Zonda, nieve, lluvias… luchan por colarse en nuestra casa, ensuciándola, atentando con la temperatura ideal y promoviendo alergias. La solución es muy sencilla y puede lograrse en poquísimos pasos y gastando muy poco.
Un burlete es, según el diccionario de la RAE, una "tira de venda o tela, con relleno de estopa o algodón, que se pone al canto de las hojas de puertas, balcones o ventanas para que, al cerrarse, queden cubiertos los intersticios y no pueda entrar por ellos el aire en las habitaciones". Es decir, se trata de una especie de almohadones para puertas y ventanas que impiden que se formen corrientes de aire y, de esta forma, mantienen el calor del hogar.
NECESITARÁS
Tela - Arena (o algún otro relleno) - Aguja e hilo - Cinta métrica.
PASO A PASO
1. Medir el ancho de la puerta o ventana.
2. Cortar un trozo de tela de un par de centímetros más de lo que mide la puerta o ventana. Podés elegir entre hacer un burlete rectangular o cilíndrico; en el segundo caso, también necesitarás dos círculos de tela para las bases.
3. Coser la tela de revés para que las costuras queden en la parte interior y no se vean, siguiendo los mismos pasos que para hacer un almohadón. Recordá que uno de los lados no deberás coserlo todavía para poder meter el relleno.
5. Dar la vuelta a la tela y rellenarla con arena seca, o algún otro material que absorba la humedad, como las piedritas para gato.
6. Coser el extremo que habías dejado abierto.
7. Podés decorar los almohadones para puertas y ventanas como más te guste, especialmente si lo estás elaborando para la habitación de los niños/as.