Commodities celebran uno de sus mejores arranques en varias décadas

El petróleo ganó más de un 30% durante el primer trimestre del año, pero también otros productos energéticos muestran subas espectaculares

Commodities celebran uno de sus mejores arranques en varias décadas
Commodities celebran uno de sus mejores arranques en varias décadas

Después del fabuloso comienzo de año que tuvieron los mercados financieros, con subas en Wall Street que no se veían desde 1987, ahora le llegó el turno de brindar a los commodities energéticos, que han logrado uno de sus mejores arranques de las últimas décadas.

Durante el primer trimestre de 2019, el crudo WTI ganó un 32%, mientras que el Brent exhibió una mejora en su precio del 27%, algo nunca visto desde 2005. Todavía se está lejos de los precios récord de julio de 2008, cuando el barril de petróleo tocó los u$s 147. Hoy ronda los u$s 60, pero la diferencia es notable.

De todos modos, los inversores y los analistas son prudentes a la hora de festejar: el cuarto trimestre de 2018 fue un espanto para los precios de estos productos básicos, a tal punto que la volatilidad que hoy se vive es muy elevada. A pesar de ello, todos quieren ver el fin de la tormenta en este arranque tan auspicioso del año.

"Es verdad que una parte de las subas se debió únicamente como reacción a las fuertes pérdidas sufridas durante el último trimestre del año pasado, cuando el Brent perdió cerca de un 35%. Pero una parte no exigua proviene de los ajustes voluntarios e involuntarios de producción de los países de la OPEP", planteó un informe del banco Commerzbank.

Si bien la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP) sigue teniendo un peso importante a la hora de definir el precio del crudo en los mercados mundiales, su poder no es tan significativo como en la época de las dos crisis petroleras de los años 1970, cuando fueron capaces de dejar a Europa y a los Estados Unidos casi sin una gota de combustible.

Precios ingobernables

Pero la noticia hoy no tiene que ver con el poder de esta organización, sino con la recuperación de unos precios que se habían vuelto ingobernables y muy volátiles. De hecho, el mismo informe del Commerzbank indicó que "Numerosos observadores consideran que el mercado todavía se encuentra subabastecido".

La consecuencia de esta espectacular suba de los precios del crudo se hizo sentir en el índice Bloomberg de materias primas, que engloba a 20 commodities de distinto tipo. En el primer trimestre, el indicador creció un 7%, algo que no sucedía desde mediados de 2016. Mientras que el índice S&P GSCI (Goldman Sachs Commodity Index), en el que el crudo tiene una ponderación mayor, ganó un 15%, convirtiéndose en su mejor arranque de la década.

De todos modos, al igual que con la caída del precio del crudo de fines de 2018, el GSCI también viene sufriendo la gran volatilidad de los mercados. Si hoy se ubica por encima de los 440 puntos, en octubre de 2018 superaba las 500 unidades, y para el día de Navidad se había derrumbado hasta los 367 puntos.

Cambia, todo cambia

¿Qué pasó para que todo cambiara para bien?

En primer lugar, las expectativas de los mercados de cara a lo que se venía en 2019. Para entender mejor qué se imaginaban los analistas e inversores para este año, el panorama era sombrío, aunque después se despejó notablemente. A fines de 2018 existía una gran preocupación sobre la evolución de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, que empezaba a afectar cada vez más al comercio internacional y al crecimiento económico mundial. Pero también se veía venir una nueva ronda de política monetaria contractiva por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos, cuyo torniquete impulsaba aún más la desaceleración de la economía estadounidense.

Esta decisión de profundizar la suba de tasas de interés de referencia, una medida que comenzó de manera sostenida en 2017 (pasó de un piso del 0,75% a un techo del 2,50% en tan sólo 20 meses de decisiones de política monetaria) ya había provocado importantes shocks políticos como el que sufrió la Argentina en 2018 con la corrida cambiaria y posterior megadevaluación del peso.

Por eso, la declaración de Jerome Powell, presidente de la Fed, a principios de 2019, fue como un bálsamo para el alma de los mercados: "Seremos pacientes mientras vemos cómo evoluciona la economía". Con esta frase, el funcionario confirmó que el organismo apretaba el botón de pausa en las subas de tasas y, al mismo tiempo, se disparaba el rally alcista de Wall Street y los commodities.

"Este cambio de tendencia permitió a los sectores energéticos y metalíferos, muy dependientes del crecimiento económico, superar los temores de una próxima desaceleración", comentó Ole Hansen, especialista del Saxo Bank.

Si antes los analistas esperaban dos subas de tasas de la Fed durante 2019, ahora incluso se entusiasman con una posible baja para antes de fin de año. Mientras tanto, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el de China también actuaron en el mismo sentido que la Fed.

Pero después de la euforia, llega la realidad: muchos de los metales que hoy ven "volar" sus precios (como el cobre, plomo, zinc, estaño, aluminio, hierro y níquel) podrían sufrir una crisis de oferta muy pronto.

Los stocks mundiales están en sus mínimos por falta de inversión en los últimos años, provocados por años de precios bajos y ausencia de incentivos para el desarrollo de proyectos mineros. En la visión de Dominic OKane, analista del JP Morgan, "tradicionalmente, el final de cada ciclo económico llega marcado por una gran suba en el precio de las materias primas".

Por Martín Burbridge

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