El vinilo autoadhesivo, es muy sencillo de instalar y altamente decorativo, además cuenta con una gran ventaja: cuando te cansás de él lo despegás y listo. Sin embargo a veces pueden quedar restos de adhesivo que resultan bastante antiestéticos, por ello no te pierdas este truco para eliminar los restos de adhesivo de la pared sin dañarla.
Un gran error que se comete es pintar encima de los restos de adhesivos. De esta forma lo único que se consigue es crear un relieve en la pared que resulta tan antiestético como los restos de pegamento.
Una vez que se ha pintado encima de los restos de adhesivo lo único que se puede hacer para enmendar el desastre es lijar la pared y pintarla de nuevo, por ello resulta conveniente eliminarlos antes de volver a pintarla, colocar otro vinilo, un cuadro, etc.
Con acetona se pueden eliminar los restos de adhesivo del vinilo en puertas y muebles, pero esta solución no sirve para las paredes ya que con la acetona corremos el riesgo de arrastrar también la pintura.
Para eliminar los restos de adhesivo de la pared necesitaremos los siguientes materiales:
– Alcohol de quemar o metanol, de venta en supermercados y droguerías.
– Una esponja.
– Un trapo o paño de algodón blanco.
Los pasos a seguir son muy sencillos, en primer lugar impregnar la esponja con el alcohol de quemar, lo suficiente para que se empape pero sin que chorree. A continuación presionar con ella en la pared, sobre las zonas en las que han quedado restos de adhesivo. De esta formas conseguimos reblandecer el pegamento para eliminarlo posteriormente sin mucho esfuerzo.
El siguiente paso consistirá en humedecer el trapo con el alcohol. Te recomendamos que el trapo sea blanco ya que de esta forma nos aseguramos de que no va desteñir y ensuciar la pared.
Suavemente frotar la pared con el trapo y verás como los restos de adhesivo forman unas bolitas y se desprenden con facilidad. Como el alcohol de quemar seca muy rápido, si en alguna zona se resiste el adhesivo volvé a empapar el trapo y frotá de nuevo. Lo más importante es que frotés con suavidad para no dañar la pared ni arrastrar la pintura.
Tras seguir estos pasos ya tenés la pared lista para hacer con ella lo que más te guste: colocar otro vinilo decorativo, pintarla, empapelarla o dejarla tal cual.