araujo, Luis Costa, también se muestra cauto: “El episodio como tal no beneficia a nadie por ahora. De todo el espectro, podría dañar al Gobierno y sus precandidatos, principalmente a Scioli, por su vinculación al kirchnerismo”.
Mientras el sciolismo procura hacer equilibrio entre la lealtad al oficialismo y una prudente distancia frente al caso Nisman, lo cierto es que el panorama tampoco luce sencillo para el arco opositor. “Es muy riesgoso que la gente perciba un cierto oportunismo electoral en la reacción de los candidatos”, advierte la titular de Management & Fit.
Apenas conocida la noticia del fallecimiento de fiscal, el jefe de Gobierno porteño fue el primero en salir a hablar. Reunió a su tropa y enfrentó a los medios en Bolívar. Con una “propuesta de cambio”, instó a que el episodio sea “una bisagra en la historia argentina”.
Para Enrique Zuleta Puceiro, titular de la consultora Opinión Pública Servicios y Mercados, “la respuesta de Macri fue la más institucional y mejor articulada. Habló con autoridad moral por haber sido víctima de este tipo de cuestiones”.
Por su parte, Fraga destaca la vehemencia del ex intendente de Tigre, quien exigió la aparición pública de Cristina Kirchner y planteó que interviniera la Corte Suprema en la investigación por el fallecimiento. “Massa se mostró más enfático que Macri, viene usando un lenguaje más agresivo con el kirchnerismo”, dice el politólogo e historiador.
En tanto, el desarticulado Frente Amplio UNEN tuvo la oportunidad de recuperar protagonismo ante el súbito reclamo de transparencia y justicia de la sociedad. Sin embargo, volvió a mostrarse fragmentado. “Con este nuevo escenario, la postura de apego a las instituciones de los referentes de UNEN apenas se puede volver algo más valiosa para Massa y para Macri”, ensaya Novaro.
A pesar de que, cada uno por separado, los principales postulantes al sillón de Rivadavia en octubre hicieron un enérgico reclamo para que se esclarezca el episodio que mantiene en vilo a la sociedad, el reflejo de la oposición luce condicionado. Algo que, sospechan los analistas, podría mantenerse en la campaña electoral.
En palabras de Zuleta Puceiro: “Como sucede habitualmente, el Gobierno redobla la apuesta y hasta la triplica. Le tira la carga de la prueba a los referentes de la oposición, que intentan funcionar como fiscales o jueces. Esto demuestra la vulnerabilidad de la política para establecer acuerdos en defensa de las instituciones”.
Para Fabián Perechodnik, uno de los directores de la consultora Poliarquía, “existe un riego de que la política no sepa dar una respuesta contundente ante un suceso tan grave”. Así lo explica: “Esta es una oportunidad para que la oposición exija un cambio de manera conjunta y todavía no lo ha hecho. Esa falencia puede impactar en la opinión pública de cara a las elecciones”.
Control de daños
Por su parte, el rol de la Presidenta de la Nación en la compleja trama -ya sea por su protagonismo en la acusación de Nisman, en caso de que la investigación avance, o por su enredada respuesta ante el fallecimiento del fiscal- también podría alterar el curso de la campaña.
“El Ejecutivo tiene recursos para hacer control de daños. Lo que pasa es que no los utiliza”, apunta Novaro. Y se explaya en referencia a las misivas presidenciales vía Facebook: “La reacción de Cristina Kirchner es infame. Tiene la lógica de la confusión e intenta diluir su falta de credibilidad. Es de un nivel de brutalidad sumamente contraproducente”.
En la misma línea, Costa sostiene que el Gobierno “tendría que dar la ara, ya que en estos casos la sociedad exige la aparición de su Presidente”. Para el director de Ipsos, “la estrategia del kirchnerismo es contraatacar. Cada vez que lo acusan, el Gobierno denuncia un complot. Lo que hace es abrir el juego e introducir nuevos actores”.
Si bien es difícil encontrar casos cargados de una gravedad institucional como la que implica la muerte de un fiscal un día antes de presentar en el Congreso una acusación contra un jefe de Estado, los analistas encuentran ciertos patrones de conducta en la estrategia del kirchnerismo para enfrentar los escándalos.
Núcleo duro
Precavida, Fornoni pide tiempo para evaluar el impacto electoral que pueda llegar a tener el oscuro episodio en una sociedad que todavía está "preocupada, con miedo y con la sensación de que todo quedará impune".
Sin embargo, aporta algunas cifras en un monitoreo que realizó Management & Fit esta semana sobre el impacto electoral del caso en el oficialismo. El 84% de los consultados cree que la muerte del fiscal Nisman afectará la imagen de Cristina Kirchner. Y hay más: casi la mitad de los entrevistados que antes pensaba votar al oficialismo (20% del total), manifestó tener dudas a partir de los sucesos recientes.
“Ha estallado un imponderable en la política argentina”, aporta Fraga.
¿Significa esto que la conmoción por el fallecimiento del fiscal de la causa AMIA podría hacer que se perfore el piso del núcleo duro del FPV, que en los últimos años osciló en torno al 20% del electorado? Mientras que algunos encuestadores sostienen fuera de micrófono que es posible, la mayoría aclara que todavía es prematuro saberlo. “Lo que sí sabemos es que se trata de un suceso que por su gravedad, puede modificar el paradigma electoral”, concluye Perechodnik.