¿Es el cómic solamente un entretenimiento para niños? La creencia popular dice que sí. La razón tal vez sea que el cómic no ha sido valorado en su calidad artística y sí desprestigiado en su capacidad de denuncia social. Por eso en este texto vamos a intentar demostrar cómo el comic ha sido influido por la historia de la humanidad, ha respondido a ella, e intentaremos con eso romper el mito de que es solo un instrumento de entretenimiento infantil.
Es verdad que los primeros cómics eran de temáticas simplistas, dedicadas a los niños y muy fáciles de entender. Este pensamiento se profundizó con la llegada de Batman a la TV. Es que esta serie de los años 60, protagonizada por Adam West, posibilitó que millones de personas conocieran el universo de los superhéroes. También dejó un estigma en los cómics. Es que con su estilo pop bizarro y cómico perjudicó la imagen de un héroe tan oscuro y trágico como lo es “el caballero de la noche” y el resto de los paladines de la justicia.
Es claro que ya desde la aparición de Superman, el primer cómic moderno, podemos establecer analogías con su contexto histórico. Superman es un extranjero venido de otro planeta, el cual explotó y al que jamás podrá volver. Si analizamos que sus creadores fueron dos judíos que escaparon de la Alemania nazi y que pensaban que jamás iban a poder regresar, ya es una similitud. Incluso, en 1940, sus autores sacaron un cómic en donde Superman resolvía la Segunda Guerra Mundial muy rápidamente: capturando a Hitler y Mussolini y llevándolos ante la justicia. Su resonancia fue tal que provocó que Hitler llamara al creador de Superman como “circuncidado física e intelectualmente”. De cualquier manera, a los soldados en el frente se les enviaban cómics de este hombre de acero quien, de esta forma, los acompañó en la guerra. El Capitán América es otro héroe originado netamente por la Segunda Guerra Mundial.
Si vamos un poco más adelante seguiremos encontrando ejemplos de la influencia de la historia en los cómics. Uno de tantos es el de “los 4 fantásticos”, cómic creado en plena época de la Guerra Fría, cuando EEUU y la URSS competían por ser el primero en llegar a la Luna. El asunto es que estos héroes obtuvieron sus poderes en un viaje espacial, situación en la cual fueron irradiados por un asteroide. Incluso la era nuclear nos dejó un héroe increíble: Hulk, quien se transformaba en un gigante verde después de que fuera contaminado por la radiación de un arma nuclear.
Otro dato que muchos ignoran de los cómics es que en sus comienzos tuvieron la función social de alejar a la juventud estadounidense de las armas de fuego. Por esta razón es que la mayoría de los superhombres no las utilizan. Incluso, hace sólo unos años, Marvel creó un hombre araña de raza negra, de apellido “Morales”, que se dedicaba a defender a los inmigrantes ilegales de los abusos del gobierno norteamericano. Por eso es que aquí hay claros ejemplos de la función social del cómic.
Por último, podemos destacar sus aspectos artísticos y literarios, que se incrementaron en la década de los 80 con la aparición del arte pop y los efectos visuales y la aparición de las novelas gráficas (cómics extensos, en tapa dura, con tramas verdaderamente para adultos).
En síntesis, podemos concluir que el cómic es un reflejo histórico de su tiempo presente que habla más de la Historia de lo que muchos creen. Que también tuvo su función social desde el comienzo y que esta función se sigue manteniendo, y que es una expresión artística y literaria a través de la cual talentosos dibujantes y creativos guionistas pueden regalarnos una obra de arte en cada página. Por todos estos argumentos es que podemos decir que el cómic es infinitamente más profundo que un mero entretenimiento infantil.