Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) pide prudencia, ¿la cloroquina es un tratamiento milagro contra el COVID-19 o una falsa esperanza?
Se trata de un antipalúdico barato y utilizado desde hace varias décadas contra la malaria, un parásito transmitido por un mosquito. Se conoce bajo varios nombres comerciales según los países y fabricantes: Nivaquine y Resochin, por ejemplo. Existe un derivado, la hidroxicloroquina, para las enfermedades articulares de origen inflamatorio.
Pero los efectos secundarios son múltiples: náuseas, vómitos, erupciones cutáneas, pero también afecciones oftalmológicas, cardíacas, neurológicas… Una sobredosis puede resultar peligrosa y los médicos desaconsejan tomarla sin receta previa.
Sin embargo, el infectólogo francés Didier Raoult está convencido que el tratamiento puede replicarse contra el nuevo coronavirus. El hombre es director del Instituto Mediterráneo de Infecciones, con base en Marsella, e inició sus investigaciones con un ensayo clínico realizado en diez hospitales en Wuhan, Pekín y Shanghái para evaluar la eficacia de la cloroquina.
Pese a que el médico defiende a capa y a espada la cloroquina como tratamiento, tanto en los medios de comunicación como en videos que comparte en internet, muchos de sus colegas critican su campaña, a falta de ensayos clínicos realizados con protocolos estrictos y publicados en alguna prestigiosa revista científica con un comité de lectura independiente.
El doctor Raoult probó la cloroquina en pacientes de su centro hospitalario, con resultados positivos, según su equipo, que los publicó en base a los ensayos en una veintena de enfermos. Estos recibieron Plaquenil - nombre en Francia de la hidroxicloroquina- y algunos en función de sus síntomas, tomaron además el antibiótico azitromicina.
"Pese a la pequeña muestra, nuestro estudio muestra que el tratamiento con la hidroxicloroquina está asociado de forma significativa a una disminución/desaparición de la carga viral (...) y sus efectos se refuerzan con la azitromicina", según el estudio confirmado por Raoult. Los resultados se conocieron el 19 de marzo: los pacientes que han recibido Plaquenil (hidroxicloroquina) son portadores del virus a un 25% luego de seis días y los que no fueron tratados con este medicamento son portadores del virus a un 90% luego de seis días, consignó Clarín.
Invocando el juramento hipocrático de los médicos, el equipo de Raoult anunció el domingo su intención de administrar de ahora en adelante a "todos los pacientes contagiados" estos dos medicamentos. "A partir de que nosotros hemos mostrado que el tratamiento es eficaz, yo encuentro inmoral no administrarlo. Es así de simple", declaró el infectólogo francés.
El tratamiento también es dispensado en el Centro Hospitalario de Niza (sureste) con el consentimiento de las familias, según el alcalde, Christian Estrosi, tratado él mismo con cloroquina.
A nivel europeo, el domingo se lanzó un ensayo clínico bautizado Discovery en varios países para probar cuatro tratamientos experimentales, incluido la hidroxicloroquina, un ensayo que "incluirá al menos 800 pacientes franceses aquejados de formas severas de COVID-19".
En Estados Unidos, la Food and Drug Administration (FDA), que supervisa la comercialización de los medicamentos, anunció un "amplio ensayo clínico", recordando que su papel era asegurarse de que los productos son seguros y eficaces.