Por Thomas L. Friedman - Servicio de noticias The New York Times - © 2015
Aquí va una interesante estadística de un sondeo laboral de 2014 por parte de burning-glass.com: 65 por ciento de todas las publicaciones laborales en busca de secretarias ejecutivas y asistentes ejecutivos actualmente requieren de título universitario, pero “solo 19 por ciento de los empleados actualmente en estas funciones tiene una licenciatura en administración”.
Así que cuatro quintos de las secretarias hoy día no serían consideradas para dos tercios de las publicaciones de empleos en su propio campo, ¡pues no tienen un diploma de cuatro años para hacer el trabajo que ya están haciendo! El estudio destacaba que “un número cada vez mayor de buscadores de empleo están ante la posibilidad de ser excluidos de ocupaciones de clase media y de calificaciones intermedias por la creciente demanda de empleadores de un título universitario” como una placa que indica que se está calificado para el empleo, aun cuando eso pudiera ser irrelevante, o no capturar en forma alguna las verdaderas capacidades de alguien, o en casos en que bastarían dos rápidos cursos en línea.
Este es apenas uno de los problemas que contribuyen al desempleo y subempleo actualmente. Fue el tema de un seminario el jueves pasado, convocado conjuntamente por New America, McKinsey, LinkedIn y Opportunity @Work, nuevo grupo civil encabezado por Byron Auguste, quien encabezó los recientes esfuerzos del presidente Barack Obama por reformar la senda de la educación al trabajo en Estados Unidos.
El enfoque de la reunión era un nuevo estudio de McKinsey sobre cómo podemos usar datos de grandes empresas y plataformas de talento en línea para fomentar de mejor forma el talento en la fuerza laboral, encontrarlo donde ya existe aunque pudiera no estar “con la placa” de un diploma universitario, así como conectarlo tanto con las demandas reales de los negocios como con universidades en busca de volver más relevante su programa escolar para cambiantes necesidades de la fuerza laboral.
Como notó el senador Mark Warner, quien pronunció un inteligente mensaje de apertura, “casi 25 personas se están postulando para presidente; y me parece notable que ninguno de ellos esté hablando de los temas de relevancia”.
El estudio de McKinsey empieza: “Mercados laborales por todo el mundo no han mantenido el paso de acelerados cambios en la economía global, y sus ineficiencias cobran un alto precio”.
Millones de personas no pueden encontrar empleo, “pero incluso así, sectores que van desde la tecnología hasta el cuidado de la salud no pueden encontrar personas para llenar puestos vacantes. Muchas personas que efectivamente trabajan se sienten sobrecalificadas o subaprovechadas”.
“La brecha en calificaciones es real”, explicó Auguste, “pero es un síntoma -no la causa- de un disfuncional mercado laboral, a la par de salarios estancados y movilidad laboral en descenso”.
Si bien es cierto que más personas necesitan dominar habilidades digitales hay muchas personas, notó, con habilidades que los empleadores están buscando -como habilidades de codificación- pero que pudieran carecer de las credenciales tradicionales para ser consideradas aptas para los puestos.
Hay gente a la que le alegraría y sería capaz de dominar estas habilidades pero no tiene la información con respecto a cuáles son, dónde es mejor aprenderlas o acceder a nuevas plataformas de aprendizaje que no están cubiertas por los tradicionales préstamos o asignaciones gubernamentales; empresas tienen empleados en sus bodegas, centros de atención telefónica y pisos de ventas al menudeo con la motivación y aptitud para aprender las habilidades para nuevos empleos, pero muy pocos empleadores los identifican o les ofrecen oportunidades de capacitación en línea; además, hay áreas rurales y urbanas en las que aprovechar el potencial de trabajadores menos calificados que pudieran traer empleos de TI de vuelta.
Échenle un ojo a linkedin.com/edu. LinkedIn tiene una gigantesca base de datos de millones de trabajadores, a los cuales analizó para ver cuáles escuelas están lanzando a la mayoría de los graduados hasta las principales empresas en una diversidad de campos. No siempre son lo que se esperaría. ¿Contabilidad? Villanova y Notre Dame. ¿Medios? NYU y Hofstra.
¿Desarrolladores de software? Carnegie Mellon, Caltech y Cornell. Ya sea que se quiera ser plomero o cirujano, resulta útil saber cuáles alumnos de las escuelas siguen subiendo firmes a la cabeza.
La tecnología está redefiniendo el trabajo y el comercio y, si somos inteligentes, también puede redefinir la educación para el empleo y progreso de forma que todos puedan monetizar, o mejorar, cualquier habilidad y conectarse con cualquier empleador que lo necesite.
“Hasta 540 millones de personas pudieran beneficiarse de plataformas de talento en línea para 2025”, dijo McKinsey. No es tan difícil. Necesitamos estar haciendo mucho mejor uso de los datos del gobierno federal sobre el mercado laboral y los de sitios web como Monster.com, HireArt.com y LinkedIn, e incluso considerar la creación de equivalencias de habilidades de los intercambios de salud del Obamacare.
Plataformas de talento en línea -que pueden vincular el CV de todos con cada oportunidad laboral, con las calificaciones necesarias para ese empleo, con las escuelas en línea y en el campus ofreciendo esas habilidades con datos que muestren cuál escuela lo hace mejor, crean más empleo, habilidades más relevantes y la educación indicada para ellas.
El Congreso de los Estados Unidos tiene que crear los incentivos legales, de privacidad y financieros para fomentar este nuevo contrato social, argumentó Warner: “El mayor desafío para esta fuerza laboral, y para legisladores de la rama federal, es el cambio en la tradicional relación empleador-empleado”.
Si usáramos todos nuestros recursos tecnológicos, dijo Aneesh Chopra, ex director de tecnología de Estados Unidos, efectivamente podríamos darle a la gente “recomendaciones personalizadas para cada paso de su vida, a cada paso de su vida”. Auguste agregó: “Podemos usar la tecnología para hacer más que tareas automatizadas. Podemos usarla para acelerar el aprendizaje, optimizar el talento y conducir a la gente hacia mejores empleos y carreras”.
Los robots solo tomarán todos los empleos si lo permitimos, así que usemos tecnología para mantener a los que tienen habilidades intermedias en la clase media.