Actualmente, tanto la televisión como la computadora y el celular son medios disponibles en la mayoría de los hogares y en gran parte de las escuelas. Pueden ayudar a promover actividades sociales, así como también el pensamiento crítico, la creatividad y la solidaridad. Podría decirse, entonces, que los niños y adolescentes de hoy forman parte de una generación diferente, que ha conocido desde su infancia un universo mediático y tecnológico extremamente diversificado y poblado de pantallas.
Desde muy pequeños usan con destreza el control remoto del televisor, el celular de sus padres, la computadora, el mp3 o la tableta. Ellos tienen una experiencia cultural distinta, nuevas maneras de escuchar y de ver. De leer y de escribir. Nuevos modos de comunicarse, relacionarse con los otros y construir su propia identidad.
Como se ve, las pantallas –de televisión, cine, dvd, celulares y computadoras– son parte esencial de la cotidianidad de los chicos. Por esto no sorprende que los padres las elijan cuando se les pregunta qué creen ellos que ejerce mayor influencia en la formación de los niños. El orden en la respuesta es: la televisión, Internet –y muy lejos–, la escuela y los padres.
Pero el uso intensivo de la tecnología no es exclusivo de los chicos. Hoy, en las casas argentinas hay más pantallas que libros. En todos los hogares con niños y adolescentes hay televisión (un 70% tiene más de un aparato), la mitad tiene dvd, casi el 40 % computadora y un 20 % conexión a internet.
En relación con los medios gráficos, en cambio, en cuatro de cada diez domicilios dicen tener pocos o ningún libro (excluyendo los que se piden en la biblioteca de la escuela), mientras que un 40 % compra diarios, pero sólo una o dos veces por semana.
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