En el Frente para la Victoria mendocino muchas ganas de hablar no hay. La derrota del domingo todavía está fresca como para visualizar con claridad todos los aspectos que llevaron a caer a manos de Cambia Mendoza, o como para ensayar algún tipo de autocrítica, aunque se sabe que tarde o temprano, el análisis llegará, y con él, los tradicionales pases internos de factura.
Por el momento, la mayoría de los sectores sólo atina a precisar cuáles fueron las pérdidas -sobre todo territoriales; a valorar la estrategia de Alfredo Cornejo; a ponderar la decisión del electorado y a reconocer en ello, fallas de gestión.
Todos coinciden en que “todavía no se da el ámbito” para hacer la lógica reflexión interna y si bien se vislumbran algunas responsabilidades -en las que de ningún modo se incluye a Adolfo Bermejo, quien se consideró a sí mismo responsable de la derrota- todos prefieren esperar a esa instancia.
Es por eso que se destaca el porcentaje logrado, más allá de derrota. “No hay que minimizar el número. Es una buena elección”, dijo una fuente cercana al gobernador Francisco Pérez que además valoró que el FpV peleara “contra toda la oposición”. Y comparó el resultado con el de 2011. “En aquel momento, el PD logró 15 puntos, y ahora está dentro de Cambia Mendoza”. En esa línea, resaltó la tarea de Cornejo. “Su principal virtud fue aglomerar a toda la oposición”, señaló.
Del número también habló Jorge Tanús, presidente de la Cámara de Diputados y referente del sector Azul del PJ, el mismo al que pertenece Bermejo. “Tuvimos un muy buen candidato que sacó más votos que Jaque y que Pérez, aunque en otro contexto”, destacó.
También Alejandra Naman (Nuevo Encuentro), ex precandidata a vice de Guillermo Carmona, ponderó el número. “Se logró casi 40% y no es poco, aunque si no se hubiese desdoblado la suerte hubiera sido otra”, expresó la kirchnerista, mostrando la queja recurrente de ese sector, algo que también hizo el domingo la propia Anabel Fernández Sagasti, al igual que otros referentes K.
Es que la decisión de adelantar las elecciones, para quienes no estaban de acuerdo en el FpV, fue quizás la que más inconvenientes provocó. De hecho, esa situación, acompañada por la definición de una fórmula propia -lo que sucedió el 28 de febrero- en la que se adelantó una nómina de precandidatos a cargos nacionales (incluyendo a Pérez), nunca fue perdonado por los opositores internos a quienes conducen el partido, y si bien la instancia se superó con la nómina “consensuada” con Casa Rosada, las culpas asoman en ese sentido.
“Se perdió un mes de campaña”, dijo el domingo un referente K de peso. “No tendrían que haber armado esa lista” indicó por su lado el sanrafaelino Omar Félix, que también criticó a los que impulsaron el adelantamiento de la elección a gobernador. “Tendrían que haberse desdoblado sólo elecciones de los intendentes y luego traccionar con ellos y la Nación, la de gobernador”, agregó el ahora postulante a senador nacional detrás de Sagasti.
Más allá de estas posturas -quizá anacrónicas en algunos casos- lo que está claro para muchos es que hubo errores de gestión que llevaron al electorado a decidirse por Cambia Mendoza y no por el FpV. E incluso no faltó quien ejemplificara con las intendencias que se ganaron, casualmente las que conducen dirigentes “azules” del PJ (Maipú, Lavalle, San Martín), además de Santa Rosa y San Rafael.
“Hay que ver las diferencias en donde se ganó y donde se perdió y eso explica muchas cosas”, dijo Félix al respecto.
Entonces, en las gestiones de las jurisdicciones en las que se perdió, estaría la clave para entender buena parte de los motivos de la derrota, según la visión de Félix y de otros dirigentes. Se apunta así no sólo a la provincia, sino también, y fundamentalmente, a Luján, Guaymallén y Las Heras, conducidos por hombres de La Corriente, cuyo principal referente, el vicegobernador (y ex candidato a intendente) Carlos Ciurca, nada quiso decir sobre las razones de la caída del domingo.
Una segunda renovación
Es cierto que la nueva instancia electoral puede hacer revivir al PJ local. De hecho, la mayoría busca digerir lo más rápido posible la pérdida para focalizar en las PASO y la general nacionales de agosto y octubre próximos.
Sin embargo, hay algunos que en voz baja empiezan a hablar de una necesidad política. “Hay que pensar en encarar una segunda renovación interna”, señaló un dirigente en estricto “off the récord”, esperanzándose en que alguien tome la posta y encare una tarea similar a la que encabezó hace más de treinta años José Octavio Bordón con el Peronismo Renovador, que llevó al justicialismo a gobernar por doce años consecutivos la provincia.