Comisarias: mujeres ganan terreno en la fuerza policial

Gabriela Bullones tiene 50 años y está a cargo de la Comisaría 47 de Carrodilla, Luján de Cuyo, desde hace poco más de un año. Es parte de la segunda camada de féminas oficiales de la Provincia.

Comisarias: mujeres ganan terreno en la fuerza policial

Desde hace un año y 3 meses la comisario Gabriela Bullones (50) está al frente de la Comisaría 47 de Carrodilla, Luján de Cuyo, aunque fue en 2015 cuando logró ese rango. “Empecé en la 45 de Dorrego y después me trasladaron acá, donde me recibieron bien porque ya me conocían”, explica con amabilidad.

Bullones eligió entrar a la fuerza policial tomándolo “primero como una salida laboral” y porque su hermano era policía. “Entré al internado de la Escuela de Cadetes en los años 90/91 y fui parte de la segunda promoción de mujeres oficiales”, repasa.

Aún sigue en contacto con todo ese grupo a través de Whatsapp y asegura que en ningún momento vivió malos tratos por parte de sus compañeros y que en realidad todas las chicas de esa camada se sentían "bien protegidas" por ellos.
Inclusive, la comisaria aclara que en los 27 años que lleva como parte de la fuerza nunca se sintió discriminada ni sintió que se le faltara el respeto. No obstante, recuerda que al comienzo era "duro" para muchos hombres aceptar que una mujer tuviese jerarquía superior.

En su escritorio hay una notebook, algunos elementos de oficina, fotos y objetos tejidos al crochet. “Cuando tengo algo de tiempo me gusta tejer”, reconoce con una sonrisa mientras toma un cactus y lo muestra orgullosa.

Luciendo una impecable trenza cocida, explica que el pelo debe estar prolijo y tomado por una cuestión de reglamento, el que tampoco les permite usar las uñas “pintadas de colores”.

De todas formas, agrega inmediatamente que tanto ella como las otras integrantes de la fuerza “no podemos perder nuestra esencia de mujer”.

En acción

Bullones considera que su aporte a la fuerza está en “ponerse en el lugar de la víctima” que muchas veces está alterada después de haber sufrido un hecho delictivo. “Te tratan mal y están ofuscadas, pero uno busca no discutir y bajar los decibeles”, indica.

No obstante, en muchos casos las víctimas se sienten más contenidas cuando llegan policías mujeres, en especial cuando se trata de víctimas de violencia de género. “Cuando vienen acá, tratamos de darles una contención aparte, evitando que queden expuestas en la sala de espera de la Fiscalía. En ocasiones llegan golpeadas y las demás personas las miran”, manifiesta.

Respecto a los operativos realizados en el marco de partidos de fútbol, la comisaria confirma que es “real” que las personas respetan más a las mujeres policías y, en su opinión, se debe a que, en caso de conflicto, “nosotras no vamos al roce, primero vamos a buscar llegar a un acuerdo y si no nos los llevamos”.

Además, está convencida de que el hecho de ser mujer impacta en el trato con el propio personal, debido a su forma de ser “más accesible”. Actualmente tiene a cargo 45 personas, de las cuales doce también son féminas.

A lo largo de su carrera, Bullones ha trabajado en unidades especiales, comisarías e Investigaciones, lugar en el que estuvo quince años. “Ahí es otro tipo de función la que uno desempeña, pero a mí me gusta más lo que hago en la Comisaría”, precisa.

Contándola a ella, hay otras 26 mujeres ocupando cargo de importancia en la Policía de Mendoza: 3 comisarias inspectoras PP, 12 comisarias inspectoras administrativas, 9 comisarias PP y 2 comisarias administrativas.

Familia

Más allá de su desempeño como integrante de la Policía de Mendoza, la comisario ha formado una familia junto a su pareja desde hace años, Jorge Guerrero, quien es retirado de la fuerza.

“Tenemos tres hijos: un varón de 22 años y dos nenas de quince y once años”, cuenta y, con una sonrisa cómplice, reconoce que los “pobres sufren un doble control” por parte de ellos, preocupados por su bienestar.

“Les remarcamos mucho las cosas y, si no nos gusta una amistad, se lo hacemos saber”, explica. Es más, al varón (que es papá de una beba de once meses), desde que comenzó a salir a las noches le aconsejaban “no recibir tragos de desconocidos ni fumar”.

Siguiendo esa decisión de cuidarlos es que Bullones prefirió no difundir sus nombres. Además, junto a su pareja prefieren “llevarlos a todas las juntadas, pero los dejamos tranquilos... no nos quedamos de vigilantes”, concluye entre risas.

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