Comidas del fin del mundo: ¿qué almacenar?

Alimentar el cuerpo durante una emergencia requiere cierta adaptabilidad e inteligencia. En esta nota, algunas comidas que conviene tener en stock por si sucede una catástrofe, de acuerdo a los consejos de dos profesionales: Barry Swanson, científico de la alimentación en Washington State University, y Elizabeth Andress, profesora y especialista en seguridad alimentaria de la Universidad de Georgia. Eso sí, no está permitido olvidarse el abrelatas.

Son un buen reemplazo para el pan, sirven para hacer sándwiches y su fibra extra es de mucha ayuda para saciar el hambre. Una idea: envasarlas al vacío para prolongar su frescura.

Es un poco insólito, pero las nueces son importantes: proveen una gran cantidad de energía, son saludables e ideales para picar entre comidas. Deben conservarse en recipientes herméticos para protegerlas de la oxidación.

Son sanas, abundantes, portátiles y pueden permanecer frescas durante, al menos, seis meses. Además, son una excelente fuente de hidratos de carbono.

Se recomienda almacenar agua potable para tres días, considerando cuatro litros por cabeza. Cada persona necesita dos litros de agua por día y la otra mitad se considera para los alimentos y el lavado.

Este producto es fundamental cuando la leche fresca y otros lácteos no son una opción. Tiene un buen rendimiento y provee calcio y vitamina D.

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