Un motorhome siempre da la sensación -aunque sea falsa- de intimidad. Será la cercanía de esas mesas de comedor mini, los ambientes tan apretados o las voces que se escuchan sin interferencias de paredes vecinas. Adentro, está sentado un Adrián Suar tranquilo, sin la hiperkinesia acostumbrada en los movimientos ni en la charla. Un par de metros más allá, en el cuarto improvisado, Natalia Oreiro se retoca el maquillaje.
Afuera, algunas salas del Instituto Fleni de Escobar se convirtieron en un estudio de grabación. Son los primeros capítulos de “Solamente vos”, la nueva tira de Pol-ka que se estrenará la primera semana de enero en el horario central de El Trece.
En la nueva comedia romántica, él será Juan Cousteau, un director de orquesta casado, con cinco hijos, que se está separando. Ella es Aurora, una peluquera soñadora, que busca el amor de su vida. El personaje de Juan se muda a su departamento de soltero, la conoce a ella y, claro, se enamora. Pero habrá un dilema, ya que ella es la amante de su mejor amigo.
Ahora están grabando las primeras escenas del programa. Hay una muy especial. Es la del encuentro, la primera vez, el flechazo. Los personajes se conocen en situaciones nada favorables. Juan tuvo una descompensación por estrés y está internado en el hospital.
Ella llega para visitar a su madre, que también tiene problemas de salud. Las cábalas no sólo son propias de los técnicos de fútbol. En todos los programas de Pol-ka, la primera escena de amor entre los personajes siempre sucede con lluvia. Y ésta no es la excepción.
Juan está sentado en un pasillo del hospital en penumbras, con una bata y un suero. Ella llega de la calle toda mojada. Se encuentran y charlan, en plan intimista.
Por la ventana, cae la lluvia y estallan los truenos, que alguien fabrica artificialmente. Después de uno de los “corten”, Suar comienza a ejercer de actor y de productor.
Charla constantemente con el director Rodolfo Antúnez; sugiere cómo y cuándo entrar y salir de las escenas. Se acerca a Oreiro y le dice algo en voz baja, con ese tono susurrado y con una semisonrisa que es marca registrada.
Natalia también aporta su mirada. Le sugiere al director una locación. “Esa peluquería es genial para filmar”, dice. “El encuentro con Juan es un bálsamo para un día de mierda que tuviste. Acordate”, le tira el director para ponerla en clima.
Entre una escena y otra, algunos internados en el Fleni y sus familiares se acercan a la grabación. Suar se saca foto con algunos. Oreiro cuenta que no pudo dormir la noche anterior al primer día de rodaje. Hablan de química, de trabajar juntos por primera vez, de varios años (ella siete y él ocho) sin hacer televisión... Todo adentro del motorhome.
“Es una comedia familiar y romántica. También tiene algo de comedia de situaciones, sin ser un disparate. No se podría pensar en una sitcom de acá o de afuera como referencia. Quizá podría ser ‘Mad about you’ (programa protagonizado por Paul Reiser y Helen Hunt).
Seguramente, la particularidad la daremos Nati y yo cuando pongamos el cuerpo y nuestra impronta a las actuaciones. Con el tiempo, iré buscando y encontrando el tono del personaje”, dice Adrián Suar.
“Eh. A mí me vendiste otra cosa -interviene en broma Oreiro- y no que recién estabas buscando el personaje. Hace cinco años que venimos hablando del programa. Estamos muy ansiosos, como si fuera la primera vez en nuestra profesión. Eso me da la pauta de que nos importa mucho y de que le estamos poniendo el corazón. Hace mucho que no me pasaba esto”, reconoce.
Después de poner a punto las cuestiones técnicas, se graba otra escena. También transcurre en el hospital. Están en una sala de espera. Ella llega descompuesta de la calle y él la ayuda. Ensayan una y otra vez.
“Fijate que tenés retorcijones, como los del parto”, le da una pista Suar a Oreiro; hablan con familiaridad del tema porque los dos tuvieron familia este año. Después Juan le agarra la cabeza en plan protector y ella le pide que no se vaya. En el cuadro aparece Eugenia Suárez, que interpreta a una de las hijas de Juan.
“Hace siete años que no hago televisión. Los primeros días entré en pánico porque sentía que estaba fuera de ritmo. Preguntaba, ¿te parece lo que estoy haciendo? ¿No estoy pasada? Ahora soy más consciente de mis límites y quiero superarlos. Y que mi aporte sea lo mejor que puedo dar”, agrega la uruguaya.
“Nos genera a los dos -agrega el ‘Chueco’- una gran responsabilidad. Afuera pueden pensar: ‘Mirá, se juntan Natalia Oreiro con Adrián...’. Pero somos cautelosos. Primero hay que hacer un programa. Con el nombre y con la comedia no alcanza”.
Cerca de la una de la mañana, el director grita el corten final. Los autos comienzan a abandonar la playa de estacionamiento del hospital. Los técnicos apagan la lluvia artificial. Es la lluvia de la cábala, que se usa en todas las historias de amor. Cuando el año arranque, todos cruzarán los dedos para que Juan y Aurora no sólo se enamoren sino también para que lleguen a la gente.