La madera es omnipresente. Hacé la prueba. Mirá ahora mismo a tu alrededor. Seguro que tenés algo hecho con este material muy cerquita. E incluso es posible que estés sentada en ella. No es de extrañar que tenga este don de la ubicuidad, porque es uno de los materiales más agradecidos y fáciles de trabajar. Y no digamos de todos los acabados que tiene. Eso sí, en el exterior, mejor con la cara lavada: al natural.
MÁS MADERA
En esta terraza no cabe la menor duda de que la madera es la auténtica reina. Lo envuelve todo: desde el piso entarimado hasta la pared de listones y los muebles. Un total look que aporta calidez y, al mismo tiempo, ayuda a maximizar el espacio, que está dividido en dos ambientes: estar y comedor. La tarima de madera del piso disimula el desnivel, además de añadir un toque de intimidad e improvisar una repisa para las plantas. Estas alturas distintas aportan movimiento y vida a la terraza.
Los espacios de exterior son como los pulmones de tu casa: perfectos para escapar de los ambientes cerrados y tomar una enorme bocanada de aire. La madera la hace más natural. Con la ayuda las plantas conseguirás potenciar todavía más este efecto. En jardineras, repisas y macetas de diferentes materiales y colores… e incluso los tan de moda jardines verticales, que en este proyecto se han colocado aprovechando los huecos entre los paneles.
¿Y EL MANTENIMIENTO?
- Depende mucho de la madera que elijas, porque no todas tienen la misma resistencia a la intemperie y durabilidad.
- Si querés que siempre esté impecable, aplicá un protector una o dos veces al año, justo antes del verano y (opcional) después.
Fuente: elmueble.com