Negar que el Holocausto ocurrió probablemente sea aceptado por Facebook. Convocar a una multitud a que mate judíos, no.
El incómodo y sorpresivo intento de Mark Zuckerberg de explicar en dónde pone el límite Facebook ilustra las complejidades a las que se enfrentan las redes sociales cuando adoptan el no deseado rol del árbitro en esta era de desinformación, manipulación y discurso de odio en internet.
Con 2.200 millones de usuarios, Facebook prohíbe cosas como la desnudez, venta de armas, amenazas creíbles de violencia y ataques directos a personas por su raza, género u orientación sexual.
Horas después que se transmitieran el miércoles los comentarios del fundador de Facebook sobre los negadores del holocausto, la compañía anunció que también comenzará a eliminar desinformación que pueda ocasionar un derramamiento de sangre. La política comenzará en Sri Lanka y se extenderá a Myanmar, en donde los usuarios de Facebook han sido acusados de incitar a la violencia contra musulmanes.
Pero más allá de estos lineamientos, hay mucha incertidumbre. ¿Exactamente qué diferencia apoyar a grupos terroristas de solamente publicar sobre ellos? ¿O qué se considera mofarse de la muerte prematura de alguien -algo que también está prohibido-?
Si Facebook prohibiera la negación del Holocausto, también se le podría pedir que prohíba la negación de otros eventos históricos, como el genocidio armenio o la masacre de los indígenas norteamericanos por los colonizadores europeos.
Si Facebook prohibiera la negación del Holocausto, también se le podría pedir que prohíba la negación de otros eventos históricos, como el genocidio armenio o la masacre de los indígenas norteamericanos por los colonizadores europeos. Esto, podría argumentar Facebook, lo llevaría a un callejón sin salida cuando la compañía se vea orillada a tratar de verificar la precisión histórica de todas las publicaciones de sus usuarios.
Entonces, cuando puede, Facebook evita supervisar el contenido.
Aunque miles de moderadores de Facebook en el mundo tienen la tarea de revisar contenido potencialmente objetable, con apoyo de la inteligencia artificial, a los ejecutivos les gusta decir que la compañía no quiere convertirse en un "árbitro de la verdad" y en su lugar intenta permitir que los usuarios decidan ellos mismos.
Por eso Facebook realmente no prohíbe las noticias falsas, aunque en estos días veas menos gracias a los algoritmos de la compañía y a la labor de terceros para verificar datos. En su lugar, Facebook podría etiquetar los conflictivos artículos noticiosos como tales y mostrarte contenido relacionado que podría hacerte cambiar de opinión.
"Facebook no quiere dedicar tiempo ni recursos para el control de contenido. Es caro y difícil", dijo Steve Jones, profesor de comunicaciones de la Universidad de Illinois en Chicago. "Es un trabajo difícil, estoy seguro de que un trabajo emocionalmente agotador y, dado el tamaño de Facebook, se necesitarían muchas personas para monitorear lo que pasa por esa plataforma".
El motivo por el cual estas compañías intentan evitar la regulación del discurso está en sus raíces. Todas fueron fundadas por ingenieros como compañías tecnológicas que evitaban etiquetas como "prensa" y "editor". La directora operativa de Facebook, Sheryl Sandberg, incluso dijo en una entrevista del año pasado que, como compañía tecnológica, Facebook contrata ingenieros, no reporteros ni periodistas.
Además está el escudo legal. Si bien un periódico puede ser responsable por lo que sale impreso en sus páginas, las compañías de internet, por ley, no son responsables por el contenido publicado por otros en sus sitios. Si empiezan a editar demasiado contenido, las compañías tecnológicas corren el riesgo de convertirse en compañías de medios.
En una entrevista con Recode, Zuckerberg, quien es judío, dijo que las publicaciones que niegan la aniquilación nazi de 6 millones de judíos no necesariamente serían eliminadas. Zuckerberg dijo que mientras no incite a hacer daño o a la violencia, incluso el contenido ofensivo sería protegido.
Zuckerberg después intentó dar marcha atrás. "Personalmente considero la negación del Holocausto como algo profundamente ofensivo, y en ningún momento fue mi intención defender a quienes participan en ello", escribió Zuckerberg en un email, que fue publicado por Recode. Aun sí, no han planes por el momento para cambiar la política.