Hace pocos días editorializábamos sobre los contratiempos que los vehículos estacionados sobre las veredas ocasionan a los peatones en su desplazamiento diario.
A pesar de que nuestro claro propósito era denunciar esta anómala situación y proponer que se avance en una progresiva solución de estas infracciones, las autoridades capitalinas con competencia en el tránsito siguen teniendo el tema como una materia pendiente y los negligentes procederes continúan a la orden del día.
En esta ocasión nos volvemos a ocupar del peatón, pero desde otro punto de vista y considerándolo el eslabón más débil de la cadena en la siniestralidad vial.
En general, la culpa de los siniestros, cuando hay transeúntes involucrados, es de los conductores. Pero hay veces en que las personas se ponen en riesgo sin necesidad. Por ejemplo, al cruzar por la mitad de la calle, con el semáforo peatonal en rojo, o entre medio de vehículos embotellados; o caminar de manera incorrecta al lado de caminos y rutas del interior provincial.
Específicamente nos referimos a la mala costumbre de peatones -a veces simples caminantes por razones deportivas, en otros casos grupos familiares que se dirigen hacia un centro de salud o a cumplir alguna diligencia- y lo hacen desplazándose con el tránsito vehicular a sus espaldas. De esa manera, lamentablemente, se han producido muchos incidentes fatales en distintas zonas, especialmente cuando la visibilidad se reduce porque es de noche, a hora temprana en la mañana o al anochecer.
Un automovilista que vive en Vistalba relataba que hace unos días, bien temprano y cuando todavía estaba oscuro, debió realizar una brusca maniobra para no embestir a una familia que caminaba por la calle Guardia Vieja hacia el sur, muy cerca de la carpeta asfáltica. Incidentes de este tipo se repiten continuamente en calles y caminos.
La forma de evitar ese riesgo es caminar por la izquierda y así poder ver de frente a los rodados que vienen. Es una regla de oro para quienes caminan.
Sería muy oportuno que las direcciones de Vialidad, tanto provincial como nacional, pusieran estos carteles a la vera de vías de comunicación, con leyendas que podrían decir: "Camina por tu izquierda, es por tu seguridad". Hoy esa advertencia casi existe en nuestras vías interurbanas y no resulta difícil ver a la gente caminando torpemente por los laterales derechos, corriendo el riesgo de que algún rodado se les venga encima.
No decimos que con la señales los peatones seguirán ciegamente la norma, pero sería un elemento más en la búsqueda de bajar los índices de mortalidad en los incidentes de tránsito. Por otra parte, la colocación de la señalética debería ser acompañada por una buena campaña de divulgación en los medios de difusión y en las escuelas, donde los chicos suelen fijar este tipo de normas y luego impulsar en sus hogares.
Sospechamos que de esta forma se podrían salvar algunos de los muchos muertos que cada año se producen por atropellos en nuestras calles y rutas.
Los peatones también tienen obligaciones, que al final redundarán en su propia seguridad.
La primera de ellas, ocupar el espacio de la vía que les corresponde. Si hay aceras o sendas fuera de la carretera, deben utilizarlas. Si no hay otro remedio, caminarán por el lado izquierdo. De esta forma controlarán en todo momento los vehículos que circulan por la carretera y podrán apartarse, si es preciso, para evitar correr riesgos innecesarios.