El paro nacional por 24 horas, convocado para hoy por las centrales obreras que se oponen al Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, seguramente se sentirá fuerte en nuestra provincia. Es que la mayoría de los gremios locales adhieren a esta medida de fuerza e incluso hubo varios que comenzaron a manifestarse ayer con cortes de calles. Los piquetes continuarán hoy. El primero será a las 6.30 en San Martín y Colón, y la medida hará que la actividad cotidiana de un día de semana no sea la misma que la habitual. Entre la larga lista de razones que justifican este paro está la queja por el “impuesto a las Ganancias y la inflación, que castiga el bolsillo de los trabajadores”.
La última vez que las centrales obreras y los sindicatos llevaron adelante una acción de este tipo fue el pasado 10 de abril. Debido a que algunos de los que adhieren brindan servicios esenciales para el traslado diario de la gente, incluso hasta quienes no piensan en sumarse a la huelga se verán afectados de alguna manera porque el transporte público en Mendoza prácticamente no funcionará, como así tampoco se podrá cargar combustible en los vehículos particulares ya que las estaciones de servicio tendrán cerrado su expendio.
Entonces, será una jornada prácticamente sin actividad. En detalle, los que se pliegan son: los gremios de la Salud (ATE y Ampros), la Administración Central, los trabajadores del petróleo, los empleados bancarios, los gastronómicos, los camioneros, transportistas y choferes de micros, troles y Metrotranvía. Apoyan la medida varios partidos políticos, sobre todo de Izquierda (MST, PO, PTS, PCR, CCC).
También Fadiunc, el gremio más fuerte de la Universidad Nacional de Cuyo, por lo que no habrá clases en ninguna facultad ni escuela dependiente de esa casa de estudios.
Respecto del transporte, como sucede siempre, el Gobierno provincial debe garantizar una circulación mínima. Ayer, desde el ministerio que conduce Diego Martínez Palau, informaron que funcionará el 20 por ciento del transporte urbano, media y larga distancia y que las unidades circularán de 8 a 22. El problema es que algunas líneas pasarán por las paradas de micros cada una hora y otras hasta cada cinco. Con lo cual, quien necesite trasladarse con ese servicio, tendrá dificultades para llegar a horario hasta donde quiera o necesite ir.
Por otra parte, los hospitales y centros de salud de toda la provincia reducirán su atención al mínimo. “Garantizamos la atención de guardias, servicio crítico e internados. Todos los que quieran ir a trabajar, no hay problema. No coartamos a los que quieran ir, como dice el ministro (de Salud Matías) Roby”, aseguró Claudia Iturbe, secretaria gremial de Ampros.
En tanto, los trabajadores de la Educación nucleados en SUTE no adhieren a esta medida de fuerza nacional. Pero como sí lo hace el transporte público, el escolar, algunos taxistas y las estaciones de servicio, sólo quienes tengan posibilidad de llegar hasta su escuela caminando podrán asistir a clases. Aunque, por otro lado, el mismo sindicato recomendó a los padres que no envíen a sus hijos a la escuela. La DGE informó que estarán justificadas las tardanzas e inasistencias.
Por qué paran
Como principal impulsora nacional, esta huelga tiene a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA). A nivel provincial la central disidente, que está liderada por Guillermo Martínez Agüero, lleva de la mano a ATE. Desde el gremio enumeraron las principales razones que los motivan para llevar adelante el paro. Lo que piden: un salario inicial igual a la canasta familiar, que hoy está por encima de los $ 11 mil; la eliminación del impuesto a las Ganancias sobre los sueldos; la finalización de la precarización laboral en el sector privado y público y terminar con los despidos y suspensiones.
“Desde ATE, como parte de la CTA, empezamos con la medida de acción directa hoy (por ayer) con asamblea y corte en Colón y 9 de Julio. Nuestros reclamos son: 82% móvil, la eliminación del impuesto a las Ganancias sobre el salario de los trabajadores nacionales y provinciales, el blanqueo de todos los trabajadores. En Mendoza hay 2.000 personas trabajando en negro. Queremos la equiparación de los salarios frente a la inflación. El pueblo argentino está en la calle reclamando un cambio de políticas económicas y sociales. Queremos que se hagan respetar los derechos de los trabajadores y el derecho de la población a un salario digno, a tener seguridad, educación y una vivienda como corresponde”, recalcó Roberto Macho, secretario adjunto de ATE.
