Adolf Hitler fue uno de los personajes más nefasto de las historia de la humanidad. En su afán por concretar el régimen nazi, cometió todo tipo de atrocidades. El Führer se rodeó de todo tipo de profesionales y buscó crear una sociedad con determinadas cualidades físicas, intelectuales e incluso espirituales.
Según el relató José Lesta en su libro "El enigma nazi", el 1 de julio de 1935 se creó la Deutsches Ahnenerbe, o Sociedad de Estudios para la Historia Antigua del Espíritu. En esa época Hitler ya había sido nombrado Canciller de Alemania y el Partido Nazi dominaba toda la política del país.
Sin embargo, el Führer quería instalar el nazismo como una creencia indiscutible y para ello necesitaba varias herramientas científicas y paracientíficas.
El encargado de crear esa sociedad fue el comandante en jefe de las SS Heinrich Himmler, uno de los miembros del Partido obsesionado por el ocultismo.
Una vez en el poder, creó un cuerpo de élite o de monjes guerreros que formaría una auténtica Orden Negra que seguiría los preceptos del antiguo paganismo germano y los dogmas de fe del nazismo como creencia religiosa.
"Los objetivos de la sociedad eran fundamentalmente tres: investigar el alcance territorial y el espíritu de la raza germánica, rescatar y restituir las tradiciones alemanas, y difundir la cultura tradicional alemana entre la población", explicó Lesta.
"La sección esotérica estaba a cargo de Friedrich Hielscher y Wolfram Sievers; así mismo el famoso escritor Erns Jünger y el filósofo judío Martin Buber colaboraron con ella", explicó el escritor Andre Brissaud al diario ABC.
Objetivos
Entre las prioridades de la Ahnenerbe se encontraba el acabar con el cristianismo y dar forma a una religión propia del nazismo: "Una de las consignas subterráneas del régimen nazi era eliminar progresivamente la influencia que para el pueblo alemán tenían los ritos de la Iglesia Católica", dijo el escritor.
Para ello, la organización disponía de uno de los mayores y más conocidos personajes dentro del ocultismo nazi: el sumo sacerdote Friedrich Hielscher. Aunque se conoce poco de este maestro de lo paranormal, las investigaciones coinciden en que era temido por todos los oficiales alemanes.
Hielscher creó a través de Himmler una religión basada en la sangre y el valor de los soldados alemanes. A su vez, hizo que las fiestas paganas se superpusieran a las cristianas, de esta forma, pretendía que los católicos dejaran de lado celebraciones cristianas.
Una de las celebraciones más llamativas que se llegó a suprimir fue la de la Navidad. De hecho, el día en que se recuerda el nacimiento de Jesús se cambió nada menos que por una jornada en la que se reverenciaba al sol.
También buscaban que el matrimonio cristiano fuera sustituido en favor de una ceremonia creada por los nazis. “Hace poco se ha revelado una filmación inédita que muestra la ceremonia llevada a cabo por una pareja para contraer matrimonio bajo el ritual de las SS”, comenta el escritor.
"En ella, se ve claramente que la sala en la que se celebra la ceremonia está presidida por una gigantesca bandera negra con una S rúnica grabada en plata. Previamente los cónyuges habían realizado su matrimonio civil y en el curso del acto el oficial superior –el propio Himmler en este caso- les entrega el pan y la sal, símbolos de la tierra y de la fertilidad", sentencia Lesta.
Por supuesto, para que se celebrara la unión de la feliz pareja era también necesario demostrar la pureza de sangre, es decir, que ambos eran alemanes.
Bautismo y muerte
"Durante el bautismo del hijo de un afiliado a la Orden Negra se les hacía entrega de una medalla con signos rúnicos para el recién nacido, y se pronunciaba la fórmula de ingreso del bebé en la comunidad de las SS", explicó Lesta.
Por otro lado, el castillo que servía de sede para la Ahnenerbe contaba con un lugar para venerar a los muertos.
"En la cripta, se hallaba la sala de los muertos, un recinto abovedado y circular. Albergaba en su centro una pira y en los muros doce habitáculos en los que se ordenó que se levantaran trece alturas alrededor de una gruesa mesa de piedra», destacó el experto.
"En el techo de la bóveda, justo encima de la pira, se encuentra todavía una esvástica y cuatro aspilleras por las que el humo del ritual fúnebre debía ascender, formando una columna", sentencia Lesta.