Científicos argentinos diseñaron un dispositivo electrónico, denominado "papatrónica", de código abierto que permite identificar el lugar y el momento en que se producen golpes en la papa durante el proceso productivo.
Con esta innovadora tecnología, los productores podrán disminuir las pérdidas en poscosecha y mejorar la calidad del producto minimizando la incidencia y dispersión de patógenos que generan pudriciones.
"En este momento el dispositivo se encuentra en una fase de prototipo avanzado, listo para ser probado en campos de la zona, pero la intención es realizar las gestiones necesarias para que esté disponible para su aprovechamiento en toda la cadena de valor", destacó Luciano Velázquez, docente e investigador de la cátedra de Cultivo de Papa de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata, quien fue uno de los desarrolladores de "papatrónica" junto a investigadores del INTA Balcarce, y del Centro Universitario de Innovación Ciudadana (CUIC) de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNICEN.
Esta tecnología permite medir los golpes que se producen durante la cosecha mediante un sensor. Según explicó Velázquez, los datos son enviados en forma inalámbrica a un dispositivo móvil (celular o tablet) donde se visualizan en tiempo real mediante una aplicación desarrollada con ese fin.
El sensor se puede colocar en el surco y es tomado por la cosechadora junto con las papas que se están cosechando. También se puede utilizar durante toda la logística (transporte, cintas transportadoras, líneas de producción) y en cualquier parte de la cadena de valor donde se produzcan golpes o vibraciones.
La papa es el tercer producto alimenticio más consumido en el mundo (luego del arroz y el trigo). En Argentina la producción total de papa es de 2,5 millones de toneladas, con una superficie de producción que ronda las 75.000 hectáreas.
El sudeste bonaerense lidera la lista de las zonas con mayor superficie de producción con aproximadamente 32.600 hectáreas, seguido por Córdoba , San Luis, Tucumán, Mendoza y Jujuy.
De acuerdo con datos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, según sus siglas en inglés) en 2017, las frutas y las hortalizas son los alimentos que más se desechan con pérdidas que alcanzan hasta el 35 % del total de la producción.
La principal causa de estas pérdidas se concentra en la etapa de poscosecha, siendo uno de los principales causantes de estas pérdidas los golpes que reciben los productos en el proceso de cosecha, clasificación, limpieza, transporte y almacenamiento.
Gustavo Pereyra Irujo, investigador del INTA Balcarce, explicó que el diseño de la tecnología está inspirado en aparatos que, si bien ya existen en el mercado desde hace algunos años, su adopción a escala productiva es limitada por el alto costo.
“El uso masivo de este dispositivo traería mejoras en calidad, menores pérdidas y, en suma, tiene un altísimo potencial”, valoró.
En esta línea, el especialista coincidió que el objetivo del equipo fue “hacer una versión mucho más accesible en términos económicos y tecnológicos”.
“En base a nuestra experiencia con tecnologías abiertas, como por ejemplo drones, nos propusimos que sea no sólo accesible, sino que también sea una plataforma abierta para que se pueda adaptar y modificar libremente”, añadió.
Por su parte, José Marone, coordinador del CUIC, destacó la articulación interinstitucional y la sinergia con la que se trabajó en el proyecto. "Llevamos adelante la idea y logramos la obtención de un prototipo funcional en menos de cuatro meses de trabajo, un proyecto que implicó el desarrollo de hardware y software para la aplicación móvil y todo fue posible por esta forma de trabajo colaborativo entre las instituciones", comentó Marone.
Diseño técnico
Marone describió que la innovación tiene una estructura sencilla basada en un pequeño microcontrolador, un sensor de movimiento y un transmisor de bluetooth y wifi.
“Estos elementos se ubican dentro de una carcasa en forma de papa, diseñada para reproducirse en una impresora 3D, que se coloca en la tierra con el resto de las papas al momento de la cosecha”, detalló Velázquez.
En esta línea, el investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias explicó, “la cosechadora levanta las papas y, desde un teléfono celular, se puede observar en tiempo real los movimientos, y además permite chequear que no se produzcan golpes bruscos, para regular la maquinaria si es necesario”.
Por su parte, Pereyra Irujo remarcó la versatilidad del dispositivo, “al estar basado en tecnología de código abierto, abre la posibilidad de realizar modificaciones para adecuarlo a otros servicios requeridos por el proceso productivo. Por ejemplo la incorporación de un sensor de temperatura para utilizar como herramienta de monitoreo durante el almacenamiento”.
Por último, Velázquez remarcó que este dispositivo es una herramienta fundamental para complementar las prácticas agronómicas y de manejo del cultivo tendientes a mejorar la calidad y disminuir las pérdidas del producto.